Escrito por Orwyl - Magistrado/Cronista de Puerto Viejo
Prefacio:
Durante mi extenso tiempo como cronista en la Universidad de Puerto Viejo, uno de mis primeros trabajos después de ser nombrado Magistrado y especializarme en crónica fue recolectar las antiguas historias del Reino de los Ríos.
A la edad de veintiséis años, me interesé en el Reino de los Ríos, y hasta el día de hoy me parece una nación de personas honorables y honestas. El único trabajo que tiene la universidad es preservar nuestras historias y divulgar el conocimiento.
Mi superior, el director y primer magistrado Janwyn, líder de la universidad, me destinó a Villadosrosas, un pueblo del Reino de los Ríos. Recuerdo haber estado un poco más de cuatro meses allí. Viví bajo el techo de Lord Birchwood, el señor de Villadosrosas, y desde ese momento me di cuenta de lo benevolentes que eran los ribereños.
Villadosrosas era el pueblo más antiguo de la zona, y en él quedaban antiguos pergaminos, hojas sueltas de antiguos escritos y, además, viajando y conociendo a las personas, las canciones que rondaban eran magníficas. Una vez recuerdo que me quedé en una de las tabernas del pueblo, se contaron media docena de canciones, pero la que más llamó mi atención fue la del mítico Sir Merlyn Moller. Ja-ja, claro, aquí en Puerto Viejo no creo que nadie conozca sobre él, pero en las tierras de los Ríos es una leyenda viviente.
Sabía que uno no se puede fiar mucho de lo que dicen las personas, generalmente en esas canciones, los locales agrandan a sus héroes... Así que esa misma noche me sumergí en todos los escritos que había encontrado aquí y allá en el pueblo durante esos meses y, al reunir la información más confiable, me decidí a escribir algo.
"El Rey que no fue correspondido"
Según las historias ribereñas, la fundación de la Casa Moller se data en algún periodo de la edad de las leyendas. Se dice que el primer Moller conocido fue "Sir Merlyn Moller", un caballero ribereño que fue conocido por la leyenda de la doncella Selene.
Cuentan las leyendas que Sir Merlyn era un caballero que viajaba por las zonas aledañas a lo que se conoce hoy como Troy y las zonas del nacimiento del río Dorado. Se dice que en esas tierras Sir Merlyn salvó a una doncella llamada Selene, una chica joven de un asombroso pelo castaño rojizo y ojos verdes. Unos dicen que era descendiente de los cantores del bosque, una antigua especie que habitaba esas tierras antes de que los hombres llegaran. Otros dicen que era una diosa que vagaba por los bosques atrayendo a hombres con sus encantos. Fuera como fuera, Sir Merlyn fue quien la salvó cuando un oso gigante la atacaba. Él se interpuso entre ella y la bestia, asesinándolo para salvarle la vida.
Aunque se ponen en duda esa versión, ya que si Selene era de la etnia de los cantores, ellos convivían en pura armonía con los animales del bosque. Se dice que esa misma noche, Sir Merlyn y Selene se refugiaron en una cabaña. Al parecer, de alguna forma conectaron, o eso le pareció a él... Ella le mostró agradecimiento por haberle salvado la vida y pasó la noche con él.
Al levantarse a la mañana siguiente en la cabaña, él se encontró solo. La joven Selene no se encontraba. Había seguido su camino y Merlyn, en un ataque de locura y obsesión, la necesitaba encontrar; dicen que él no soportaba el abandono, le habían dañado su orgullo. Así fue como él no paró de buscarla en todas las zonas aledañas donde se habían conocido, hasta que la encontró días después en el Reino del Dorado, en la fortaleza de Canto de Roble, con otro hombre, el Rey del Dorado, Robett II Reinhart.
Dicen que Sir Merlyn entró en furia y se dijo que Selene lo había dejado por ser un hombre de baja nobleza, un simple caballero. Pronto se propuso la meta de superarse para enamorarla. Al ser un rey igual o mejor que los otros, ella volvería con él. Comenzó a conquistar pequeñas tierras en las zonas cercanas al Dorado. Años tras años, agrandaba las zonas de conquista, quemó pueblos, aldeas, arrasó ciudades, se hizo de un buen ejército, hasta que llegó ese día que había esperado. Sir Merlyn se enfrentó en batalla al rey que habia arrebatado a su mujer, Robett Reinhart y en combate lo destrozó. El Rey del Dorado no era rival para un hombre a quien le habían dañado el orgullo. Durante sus años de conquista, Merlyn había mandado a construir una torre donde iba a guardar a Selene para que no se vuelva a escapar una vez termine su conquista, para así vivir con ella hasta el fin de sus días.
Tras coronarse como Rey del Dorado en Canto de Roble, fortaleza de los antiguos reyes del Dorado, Merlyn buscó a Selene y le dijo que ya podía estar con él, que era un rey y mejor que ese Reinhart. Selene lo acompañó y no cruzó muchas palabras con él en los días posteriores. Él la llevó hasta la torre que había mandado a construir para ella. En su estancia de la torre, había rubíes preciosos, tapices de telas finas, los mejores vinos aguardaban para ellos y frutas exóticas y exquisitas para su agrado. Todo había sido mandado a construir para ella. Merlyn pasó toda la noche y no se despegó de ella por temor a volver a perderla, pero tras pasar las horas cometió el error de dormirse otra vez, y otra vez al despertarse Selene no se encontraba a su lado.
Merlyn enloqueció. No sabía por qué lo había vuelto a dejar; ya no era un simple caballero, era un rey, un rey poderoso y temido. Tenía un castillo y muchas riquezas. Poco le importaron sus títulos y riquezas. Se volvió a arrastrar en busca de ella como un simple bufón. La quería, pero esta vez no pudo volver a encontrarla. Con el tiempo, Merlyn se convirtió en un anciano, y de vez en cuando escuchaba historias sobre una joven mujer de pelo rojizo y ojos verdes que era vista cerca de regiones boscosas por todo el continente. Sin embargo, nunca pudo volver a verla. Las historias dicen que Merlyn murió a los 114 años, en la torre que había mandado a construir para Selene, en soledad y sin ella.