El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Kalir: Capítulo 2


- ¿Q-Qué quieres decir con casar? - preguntó nervioso - ¡¿Vas a tener un novio?!

Ella asintió moviendo la cabeza.

- Pero... ¿Por qué?... ¿Quién es el niño?

- Zamaron... es el Príncipe de nuestro Clan... hijo del líder de los Tritones...

- ¿Un triton?...

- Sí... por tradición los hombres de la familia principal pueden elegir a cualquier sirena sin pareja del Clan para pedirla como novia... y nosotras no podemos decir que no... pues dicen que cuando un triton elige a una sirena nunca la deja ir...

- ¿Pero tu papá no puede negarse?

- No... papá no puede decir que no a lo que quiera el líder... el día que tú y yo nos conocimos, cuando regresé a casa, el príncipe pasaba por nuestra villa con su padre... me miró un momento, preguntó mi nombre y luego se fue... hay muchas niñas en la Villa, no sé por qué me eligió mi...

- Tal vez porque eres muy bonita Firinea...

- ¿Tú crees que soy bonita?...

- Sí lo eres...

Ella trató de sonreir pero nuevamente las lágrimas rodaban por sus mejillas y no pudo evitar abrazarse al pequeño con fuerza

- No quiero casarme con él, Kalir - sollozó - No me gusta ese niño... me da miedo... quiero quedarme contigo, me gusta jugar aquí...

- Firinea... - murmuró Kalir, se sentía nervioso y triste a la vez, aquel abrazo lo sorprendió pero también le oprimía el corazón verla llorar así - pero... aun tenemos tiempo para jugar ¿verdad?... quiero decir, hasta que no seas mayor no te casarás y estarás aquí...

Ella se separó un momento y lo negó con su cabeza - Por costumbre las novias de los príncipes deben irse a vivir con ellos para crecer siendo una buena esposa según sus reglas...

- ¡¿Qué?! ¡¿Eso significa que te irás aun siendo pequeña?!

- Sí...

- ¿Cuando?....

- No lo sé... creo que cuando mi papá firme el compromiso... hoy nos llegó el mensaje del líder diciendo que pronto vendrán por mi... su familia vive al otro extremo del Reino, en los segundos territorios del Clan, y eso está muy lejos de aquí... por eso cuando lo supe quise verte... te voy a extrañar Kalir... 

- No Firinea, no voy a dejar que te lleven si no quieres ir - dijo lleno de determinación.

- ¿Qué?...

- ¿Tú no quieres irte verdad?

- No...

- Entonces déjamelo a mi, yo buscaré una solución.

- Pero... ¿Y si mañana mismo vienen por mi?...

- Entonces escapemos ahora - sonrió.

- ¡¿Qué?! ¡¿Escapar?!

- Sí, si tu quieres nos escapamos los dos solos por ahí.

- Pero... yo no puedo escapar, si lo hago mi papá y mi mamá pueden tener problemas...

Kalir dio un pequeño suspiro - ¿Tu nunca haces travesuras verdad Firinea? - sonrió.

- No...

- Bueno, está bien, si no quieres escapar no insistiré... pero de todos modos prometo que te ayudaré...

- Gracias Kalir... ya debería irme, mi papá se va a asustar si no me ve en casa...

- Está bien... - dijo el pequeño y ambos se pusieron de pie para despedirse.

- Espero volver a verte... - dijo ella mirándolo con lágrimas en sus ojos.

- Oye, lo prometimos ¿recuerdas? Estaremos juntos siempre - trató de animarla él.

- Sí... - murmuró la pequeña - si no nos volvemos a ver... solo quiero decirte... gracias por ser mi amigo Kalir... - dijo apenada y le dio un beso en la mejilla - Te quiero mucho...- terminó y avanzó hacia el agua.

El Príncipe había quedado impresionado por ese beso provocando que se sonrojara, pero al mismo tiempo se sentía triste por toda la situación, quería tomarle la mano y salir corriendo, se negaba a perderla. Al verla adentrarse más en el agua el pequeño se llenó de valor y exclamó desde la orilla 

- ¡Te lo prometo Firinea! ¡Te ayudaré, confía en mi!

Ella volteó a verlo y esbozó una tímida sonrisa antes de sumergirse, Kalir quedó apretando los dientes, todo fue tan inesperado pero no estaba dispuesto a que los separasen, tenía que hacer algo al respecto así que, pensativo, regresó silenciosamente a su Palacio.

Trató de conciliar el sueño pero le era casi imposible con todo lo vivido, pensaba una y otra vez qué podía hacer, hasta que, de repente, una idea cruzó su mente gracias a unas palabras claves en la conversación con Firinea.

- Eso es - pensó - mañana mismo se lo diré a Ratjá - concluyó en su cabeza ya recostandose en la cama - Yo te salvaré... Firinea...- murmuró mientras tocaba la mejilla que ella había besado hasta quedarse dormido.

Y al día siguiente...

Ratjá estaba sirviéndole el desayuno al pequeño en la sala principal 

- Ratjá - lo nombró él.

- ¿Si Señor Kalir?

- Quiero casarme con Firinea ahora.

- ¡¿Qué?! - lo tomó por sorpresa - Disculpe, ¡¿Cómo dijo?!

- Dije que quiero casarme con Firinea ahora - repitió seguro.

- Bueno... imaginé que podría pasar, pero no tan pronto... ¿Hay alguna razón en especial que lo lleve a tomar esta decisión?

- Es que su papá la casará con otro niño y él se la va a llevar lejos... ella se quiere quedar aquí conmigo y yo también quiero que se quede... entonces se me ocurrió que si me caso con ella se puede quedar, ¿No es así?

- Bueno, sí. Escuche Señor Kalir, usted aún es muy joven para casarse, pero lo que sí puede hacer es comprometerse. 

- ¿Comprometerme?

- Sí, debe decirle a su padre que desea casarse con la señorita, él hablará con los padres de ella, y si están de acuerdo entonces ustedes quedarán comprometidos, eso quiere decir que cuando cumplan la mayoría de edad se casarán.

- ¿Y eso será suficiente para que no se vaya?

- Así es, al ser su prometida ella se quedará en este territorio, incluso puede venir a vivir con usted.

- Wow! Eso suena genial, entonces así lo haré, se lo diré a mi Padre, vamos, llévame ahora con él - dijo poniéndose de pie.

- ¿Qué? ¿Ahora mismo? ¿Pero y el entrenamiento?

- ¿A quién le importa el entrenamiento? ¡Esto es muy importante Ratjá! - enfatizó - Tengo que hacerlo rápido sino podrían llevarse a Firinea para siempre.

- Está bien Señor, enviaré con los sirvientes un recado para el Señor Loxur explicando la razón de su ausencia.

- Bien, vamos ya - dijo y partieron de inmediato al Reino de su Padre.

Una vez allí expresó su interés en casarse con Firinea, Satánas no pudo evitar sorprenderse, su hijo más pequeño estaba allí exigiéndole que pidiera el compromiso lo antes posible.

- ¿Estás hablando en serio? - preguntó su Padre, quien se encontraba con sus consejeros.

- Ya te dije que sí papá - aseguró el pequeño Diablo.

- ¿Pero por qué tan pronto? ¿Acaso no puedes esperar un par de años más?

- ¡No!, si no lo haces ahora otro niño se la va a llevar, ¡date prisa papá! - le pidió.

- ¿Qué puedes decirme de esto Ratjá? - preguntó el Rey al sirviente.

- Soy testigo de la excelente relación que el Señor tiene con la señorita Firinea, es una niña encantadora, digna de ser una futura esposa. El interés del Príncipe es sincero y la compañía de la misma resulta beneficioso para el crecimiento de él como Príncipe - abogó el sirviente.

- ¿Dices que ella es una buena candidata para él?

- Absolutamente Señor, en mi experiencia con el Príncipe, la señorita Firinea será una pilar fundamental en su vida.

- Vaya... con una defensa tan contundente me gustaría conocer a la jovencita que será la primera prometida de uno de mis hijos, quiero que la traigan.

- Lamento decir que eso no será posible Señor, la señorita Firinea es una sirena.

- Oh... Así que una sirena, eso si no lo esperaba, hubieses empezado por ahí muchacho.

- ¿Por qué? - preguntó Kalir sin entender.

- ¿Tienes idea de lo difícil que es llamar la atención de una sirena no siendo de su raza? Son seres muy especiales y hermosos, te felicito hijo, con sólo saber que se trata de una sirena tienes mi aprobación - sonrió el Rey.

- ¿De verdad? ¡¿Entonces pedirás el compromiso?! - se entusiasmó.

- Sí, Ursen - llamó a su consejero.

- A sus ordenes.

- Envía de inmediato una propuesta de compromiso a la familia de la niña, supervisalo personalmente, si están de acuerdo debe firmarlo en el acto y así mi hijo ganará con antelación la mano de la señorita por encima del otro pretendiente.

- Enseguida Señor - dijo y se retiró a cumplir la orden.

- ¡Si! Gracias papá - agradeció el pequeño.

- Escucha con atención Kalir, si ellos aceptan este será un compromiso real, lo que significa que cuando ambos sean mayores de edad deberán casarse de inmediato, pero, si por alguna razón el día de mañana quieres anularlo tienes la potestad para hacerlo.

- Entendido - sonrió - ¡nos vemos!

- Y no descuides tu entrenamiento - le exigió mientras lo veía irse.

- Con su permiso Señor, me retiró con el Príncipe - dijo el sirviente.

- Ratjá - lo llamó - mantenme al tanto de todo.

- Por supuesto Señor, el Príncipe Loxur permanentemente está encima del Señor Kalir, con su presencia y la de la señorita Firinea, el Príncipe será un gran gobernante.

- Está bien, confió en ti, puedes retirarte.

- Adiós Señor - dijo y se fue al encuentro de Kalir que lo esperaba en los jardines.

- ¿Ya podemos irnos Ratjá?

- Sí Señor.

- Otra vez me ayudaste Ratjá... gracias...

- ¿Por qué lo dice Señor?

- Por lo que dijiste cuando mi papá preguntó tu opinión... creí que con que sólo yo se lo pidiera alcanzaría... pero por ser pequeño no me toman en serio aún... si no hubieses estado mi papá no habría aceptado... 

- Sólo dije la verdad Señor, realmente creo que la señorita sería una gran esposa para usted - comentó siguiéndole el paso a la salida del Palacio.

- ¡¿Qué?! ¿De verdad piensas eso?

- ¿Usted no?

- Bueno, yo... no lo sé, no lo pensé así... solo quería ayudarla a que se quede... es mi amiga... - respondió apenado.

- Lo sé Señor pero eso no quiere decir que en un futuro no se casen ¿O no?

- N-No lo sé - dijo ya nervioso - ahora quiero ir a decírselo - sonrió.

- ¿Se encontrará con la señorita?

- Sí, ya hice brillar la joya así que debe estar por ir a nuestro lugar, necesito que lo sepa para que convenza a sus padres de aceptar.

- Estoy de acuerdo Señor - dijo por ultimo el sirviente y se fueron a su Palacio 

En cuanto llegaron el pequeño Diablo corrió a su encuentro, tal como deseaba Firinea ya se estaba esperándolo, pero lo que ella jamás imaginó es que alguien más estaría allí...

- Hola Firinea... 

- Zamaron... ¿Qué haces aquí? - preguntó ella impresionada al verlo.

- Tu padre me dijo que te gusta venir aquí a jugar, así que te esperaba para verte... ¿Ya lo sabes verdad?

- Si...

- ¿Y qué pasa? ¿No te gusta la idea? 

- Tengo miedo... no me quiero ir de aquí... no te conozco...

- ¿Miedo? No tienes por que sentir miedo, te prometo que te trataré bien, tu a mi me gustas mucho. Me gustaste desde que te vi por eso pedí nuestro compromiso... seré el líder de los tritones y sé que en el futuro tu serás incluso más bonita que ahora... estamos destinados a estar juntos... - comentó él ya acercándose.

Aquel niño era un año mayor que ella, de cabello negro y ojos de un brillante tono verde. Sin duda era bien parecido, incluso un poco más alto, pero Firinea se sentía nerviosa, no estaba muy cómoda con sus palabras. Zamaron acarició el cabello de la niña y tomó gentilmente un mechón, en ese preciso momento Kalir llegaba al lugar para ser testigo de su acción.

- Me gusta el olor de tu cabello... - dijo Zamaron y, al verlo, Kalir no pudo controlar sus celos, corrió y le tomó la mano a la pequeña para separarlos

- ¡No la toques! - exclamó el Diablo.

- ¡¿Quien eres tú?! - preguntó entre sorprendido y molesto el pequeño tritón.

- Soy Kalir, uno de los príncipes del infierno. Tu seguro debes ser el idiota que se la quiere llevar.

- Eeeeh?! ¡¿Quien te crees que eres para decirme idiota y meterte entre nosotros?! Firinea va a ser mi prometida tengo todo el derecho de tocarla.

- Cállate idiota, ¿No te das cuenta que no le gustas? Ella no quiere irse de aquí y me encargaré de que así sea - aseguró mientras la colocaba detrás de él.

- Kalir... - suspiró la pequeña.

- ¡Firinea será mi esposa! - exclamó Zamaron.

- ¡No! ¡Firinea se casará conmigo! - respondió con igual intensidad.

Mientras tanto, al mismo tiempo, Loxur llegaba al Palacio de Kalir, sorprendiendo a Ratjá.

- Bienvenido Señor Loxur ¿Qué puedo hacer por usted?

- Vine a ver que está pasando, primero la nota de la ausencia al entrenamiento y luego me entero de que fue con mi Padre a pedir un compromiso, ¿Dónde está Kalir? 

- Todo tiene una explicación Señor Loxur, el Señor Kalir está ahora con la señorita Firinea ¿Desea conocerla?

- Claro que sí.

- Venga conmigo, le platicaré en el camino - dijo el sirviente y ambos partieron sin saber nada de lo que ocurría.

- ¿Qué estupidez es esa? ¿Estás loco? Firinea es una sirena y debe estar con un triton como yo, está destinada a ser mi esposa - reclamó Zamaron.

- Ya te lo dije, idiota, ella se va a casar conmigo, así que si te atreves a tocarla otra vez te golpearé tanto que olvidarás tu propio nombre...

- Maldito... ya me hiciste enojar... - dijo y de su cintura desenvainó una pequeña espada que traía consigo.

- Jo, jo, ¿Quieres pelear? - dijo Kalir y liberó parte de su poder tranformando su pequeña mano izquierda en una enorme y monstruosa, de piel de reptil y filosas garras simulando las de su ancestro - por mi está bien, te mostraré lo que pasa cuando te metes con un Diablo - amenazó.

Firinea estaba sorprendida, era la primera vez que veía esa habilidad en Kalir, pero no la asustaba, lo que provocaba el temor en ella era la forma en la que ambos niños se miraban, reflejaban una intensa ira, como si la bestia en cada uno quisiese salir y aquella disputa parecía la promesa de una rivalidad por el amor de la pequeña sirena...

Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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