•C A P I T U L O S E I S •


 

—¡Necesito a dos hombres por aquella calle! —señaló un policía con rapidez.

—¡Entendido! —dijeron varios policías al mismo tiempo.

Hubo un gran movimiento de policías por la zona en donde se registraron los asesinatos macabros de esas dos personas. Se investigo rápidamente los cuerpos y de como fueron asesinados tan atroz.

—¿En donde está Adrián, Mark?

—No lo se, aún no ha llegado, ni el resto del equipo de la división uno, Lester.

—¡Necesito que los llames!

La tensión estaba subiendo rápidamente, recibían una llamada de un asesinato ocurrido. Nadie sabía con exactitud que estaba ocurriendo en ese momento, la tanda famosa libertad de la cual tanto se habló en los medios de comunicación.

—¡Ya logré contactar con Adrián! —dijo Lester.

—¿Que dijo? —cuestionó Mark.

—Esta resolviendo otro asunto.

—¿Cómo que otro asunto? ¡Esto es mucho más importante!

—Lo quise convencer de que viniera, pero colgó la llamada.

—Estoy pensando seriamente en mandar una queja formal de despido hacia el, no puede ser posible que nos deje aquí estancados sin avanzar en el caso. Estoy casi seguro de que es el asesino de la marca, el que está detrás de esto.

[...]

—¡Es hora de irnos Leonore! No sabemos el paradero de Adrián, solo dijo que se iba a encargar de un asunto, ¡Del cuál no tenemos ningún conocimiento! ¿No tienes miedo? —preguntó Dixie con voz temblorosa.

—¡Claro que lo tengo! El es el mayor detective que ha tenido este departamento por años, pero nosotras lo podemos lograr, solo esperemos que no pase nada malo con el, y que vuelva a sonreír y a reír.

—¿Por qué dices eso tan de repente?

—Ultimamente Adrián no ha sido el mismo, es un poco más callado y serio, antes mínimo sonreía una vez por semana, y ahora, no sabemos ni en donde se encuentra. Hace tiempo leí el expediente de el, su pasado es un poco triste y puedo deducir porque está aquí.

—¿Cuál sería? —cuestionó Dixie.

—Su padre murió por 10 balas incrustadas en su cuerpo, enfrente de Adrián, lo defendió, y este juró venganza eterna hasta encontrar al asesino de su padre. Hasta el momento el cree que el asesino fue el famoso de la marca. El nos mintió, ¿Verdad?

—Si, el nos dijo que su pasado fue muy feliz y que sus padres se habían ido a vivir a otro país latinoamericano. Creo que no quiso compartir su vida con nosotras.

—Yo lo haría, si mi pasado fuera como el de el, no quisiera compartirlo con todo el mundo. En parte entiendo que nos mintiera, sin duda, aún lo aprecio.

—¿Que ha pasado con su madre? —cuestionó Dixie mientras observa el alrededor pensando en las palabras que comento Leonore.

—Su madre lo abandono a los 3 años de edad, se fue con otro hombre y hasta el día de hoy, en los registros policiales, la última foto fue tomada en el 2015.

Dixie se acerca a la carpeta que contenía la información y la cerró y la colocó de nuevo en su lugar.

—Es hora de irnos, a ayudarlo —comentó Leonore.

Salieron rápidamente de ese lugar con armas en mano y entraron al coche y arrancaron velozmente.

El reloj de las inspectores empezó a sonar, vieron que el que realizaba la llamada era Adrián y rápidamente contestaron para saber cuál era el mensaje que quería dar.

—¡Escuchen! —exclamó Adrián.

—¡¿En donde demonios te metiste?!

—Es lo de menos, no investiguen más, ¡Repito! ¡No investiguen más! Todos estamos en absolutamente peligro, no quiero que ustedes estén aquí, ¡Conmigo!

—¿Cómo que estar contigo? —preguntó Dixie.

—¡Olvídalo! ¡No investiguen más!

La llamada se cortó en ese mismo momento, las chicas estaban extrañadas de lo que ocurrió y del mensaje que transmitió. El ambiente se quedó  completamente en silencio, las chicas no sabian que decir.

Los asesinatos seguían ocurriendo en diferentes partes de la ciudad casi en el mismo momento y de las mismas circunstancias, casi alcanzaban los 100 asesinatos en menos de 3 horas. En el lugar solo se encontraba el cuchillo, la víctima y una nota que decía "La muerte no discrimina" no sabian con certeza que significaba esa frase, los inspectores dedujeron que se trataba de que asesinaban a cualquier persona de cualquier edad, no les importaba si era un anciano o si era un niño pequeño, así de crueles son los miembros de esa secta.

[…]

Adrian en todo momento sujetaba una arma con poca munición, caminaba haciendo el menor ruido posible para que no fuera detectado en el cual el sospechaba, era en donde se reunían los miembros de dicha secta.

—¿Qué diablos pasa aquí? —se preguntaba Adrián cada que caminaba y miraba lo que se encontraba dentro.

Era hora de verificar si podía encontrar a alguien y poder interrogarlo.

—¿Que son estos cuerpos?

Se asombro y vio unos cuerpos en el suelo, estaban vivos, pero con muchas heridas en su piel. Se acercó a varios de ellos, pero estos parecieran aterrados cuando Adrián se acercaba a verificar su salud.

El siguió caminando y encontró la sala principal, una mesa gigante en el centro, unas luces color rojo y unas velas en cada esquina, como si fuera hacer un ritual o algo por el estilo. Se asombro cuando vio lo único que estaba en la mesa.

"Hoy inicia la depuración, hoy inicia nuestra libertad, liberar a nuestra nación de la corrupción, de los policías, de esas personas que solo manchan la espiritualidad que tenemos, hoy nos vengaremos y asesinaremos brutalmente a todas las personas que nos encontremos"

Escuchó el retroceso de una pistola del otro lado.

—Bienvenido, Adrian.

Este último saco su arma y apunto en dirección a donde estaba esa persona.

—Muchas gracias, Marrie.

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Lamento mucho la tardanza que sucedió con este capítulo, últimamente he tenido muchas tareas por este tema de la cuarentena, pero eso no cambiará, lo máximo que tardaré en subir un capítulo, será una semana, ese es el límite, espero no abandonen la historia, la escribo para todos ustedes, espero la disfruten:)