Envié la carta a su casa, salí a la terraza que tenía una buena vista, toda la ciudad se podía apreciar, aunque no se sabía si veía al abismo o el abismo me observaba a mí, me recosté en el balcón, fume uno que otro cigarrillo, mientras el alcohol subía a mi cabeza, bifurcando la luz, esperaba la noche, anhelaba dormir, descansar, lograr el reposo, el alivio, el más allá. Lloraba como un niño pequeño mientras el ruido despertaba la atónita verdad, me había permitido dejarla ir, pero aun así no concebía una vida sin ella, y su sonrisa.
Horas más tarde, ella llega a casa de mano de su esposo y su hija, al abrir la puerta encuentra un sobre, lo toma.
- Amor iré a acostar a la niña, ¿vienes? – dice subiendo las escaleras.
- Si, dame un momento.
Abre el sobre, no tiene remitente y con desconcierto y empieza a leer,
Indiana, 17 de junio de 2015
Amada desconocida,
Sabes, nunca creí que el amor era real, ahora y gracias a ti pienso que lo que le regala realidad al engaño letal que resulta ser la vida, es el amor. Pero se siente como si viviese una vida equivocada porqué no pertenezco a esta vida en donde no estamos juntos, no lo hago, y sé que mi corazón vive en cualquier recóndito recuerdo de cualquier universo que sea ese cuando estabas conmigo y yo estaba contigo. Creo que el amor es eso, tener la libertad de volar a cualquier lugar y aun así volver a elegirte como destino, porqué solo ahí me sentí mejor. Quizá amor sea pasión, obsesión, enamorarte profundamente, encontrar a quien amar y hacerlo con locura, si cuentas con suerte y esa persona decide amarte también, será difícil, consumidor, intenso y desgastante pero no habrás vivido sin esto. No habría valido la pena hacer este viaje sin esto, sin ti, no haberte amado como lo hice habría sido no vivir en lo absoluto porqué el amor de verdad es el que despierta el alma, vuela límites, siembra fuego, atrae paz y te hace alcanzar más. Eso fue lo que me diste cuando en su tiempo decidiste amarme y es lo que espero haberte dado, siempre. Comprendí que la vida son instantes efímeros en donde ayer me hiciste disfrutar de ella y hoy me haces preguntarme como viviré mi vida sin ti, si algún día esto pasara, porqué como te amaba antes en nada se compara a cómo te amo ahora, tanto que lo único que me importa es ver esa sonrisa tuya, que llena, llama, tenta y encanta aunque viva lejos de mis hombros y su felicidad me excluya, comprendí que el amor requiere sacrificios siempre, y tu decidiste rendirte conmigo, pero ya no importa cuán duro e irreversible haya sido lo nuestro desde el fondo de mi corazón, te agradezco porqué lo necesitaba y a pesar que nunca quise necesitar a nadie, te necesitaba en esta vida.