Gaby
Negro.... Todo está negro.... Estoy en un cuarto ¿Es mi cuarto de San Louis? Pero ¿Cómo llegué a San Louis?
Salgo del cuarto hacia la casa, pero todo está igual de negro.
Escucho ruido en la cocina ¿Quién estará?
–¿Mamá? ¿Papá?
Nadie me contesta, no quiero ir a la cocina me da miedo, pero algo hace que aparezca ahí mágicamente ¿Estoy en un sueño?
No es un sueño, si fuera un sueño estaría feliz y no asustada, debe ser una pesadilla.
–Hola pequeña.
Me paralicé al oír esa voz, su voz.
–¿Qué haces aquí?
–Te extrañaba, me haces falta mi dulce Gaby.
Intentó tocarme, odiaba que me tocara.
–¡No me toques! ¡MAMÁ! ¡PAPÁ!
–No están mi dulce Gaby, estamos nosotros solos.
No por favor, salí corriendo de la cocina, pero me atrapó y jaló.
–¡No!–empecé a gritar entre sollozos.
Luché pero aún así me ganó y lo hizo.... Dios odiaba que lo hiciera.... Lloré demasiado.
Siento unos brazos que me despiertan y cuando despierto estoy sudada, con lágrimas en las mejillas, nosé quién me despertó pero el contacto me asquea.
–¡NO ME TOQUES!-empecé a llorar otra vez.
Quién me despertó enciende la luz y lo veo, veo los ojos y ya se quién es.
–Princesita ¿Que pasa?
–¿Erick?
–Si, soy yo–se acerca lentamente, como dudando si abrazarme o alejarse–todo está bien, yo también tengo pesadillas con monstruos.
Este es un monstruo de carne y hueso
–¿Todo estará bien?
–Todo estará bien, dice terminando por abrazarme.
Y ahí le conté, le dije la verdadera razón por la que me mudé y sorprendentemente el entendió.
Ya llevamos varios meses en Caleb, me gustaba este estilo de vida... Y cómo estábamos de vacaciones mejor.... Todas las tardes hacíamos algo los gemelos y yo y, cada fin de semana nos quedabamos en la casa del otro.
Conocí al Sr. Granger (Thomas Granger), me equivoqué al creer que el color de sus ojos era igual al de sus hijos.... Lo de él eran de un gris tan claro que parecen azules.... Es de cabello marrón chocolate y piel blanca.
Y solo faltaban 2 semanas para mí cumpleaños, estaba emocionada, porque a los 10 puedes entrar a la liga de fútbol infantil, los gemelos ya estaban por su condición física, así que de entrar estaría con ellos.... Lo malo es que en 3 semanas empezaban las clases habituales.... Ya no pasaría tanto tiempo en casa.
Hoy Erick me dijo que me tenía una sorpresa, así que estoy aquí en su casa esperando a que aparezca..... Lo veo entrando por la puerta del patio trasero.
–Gaby, ven.
Lo sigo y me doy cuenta que en el árbol del patio, está una casita del árbol escondida.
–¿Por qué no me dijiste que tenías una?
–Te la estoy mostrando ahora ¿No?
Se supone que debemos tener un "código" para entrar a la casita del árbol y Erick me dice que soy la única además de ellos dos que lo sabe.
En la casita del árbol veo que hay muchos dibujos.
–¿Cuál de los dos dibuja príncipe?
–Yo.
–¿Por qué todo es tan negro?
–Me gusta representar ese vacío que hay en el alma cuando no tienes felicidad completa.
–Eres raro y a la vez muy analítico.
–¿Qué te digo?–dijo encogiéndose de hombros.
Pasamos toda la tarde ahí en la casita....
Este fin de semana le tocaba a ellos quedarse.
Cómo era costumbre tuve otra pesadilla y Erick volvió a calmarme.
–¿Por qué este monstruo no se va Erick?
–No lo sé princesita.
–¿Qué debo hacer?
–¿Hacerlo sentir igual? Con un vacío en el alma.
–¿Sabes qué? Mejor duérmete.
Me acomodé en la cama pero él no se movió.
–¿Qué haces?
–No me voy de aquí hasta asegurarme que estés a salvo princesita.
–Mi príncipe, siempre salvando me.
Después de eso todo fue normal.... Ya pasó la semana y fue la misma rutina, solo que este fin de semana me quedé en el casa Granger.... Y esta pesadilla fue ten fuerte que me tuve que dormir abrazada a Erick cómo si mi vida dependiera de ello.
Hoy ya es mi cumpleaños, la verdad no va a ser la gran cosa... Solo algunos vecinos.
–¡Princesita!–me llama Erick desde la cocina–Ten tú regalo.
–Espera enana, abre el mío primero....
–Mmmm.
–Sí, abre el suyo primero–dijo con una sonrisa–lo mejor siempre va al final.
Abrí el regalo y era un videojuego de fútbol.
–Gracias Elías.
–Si, Elías ¡Yupí!–dijo con sarcasmo Erick–ahora el mío.
Cuando lo abrí me encantó al instante....
–Erick no debiste.
–¿Te gusta?
–Me encanta.