Abrí mis ojos tras escuchar que alguien decía mi nombre, y me llamaba, me gire para mirar si había sido Cristina pero ella seguía durmiendo plácidamente, mire el reloj que reposaba en la mesita de noche y marcaba las 2:30 am, la poca luz que entraba por la cortina poco a poco se fue oscureciendo hasta no ver nada.
<<Sube>>
Mire a todos lados para saber de dónde provenía el llamado pero no veía mayor cosa, me senté en mi cama y con una mano abrí la mesita de noche y saque una linterna, la encendí pero no veía nada, estaba asustada, mi corazón latía con fuerza, no sabía que estaba sucediendo, me aferre a mis sabanas y me quede observando la luz de la linterna.
Al fondo se escuchó el crujir de la madera, pensaba que esa cosa entraría a mi cuarto y quien sabe que haría conmigo, sentía pasos fuertes caminando por el pasillo, pero no podían ser pasos normales, se escuchaban el caminar pero de cascos, como si un caballo estaría pasando por el pasillo. Tres golpes suaves en la puerta me hicieron brincar del miedo, esa cosa estaba del otro lado de la habitación y eso me aterrorizaba.
-Ayuda, ¡no!-Gire mi cabeza para ver a Cristina y allí estaba ella sacudiéndose en su cama y hablando cosas inteligibles. Rasguños se empezaron a escuchar en la puerta, mis pelos estaban de punta, mi corazón estaba desbocado, salte de mi cama como pude y me tire encima de cristina.
-¡DESPIERTA!, VAMOS CRIS-La sacudí y le grite hasta que por fin se despertó.
-¿Qué haces?-Se restregó los ojos y me miro un poco asustada y enojada.
-Creo que…-No pude terminar mi frase ya que la puerta fue impulsada con tanta fuerza que se abrió de par en par, la madera choco con la pared haciendo un fuerte estruendo, Cristina se pegó a mi brazo y empezó a temblar, mi corazón empezó de nuevo a latir con fuerza.-Tenemos que subir.-Finalice de decir. Me miro dubitativa por unos segundos y luego hablo.
-No. Claro que no.-Movió su cabeza y siguió hablando.-No sabemos que hay ahí.
-Entonces lo vamos a averiguar.-Le asegure parándome de la cama.
-Okey, entonces voy contigo.-Afirmo levantándose de su cama.
Ambas nos cogimos de las manos y caminamos a paso lento hacia la salida de la habitación, el frio que empezaba a surgir me helaba de los pies a la cabeza, con pasos temblorosos salimos de la habitación, las escaleras hacia el ático estaban bajadas, cosa que me pareció muy extraña, subí el primer escalón y la madera crujió, y así hasta que estuvimos arriba.
-¿Por donde empezamos?-Pregunto Cris clavándome sus pequeños dedos en el brazo.
-Por esto.-Señale la caja que anteriormente había visto con su letrero de “no abrir”
Quitamos las cajas que yacían encima de esta y las hicimos a un lado, fue difícil abrir la caja ya que tenía cinta, una vez abierta volqué todo el contenido y lo desparrame en el piso, con la poca luz de la linterna y la pase por cada objeto. Cogí una muñeca de trapo la cual me llamo mucho la atención, estaba llena de polvo y su vestido blanco estaba manchado de algo rojo, pero estaba tan sucio que parecía café, su cabello era negro y estaba desgreñado, tenía una cortada en su cara y no tenía uno de sus ojos.
-Escucho pasos.-Aviso Cristina avanzando hacia las escaleras. Me apresure a guardar todo y Salí corriendo con Cristina. Cuando terminamos de bajar las escaleras, nuestra nana subía las escaleras con una vela encendida.
-¿Que hacen ahí paradas?-Pregunto echándole un vistoso a las escaleras del ático.
-Salimos a tomar un poco de agua, y encontramos las escaleras abajo.-Respondí de inmediato mirando de reojo a Cristina.
-Vuelvan a sus habitaciones ahora mismo.-Nos ordenó a mi hermana y a mí, y de inmediato subió las escaleras, la notaba tensa, y asustada. Cogí a Cristina de la mano y la arrastre hasta nuestra habitación.
-¿Crees que la nana está ocultando algo?-Le pregunte mientras me metía nuevamente entre mis sabanas.
-¿Porque lo dices?
-No lose.-Respondí guardando la linterna.
-No creo que tenga algo que esconder.-Corroboro ella echándose sus sabanas encima.
-Luego lo averiguaremos.-Me acomode en mi cama, y cerré los ojos, en uno minutos ya estaba durmiendo otra vez
(***)
-Niñas vámonos ya.-Anuncio la nana desde la entrada de la casa, hoy iríamos de paseo por el bosque y haríamos un picnic. Bajamos las escaleras a toda prisa y salimos de la casa, mientras caminábamos hacia nuestro destino hablamos con nuestra nana sobre lo que sucedía.
-Y dices que no escuchas nada ¿segura?
-Claro señorita Cristina, todo los años que he vivido acá, nunca he visto o escuchado algo raro.-Respondió tan segura de sí misma.
-Pero te digo que todas las noches oímos a esta chica llamarnos, y nos invita a que subamos al ático.-Ataque con nerviosismo, tener que escuchar todas las noches la misma voz no era nada agradable.
-¡Niñas basta!-Su grito nos hizo asustar a mi hermana y a mí, porque razón tenía que reaccionar tan feo, solo le estábamos comentado lo que nos pasaba.-Les he dicho que no sé nada de lo que hablan, y será mejor que no vuelvan a subir al ático y punto, esta conversación termina aquí.-Y así fue como la conversación se finalizó, no volvimos hablar el resto del día sobre el tema.