13. Aurora el torbellino

Perspectiva de Aurora:

Abrí la puerta de la biblioteca con mi habitual torrente de energía, ansiosa por mostrarle a tía Elara las gemas deslumbrantes que acababa de encontrar en el mercado. Pero mi atención se desvió de inmediato hacia la joven sentada junto a ella. Luna. Su nombre flotaba en el aire como un susurro de la luna misma, y la primera impresión fue de una belleza etérea, casi irreal. Su cabello blanco brillaba suavemente a la luz de la ventana, y sus ojos... eran como dos lunas llenas, llenos de una tristeza profunda pero también de una serenidad sorprendente.

-"¡Tía Elara! ¿Has visto el nuevo cargamento de gemas que llegó del este? ¡Son absolutamente deslumbrantes! Oh, ¿y tú debes ser Luna? ¡Soy Aurora, la hermana pequeña del Rey Alfa! ¡Un placer, no, un deleite cósmico conocerte!"- Las palabras salieron sin filtro, mi entusiasmo habitual tomando el control. Pero mientras hablaba, una punzada extraña me recorrió. Había algo más en Luna, algo oculto bajo esa calma aparente. Una fuerza contenida, una melodía silenciosa que mi propia loba, Río, parecía reconocer.

Río se agitó en mi interior, un suave murmullo de curiosidad.

-Ella... ella huele diferente. Familiar, pero... apagada. Quiero acercarme.

-" ¿Alguna vez te han enseñado la sutileza de una entrada discreta?" bromeo tia Elara, Mientras yo trataba de disimular la intensa curiosidad que Luna despertaba en mí y en Río.

Luna sonrió ante mi efusividad, una sonrisa tímida pero genuina que iluminó su rostro. -"¡Bah! ¿Para qué formalidades innecesarias con la familia? ¡Y tú eres familia ahora, Luna! ¡Lo sentí en el instante en que Elara mencionó tu llegada! ¡Tenemos tanto, tantísimo de qué hablar! ¡Tu cabello es como el brillo de la escarcha bajo la luna llena! ¿Es completamente natural? ¡Y esos ojos! ¡Son pozos de misterio lunar! ¡Tenemos que organizar una expedición de compras urgente! ¡Y debo contarte todos los secretos jugosos de la manada! ¡Empezando por el hecho de que mi augusto hermano a veces ronca con la melodía de un oso gruñón atrapado en un huracán, tengo que aprovechar el echo que no está aquí para poder criticarlo contigo, ya que no lo conoces aun!" Seguí parloteando, tratando de descifrar la extraña sensación que Luna y su silenciosa loba evocaban en mí.

Perspectiva de Río:

Ella... ella huele a nieve y a luna llena, una fragancia pura y melancólica. Pero hay algo más, un eco distante, como el aullido de una hermana lejana que no puede alcanzar su voz por completo. Quiero acercarme. Quiero tocarla. Siento una conexión... una familiaridad extraña. Su loba... está ahí, lo sé. La siento, débil pero presente, como una estrella oculta tras las nubes. Quiero que salga. Quiero jugar con ella.

Perspectiva de Luna:

La energía arrolladora de Aurora me tomó por sorpresa, pero su calidez era innegable. Su torrente de palabras era como una cascada alegre, y no pude evitar sonreír ante su entusiasmo. Pero mientras hablaba, percibí algo en su mirada, una curiosidad penetrante que iba más allá de la simple cortesía. Y luego estaba ese olor... dulce y terroso, emanando de ella con una intensidad ligeramente mayor que la vez anterior. Me invadió una calma extraña, pero también una punzada de alerta.
Tea permaneció en silencio, observando a la recién llegada con una cautela inusual. -"Ella... ella es fuerte, Luna. Y su loba... nos siente.

Y así, tal como la torrencial Aurora había implícitamente prometido, nos volvimos inseparables. Los días se desdibujaron en una sucesión de risas compartidas y confidencias susurradas. Aurora me arrastraba a todas partes, mostrándome la belleza y la peculiaridad de la manada del norte. Hablábamos de todo, y aunque evitaba el tema de Damon, me sentía cada vez más cómoda en su presencia.

Perspectiva de Aurora:

Cada día que pasaba con Luna, la certeza de que ocultaba algo se fortalecía. Su conexión con todo lo que la rodea era innegable para Río y para mí, aunque ella no lo expresara verbalmente. Había una tristeza velada en sus ojos lunares, una reserva que no encajaba con la fuerza que irradiaba en otras ocasiones. Río se impacientaba, anhelando la presencia plena de la loba de Luna. Tenemos que saber qué le pasa. Tenemos que ayudarla.

Un atardecer, mientras descansábamos junto al arroyo, decidí que era el momento de abordar el elefante blanco que flotaba entre nosotras. -"Sabes, Luna," comencé, tratando de mantener mi tono suave pero firme, "desde el momento en que te conocí, Río y yo sentimos algo... diferente en ti. No es solo tu belleza o tu tranquilidad. Hay una fuerza contenida, y tú loba... ella está ahí, lo siento. ¿Por qué la ocultas?"-

Perspectiva de Luna:

Las palabras de Aurora me tomaron por sorpresa, pero en el fondo, sabía que este momento llegaría. Su intuición era demasiado aguda. Dudé por un instante, el miedo intentando aferrarse a mi garganta.

Pero la calidez en los ojos de Aurora y el suave murmullo de Tea, instándome a confiar, me dieron el valor para hablar. -"Es cierto, Aurora," confesé, mi voz apenas un susurro al principio. Y entonces, las palabras fluyeron, liberando el peso que había cargado durante tanto tiempo. Le conté sobre el rechazo, sobre el dolor que sentía aún mi corazón , sobre mis poderes, sobre mi miedo a la incomprensión, le conté todo.

Perspectiva de Aurora:

Mientras Luna hablaba, mi corazón se encogía con cada palabra. El dolor que había soportado, la soledad de sentir a su loba tan cerca pero sin poder salir a luz completamente.. Era cruel. Río gimió suavemente en mi mente, sintiendo el sufrimiento de su hermana. Cuando Luna terminó su relato, la abracé con fuerza. -"Oh, Luna... Lo siento muchísimo. Pero escúchame bien: aquí, estás segura. Aquí, nadie te juzgará. Y Río y yo... te ayudaremos en todo lo que necesites. Te prometo que guardaré tu secreto hasta que estés lista para compartirlo con el mundo."- ¡Oh, por la Diosa Luna, eres maravillosa, quiero poder conocer a Tea en alguna ocasion!! "- Una oleada de determinación me invadió. Luna no estaba sola.