El anillo mágico de Kalila

Sin internet

—¿Qué pasó? —insistió Valerio en saber cuando Kalila volvió al anillo.

—¡Tiene los ojos verdes! —exclamó Laerte agitado.

—¿Y qué tiene eso de malo? —preguntó Valerio confundido habiendo olvidado lo que su amigo le había platicado días antes.

—Mi abuelita dijo que debía cuidarme de una mujer de ojos verdes brillantes. ¡Debe ser ella! —exclamó Laerte intentando quitarse el anillo de nuevo sin éxito.

—Tranquilo, calma —pedía Valerio— Respira un momento.

—¡Mi abuelita me lo advirtió! —exclamó de nueva cuenta Laerte.

—Si, ya sé, ya me lo dijiste, pero ¿qué te hace pensar que es ella la que te hará daño? —preguntó
Valerio— Además, fue un sueño, no necesariamente es verdad.

—Llámame loco, pero recibo una advertencia de la persona menos supersticiosa que conozco y después encuentro un anillo de donde sale una Genio ¿Vas a decirme que es mera coincidencia?

—Bien, puede que tengas razón, pero no ganas nada con estresarte. Además, vas a lastimarte más ese dedo si
sigues halando el anillo —señaló Valerio haciendo notar que su dedo ya estaba muy lastimado, después de todo, en esos días Laerte había intentado quitárselo como para asegurarse que de verdad no saldría.

—¡Tengo que deshacerme del anillo!

—Ya oíste a Kalila, no podrás quitártelo si no pides tus deseos o se los cedes a alguien más. A mi por ejemplo —sonrió Valerio.

—Si esta mujer hace daño, no me atrevo a darle a nadie más esos deseos, así que ni lo sueñes y tampoco voy a usar los deseos, estoy seguro que de allí derivará el mal que me causará.

—De acuerdo, entiendo tu punto, debemos buscar una forma de deshacernos del anillo, pero debes tranquilizarte —decía Valerio tratando de calmar a su amigo— Mientras ella esté encerrada en el anillo no podrá hacerle ningún daño a nadie.

—No podré estar tranquilo con esto en mi dedo.

—Creo que aún tengo datos, vamos a buscar en internet algo sobre los Ifrit, quizá encontremos algo que nos ayude con esto —sugirió Valerio sacando su celular para hacer la búsqueda en
línea.

Laerte se colocó junto a su amigo mientras este hacía la búsqueda pero la señal no era muy buena y
tardaba demasiado en cargar, lo que llenó de ansiedad a Laerte quien comenzó a caminar de un lado a otro con el cigarro que le quitó a su amigo para terminárselo él.

—¿Ya? —preguntó Laerte desesperado pero Valerio no contestó nada hasta que terminó de leer uno de los
artículos que encontró.

—De acuerdo, comienzo a creer lo que tu abuelita te advirtió —comentó Valerio— Según este artículo, los Ifrit son seres superiores a los humanos que fueron obligados por Dios a obedecer a los humanos, pero ellos no estaban contentos con eso —resumía mientras buscaba más artículos al respecto— Dice que hay Ifrits buenos y malos y si podemos estar tranquilos mientras estén dentro de su prisión.

—¿Dice cómo deshacernos de ella? —preguntó Laerte inquieto.

—No, sólo dice que mientras estén atrapados en algún objeto no pueden hacer nada, pero no dice nada sobre los
deseos o deshacerse de los objetos. De echo según este artículo la idea de los deseos es inventada —decía Valerio desconcertado— Estoy buscando otras páginas pero casi no tengo señal, que raro, no había tenido tantos problemas con la señal.

—Usemos mi celular —dijo Laerte sacando su dispositivo para hacer de nuevo la búsqueda, pero la señal aparecía como escasa y retrasaba la búsqueda provocando que la ansiedad de Laerte creciera.

—Es imposible hacer una investigación con esta mala señal —bufó Valerio irritado— Creo que tendremos que hacer la investigación cuando volvamos a casa.

—¡No puedo esperar a regresar! —exclamó Laerte— ¡Debo deshacerme de este anillo!

—Con esta maldita conexión y sin una buena biblioteca, por hoy sólo nos queda dormir. Ella no puede hacernos daño si está encerrada —insistió Valerio sin saber qué más hacer o decir para tranquilizar a su amigo— Mañana podemos intentarlo de nuevo o podemos buscar en el pueblo un ciber para seguir investigando.

Laerte comenzó a dar vueltas de un lado a otro poco satisfecho con tener que ir a la cama aún con el anillo puesto, pero se dio cuenta que por la hora y el lugar donde se encontraba, no tenía de otra mas que seguir el consejo de Valerio.

—Mañana llamaré a mi abuelita y le preguntaré por su sueño. No sé cuánto tarde en lograr deshacerme del anillo, pero si sé lo que mi abuelita vio en su premonición, podré evitar los riesgos o aminorarlos —concluyó Laerte no viendo más alternativas, sin embargo, una risilla de parte de Valerio lo molestó y lo miró con enfado lanzándole un golpe al brazo— ¡¿Qué te causa tanta gracia?!

—Lo siento hermano, pero es que por un momento todo se volvió bizarro —decía Valerio tratando de devolverle el golpe a su amigo, pero él lo esquivó sin problema— Jamás creí oírte hablar seriamente sobre obedecer premoniciones.

—Y yo no esperaba encontrar un anillo mágico —contestó Laerte enfadado— Pero henos aquí.

—No te enfades, si la situación fuera al revés estoy seguro que te habrías reído también.

—No es verdad... —Laerte dudó por un momento— ¡Esto es serio!

—Si lo sé, pero no puedes negar que la vida es irónica —comentó Valerio desanimado por el estrés de su amigo a lo que Laerte no pudo más que darle la razón y soltó un suspiro pesado— Ahora que lo pienso ¿sabes qué es lo más irónico de todo esto? —preguntó Valerio y Laerte levantó una ceja preguntándole con la mirada— Que somos estudiantes de arqueología con acceso a artefactos antiguos como en las películas y encontraste un anillo mágico en un camino cualquiera.

Laerte finalmente sonrió al comentario de Valerio.

—Creo que debemos de dejar de pensar en las películas —continuó Laerte.

—Si, creo que si —se estiró Valerio.

Sin más qué hablar y no queriendo volver a sacar a Kalila de su anillo, ambos optaron por ir a dormir aún cuando  sabían que, especialmente Laerte, no podrían conciliar el sueño con aquella amenaza latente. Y aún cuando durante su insomnio Laerte intentó varias veces seguir investigando, la señal continuó fallando sin permitirle leer nada más allá de lo que ya sabían.



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En el texto hay: genios, magia, ifrits

Editado: 30.03.2020

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