-vuelve adentro-
Mi voz se escuchaba cansada, en realidad lo estaba, solo un momento era lo que necesitaba, estar solo y poder pensar mejor, recapacitar, entender, no lo sabía solo quería un momento solo-
-¿Qué?-
-tu diste un grandioso espectáculo, tal vez algún profesor se interese en ti, quiero pensar un poco-
Sara no supo cómo contestarme o mejor dicho que hacer, acepto el dejarme solo, quería desarme algo pero solo sonreía, ella desistió y entro, suspire siguiendo en mi propio mundo, me sentía quebrado, sin ningún sentido para seguir o querer seguir, no sabía si era correcto intentar cambiar o seguir siendo quien era, si quería dejar de odiar o solo eran pensamientos afectados por emociones. Cada vez entraba en más dilemas hasta que escuche la puerta abrirse.
-dios, te ves horrible-
-cállate Esteban-
Cerro con cuidado la puerta caminando hacia mí, sin decir nada sin siquiera juzgar o mencionar algo.
-Sara está preocupada, me mando aquí por el estúpido artista-
Me recargue en un muro mientras pensaba, Esteban simplemente se quedó a mi lado, esperaría drama o algo más pero no podía, no quería que en realidad hubiera algún conflicto del cual me arrepintiera.
-sabes estando tu arriba Gabriel, me recordaste los viejos tiempos-
-no me gusta para nada el conflicto en mi mente-
-solo digo, te veías feliz. Una vez me preguntaste ¿Por qué seguía a tu lado? Bueno porque eres tu viejo, siempre estuviste a mi lado, ¿podemos solo recordar el pasado?-
La idea de pensar en lo que alguna vez fue mi vida antes me repugnaría, lamentablemente no era el de antes y que nunca quería entender mi mente, saber otro punto de vista si así se le pudiera llamar, solo por una ocasión, asentí sin tomar demasiadas vueltas en el asunto.
-siempre fui tímido, todavía recuerdo lo aterrado que estaba el primer día de clases en la preparatoria Gabriel, pero tú fuiste el único que decidió hablarme, acerca mi amigo, eras alguien tan enérgico y lleno de vida que deslumbrabas-
-recuerdo ese día, eras todo un nerd, pero aun así decidí pasar el tiempo contigo-
-exacto, conocí esa faceta tuya igual que todo los demás, siempre tan animado y amigable, no lo podía creer, y todo se puso peor cuando descubrí tu pación por la música, “el mejor guitarrista de la escuela”-
Exacto esas palabras alzando sus brazos como un idiota mientras una sonrisa salían de ambos, nunca habíamos hablado de esto o tal vez simplemente Gabriel sentía que no era lo correcto, después de todo soy un idiota terco, la culpa no me abandonaría tan fácil.
-y pensar que fuiste “el pionero” aquel chico de primer semestre que creo el taller de música-
-me sorprende que Sara nunca preguntara por que el profesor aceptaba tan bien mis interrupciones o el simple hecho de estar en su taller y entregarle las llaves tan casualmente-
La nostalgia nos invadía a ambos, pensar en el pasado donde ambos éramos más atrabancados, yo en cada momento buscando mejorar y el siendo mi soporte técnico todo los eventos, pero antes de darme cuenta esa vida se convirtió en algo propio de los dos.
-sé que cuando paso todo lo de tu madre te afecto, esa luz se apagaba muy rápido, todos nuestros “amigos” se alejaron antes de poder darme cuenta, no sabían cómo lidiar con una situación como la tuya, supongo que pensaron que en realidad no podrían ayudar en nada-
-supongo, no fue mi mejor época. Te agradezco quedarte a mi lado aun cuando cambie tan radicalmente-
-no te puedo culpar, lo tomaste como cualquiera lo podría tomar, pero no lo comprendí de todo ¿tanto te odias? Digo sé que te culpas y culpas al arte por la decisión de tu madre, pero piénsalo un día te arrepentirás de lo que hiciste y lo que no ¿crees que te arrepentirás de hoy?-
El aire frio por fin llego a mi cuerpo, esa sensación tan peligrosa de adrenalina que me invadía desaparecía, pero era real, me encanto ayudar a Sara y por más que quisiera negarlo tal vez y solo tal vez también el hecho de volver a tocar en público, nunca creí olvidar tal experiencia en el pasado pero volver a sentirlo era algo increíble.
-no lo sé, me siento fatal por ir en contra de lo que creo, pero no puedo decir que me arrepienta de lo que hice-
-solo te diré esto porque eres casi como un hermano para mí. No intentes castigarte, intenta comprender por una vez en tu vida a los demás, solo por hoy ¿está bien?-
-a veces das increíbles consejos y otros días te quieren golpear por cada tontería que haces, eres todo un misterio Esteban-
Me golpeo ligeramente en el hombro, una sonrisa se volvió a presentar, mientras observaba mis manos, era claro que aun podía tocar ese instrumento y no por una charla cambiarían las cosas, por el momento intentaría poder ver desde los ojos de otra persona. Consideraba que soñar era algo que no podía permitírmelo pero ¿ver el mundo desde la perspectiva de una soñadora podría?
-no voy a arruinar el día por el cual saque la motocicleta, prefiero que todo salga lo mejor posible-