El árbol de navidad

Capítulo 7 - Cena

Diciembre 13/2023

La boutique de ropa está lleno al tope. Como cada año, la boutique Colby Lenux abre las puertas a las seis de la mañana con descuento en todas sus prendas y cada habitante del pueblo aprovecha este día para comprar toda la ropa de diciembre; es por eso que Tara está haciendo la fila para poder entrar a la tienda y comprar. Lo bueno de la boutique es que solo deja que cada persona compre tres prendas, para que así todos puedan comprar.

Tarana quiere comprarle el detalle de navidad a su abuela, a su madre y a su hermana en la tienda, ya que a Colby Lenux es una tienda exclusivamente de ropa de mujer. La fila avanza dejándola en el puesto tres. Lo único que no le gusta de estos descuentos es el estrés que siempre coge por el bullicio. 

Quince minutos después por fin entra a la boutique y va directamente a la sección de ropa de señora y escoge para su abuena un abrigo beige con pequeñas flores amarillas; a su madre le compra un par de botas blancas que le había mostrado hace un par de días. Pasa los siguientes pasillos para comprar el regalo de su hermana y no encuentra nada que le pueda gustar a la complicada de su hermana. Ve a una de las dependientas de la boutique y se acerca a ella. 

- Disculpe, ¿tiene alguna colección nueva? 

- Si, nos llegó anoche. ¿Qué necesita exactamente?

- Algún abrigo o vestido bonito. Es para mi hermana y ella es un poco complicada con eso.

- Espérame en uno de los sofás mientras busco algo lindo para ti. -Tara asiente y se sienta en el sofá a esperar. 

Saca el celular de su bolso y se entretiene mirando las redes sociales, entra a su perfil y le sale una foto de Dareck con una inmensa sonrisa abrazando a un gatito en la veterinaria de sus padres.

Estúpido, Dareck《 pensó ella al ver la foto con adoración y con la baba prácticamente saliéndole de la boca. Suspira y vuelve a meter el celular en su bolso. Recuesta la cabeza en el sofá y cierra los ojos por cinco segundos hasta que llega la dependienta.

- Tenemos estas tres prendas, ¿qué dices?

La castaña se pone de pie de un salto y se acerca a la chica y le quita el abrigo azul marino y los dos vestidos, uno negro y uno rosado. Se acerca a uno de los espejos inmensos y se va observando. Repara detalladamente las tres prendas y al final escoge el vestido negro, el cual es ajustado, con una manga holgada y largo.

Si, aquí veo a Marce y sé que le va a gustar《 se felicitó mentalmente y se volteó hacia la chica.

- Me llevaré el negro.

- Una muy buena elección, señorita.

Le entregó las dos prendas restantes y caminó hasta la caja para pagar. Espero que la señora de la caja le diera el vuelto y salió satisfecha de la boutique.

Las horas esperando en la fila y la madrugada la tiene agitada así que al pasar por una cafetería decide entrar y pedir algo para merendar. El olor a café y a vainilla inundan sus fosas nasales y ella suelta un suspiro satisfecha. Camina hasta el mostrador del fondo y mira cada panecillo en la vitrina.

- Regálame dos panecillos de avena, una galleta de jengibre... -mira los carteles que muestran las bebidas para escoger la suya- y un café expreso con una cucharada de vainilla dulce.

La chica detrás del mostrador asiente y recibe el pago. Tara se sienta en una de las mesitas para esperar su pedido. Su pedido llenó algunos minutos después y hambrienta comenzó a devorar su comida. Degustó los panecillos y la galleta, estaban deliciosas, pero nunca como las que hace su abuela o su madre. Se bebe el último trago de café y decide irse si quiere encontrar los regalos para su abuelo y su padre. 

Al cabo de dos horas llega a su casa. Deja las bolsas de los regalos en la mesita de la sala y va a la cocina por un vaso de agua. El haber caminado hasta su casa fue la peor decisión que pudo tomar hoy. Toma el agua en dos tragos y lo deja en el fregadero, sale de la cocina y al escuchar su celular sonar sale corriendo, lo saca del bolso y el nombre de su mejor amigo brilla en la pantalla.

- Maxi.

- Hola, Tar, ¿cómo estás?

- Muerta del cansancio, estaba en el centro comprando, y ¿tú?

- Bien, un poco enredado -su amigo suspira-. Te llamaba para hacer una invitación.

- Oh, vaya. ¿Y eso?

- Katty hará una cena y como Ángel está con mis padres queremos cenar y beber algo de vino. Como en los viejos tiempos, ya sabes.

- Ujum. ¿A qué hora debo estar ahí?

- Siete y media estaría perfecto.

- Ok. A esa hora estaré ahí, adiós.

Colgó la llamada y subió a su habitación. Guardó los regalos y fue a su closet a buscar lo que usaría para la cena. Rebuscó entre sus prendas hasta hallar dos que le gustaban.

¿Vestido rojo o vestido azul?《 debatió viendo los dos vestidos. Ambos sus favoritos. 

Tras pensarlo un segundo más, se decidió por el azul. Ningún color podía competir con el azul. Su favorito.

Dejó el vestido en la cama juntos con sus botas negras y su abrigo negro -su favorito-. 

Se metió al baño y se puso bajo el agua caliente que salía de su regadera. Lavo su cabello castaño y salió enrollada en una bata de baño. Encendió el secador y empezó a secar su cabello húmedo; cinco minutos después su cabello estaba sin rastro de agua alguna. Aplaudió satisfecha y comenzó a maquillarse, algo sencillo, pero elegante.

Agarró el vestido y se lo puso. 

El vestido azul le llega tres dedos arriba de las rodillas, tiene un hombro descubierto y en la parte de atrás tiene una abertura. Le queda ajustado al cuerpo, detallando su hermosa figura. Se pone sus botas largas y se sienta frente al tocador. Como el vestido muestra su cuello decide agarra su cabello en una cola de caballo alto. 

Tara satisfecha de su trabajo se pone de pie y coge el bolso y el abrigo y sale de su habitación. Baja las escaleras y toma la caja con el pastel de frutas que compró para el postre -o más bien su madre de la mandó de la cafetería-. 




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