El arte de pensarte

Capítulo 18

Cuando sientas que ya no puedes más, búscame, que yo estaré ahí para ofrecerte un cálido abrazo

Cuando sientas que tu carga es tan pesada, búscame, que yo te ayudare a cargarla. 

Cuando sientas que todos están en contra de ti, búscame, yo no lo estoy...

Pero, no me busques para remplazar alguien. 

 

 

 

Cierro los ojos, y los recuerdos me invaden. Las lágrimas salen sin ser retenidas y lo único que quiero es dejar de sentir tanto dolor, tanto odio por mi... dejar de recriminarme por cosas que yo no hice. Si el se fue, es porque no estaba enamorado.

 

 

 

No te pido que te quedes, tampoco que me ames,  ni muchos menos que estés a mi lado. A veces prefiero caminar sola en la oscuridad, en el silencio, y se me vez llorar; déjame, deja que llore mi pena sola. Así que déjame de cuidarme, deja de preocuparte de mi.

 

 

 

 

Tus ojos. Esos ojos que brillaban como el sol cada vez que estabas contenta. Eso ojos que brillaban como las estrellas ante la oscuridad, era esa luz que no podía apagarse. Esos ojos que no lloraban, y si lloraban no era por debilidad, era porque de verdad te importaba. Esos ojos que cargaban calidez. Esos ojos que, aunque fueran comunes, lo eran todo para mí.

 

 

Fue un amor inesperado, al menos para mí. Estaba descubriendo el sentimiento del amor, aunque pensaste que era toda una experta... lo cual no lo era. Quería entregarte todo de mi, algo dentro de mi me decía que eras el indicado, pero, me fallaste. Me fallaste porque yo no era lo que tú buscabas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.