El bosque prohibido

La fiesta


-No lo sé, ¿De verdad lo crees?-preguntó el joven encogiéndose de hombros, como si de verdad no le importará.  

-Estoy seguro,...a demás... Ira Jung Mi-Sha- dijo su amigo, mientras sonreía. 

Mi-Sha era la favorita de Izael, le gustaba desde hacía ya 2 años. Era de esperarse que se encontrará en esa fiesta bomba, ella solía ir a esos lugares, en especial siendo una de las más populares  del liceo al que asistían.  

-¿¡¡Que!!?, ¿¡¡De verdad va a ir!!?. Preguntó poniéndose de pie con la velocidad de un rayo.  

-Por supuesto que irá, será la fiesta más grande de la historia. 

-Am...s,si, si ella va... De seguro estaré allí-titubeo sonriente imaginándose el encuentro 

-Lo sabía, ¿Como atraer a Izael?... Nómbrale a Jung Mi-Sha. 

-Ahrg, sierra la boca. Contestó empujándolo, a lo que en respuesta su amigo solo río. 

-Oh, ¿Es la campana?... hay que volver a clases. Afirmó poniendo atención al sonido del timbre.  

-Es una lastima, apenas si hemos tenido tiempo para hablar de... Tú noviecita- comentó dirigiéndose al salón  

-Basta, te eh dicho que no es mi novia, solo me gusta- protesto propinándole un suave puñetazo al hombro. 

Siguieron hablando, hasta llegar al salón... Donde no los esperaba una buena sorpresa, la profesora estaba allí parada, cruzada de brazos sin dejar de ver el reloj... Como si de verdad hubiesen llegado tan tarde. 

-¿Qué hora es está de llegar?- preguntó apretando los puños a sus costados. 

-No hemos llegado tan tarde, solo unos 5 minutos- se defendió Izael, sin dejar de pensar que la culpa era toda de Taion 

-¿Me estás contestando?... Bien, castigados después de clase. 

-¿Qué?, solo hemos llegado unos minutos tarde. 

-es verdad, a demás... 

-¡¡¡NO ME INTERESA!!!, ¿SABEN QUÉ?, AHORA ESTARAN CASTIGADOS UN MES- gritó acercando tanto su rostro a los chicos que hasta podían sentir su aliento. Ellos no respondieron. 

-A CLASE... AHORA. Gritó señalando el salón mientras en su rostro enrojecido se veía la furia de mil demonios. 

Los jóvenes nada más entraron sin decir una palabra. El resto de clase la profesora no dejaba de mirarlos con su característica mirada acusadora, por suerte esa era la última clase del día. Luego de eso, como dictó la profesora, debieron quedarse limpiando, ya que ese era el castigo que les habían puesto. 

-Esto, fue tu culpa- protestó Izael señalando el salón con su mano. 

-¿Mi culpa?, Querrás decir la tuya.  

-cierra la boca y sigue barriendo, que aún nos queda mucho.  

Al finalizar fueron en el auto de Taion hasta la casa de Izael, entraron sin hacer mucho ruido, ya que sus padres dormían en ese momento. 

-De seguro, llegaron cansados a dormir- pensó Izael, subiendo las escaleras en dirección a su cuarto.  

Luego de unas horas se encontraban los dos buscando ropa, para la fiesta, mientras Izael revolvía el armario tirando ropa de aquí para allá, Taion se encontraba sentado en la cama, riendo de la preocupación de ¿Que ponerme?, de su amigo.  

-No exageres, nada más es una fiesta-Comentó, mientras aún reía desde su cómodo lugar de la habitación. 

-¿Solo una fiesta?, ¿Solo una fiesta?... Verás lo que es sólo una fiesta- dijo arrojándole una almohada a la cara, tirándolo hasta el piso. se paró, agarró dos almohadas y empezó a chocarlas entre sí, como una amenaza.  

-Así que quieres pelear ¿Eh?... Pues, come plumas Izael- dijo golpeándolo con una de las almohadas en el rostro y la otra en el estomago.  
Luego de unos minutos, estaban los dos sumidos en la segunda guerra mundial, versión, más suave y divertida. 

-AQUÍ TIENES COBARDE. grito el joven peli-rojo saltando de la cama, para caer encima de su amigo y golpearlo incansablemente con su "arma". 

-AH NO, AH NO, A MI NO ME GOLPEAS. lo empujó y una vez en pie se puso en posición de pelea con sus puños bien firmes.  

-Así que ahora es combate cuerpo a cuerpo ¿Eh?... Bien, tú lo pediste. Contesto arrojando la almohada a un lado, y poniéndose en la misma posición que su amigo.  
Acto seguido, pelea imaginaria, sin siquiera tocarse. 

-Ok ya, paremos-dijo el más joven entre risas  

-Esta bien... además...  se hace tarde para la fiesta. 

-Si, hablando de eso... No me has dicho donde es- dijo poniéndose de pie y comenzando a ordenar todo. 

-En casa de Juli- contestó, acomodando una pequeña mesita, la cual habían tirado mientras jugaban. 

-Oh está bien, y...¿Que piensas ponerte? 

-No es una fiesta formal, voy a ir así como estoy- hablo señalándose de arriba abajo 

-Sucio- protesto Izael, tomando un poco de ropa para cambiarse. 

-Di lo que quieras, yo me siento cómodo con quién soy- habló poniendo la frente en alto. 

Siguieron hablando mientras solo uno de los dos se cambiaba. Cuando terminaron llamaron a un taxi para dirigirse a la fiesta. 
Bajaron del auto asombrados por la multitud de adolescentes borrachos que ya se encontraba allí. 

-Wooow, esto está increíble, ¿No te parece?-pregunto tocándolo con el codo. 

-Es...es mucho alcohol para ellos- contestó asombrado, por como bebían sin control. 

-No tanto, vas a beber ¿no?. 

-No, mejor hazlo solo tu, yo... Voy a ir a adentro haber que tal-comentó ya dirigiéndose adentró. 

-Esta bien, te acompaño- dijo siguiéndolo hasta adentró, donde era aún peor que el exterior, en vez de adolescentes de secundaria parecían de último año de facultad. 
Iban caminando, cuando se acercó una chica borracha con un vaso de cerveza en su mano  

-Esto está... Esta increíble ¿No?- lo miró no pronunciando muy bien las palabras. 

-Am, si claro, con permiso- habló haciéndola a un lado para pasar, a lo que ella lo agarró por la camisa y lo volteó, dejándolo cara cara. 

-¿A dónde vas pequeñín?, la fiesta está... está aquí, ¿no lo ves?. 

-Si, si claro, pero, ¿P,podrias alejarte?-dijo intentando no poner cara de repulsión por el increíblemente fuerte aliento a alcohol 

-Oww, que tierno eres- habló ella abrazándolo, mientras por atrás Taion no aguantaba su risa. 

-Si, también te quiero-dijo correspondiendo al abrazo, de unos segundos, al terminar se apartó de ella y comenzó a caminar en dirección contraria. 

-Eso... Estuvo increíble-comento el más grande entre carcajadas. 

-Cállate, esto ya no me gusta, todos están muy alcohólicos 

-¿Muy alcohólicos?, Así deberíamos estar nosotros, es decir, ¿ya casi cumplimos la mayoría de edad y aún no bebes?... eres un anciano.  

-No, solo me cuido, y deberías hacer lo mismo-replicó subiendo las escaleras. 

-¿Que estás buscando?, Corrección, ¿A quién estás buscando?- preguntó siguiendo cada paso.  

-A nadie, a nadie Tai, deja de molestar, ¿Ok?, ¿No querías ir a beber?. 

-Es cierto, bueno... Te dejo solo entonces. -dijo antes de bajar rápido los escalones para llegar a donde se encontraba todo el alcohol. 

-alcohólico-protestó Izael mientras seguía subiendo.  
Al llegar arriba se encontró con lo que menos esperaba.  

-¿Crees que puedes decirme qué hacer?-preguntó el, aún acorralándola contra la pared. 

-N,no me gusta que me trates así J,Jon-replicó ella encogiéndose en su lugar con miedo, a lo que el soltó un puñetazo en la pared al lado de su cabeza. 

-NADIE ME DICE QUE HACER MUÑECA, ¿TE QUEDÓ CLARO?. 

-Deja de hablarle así- manifestó Izael desde su lugar, a lo que el otro volteó para verlo. 

-¿Y tú quien eres pendejo?, es mi novia, hago lo que se me de la gana con ella.  

-A ella no te atrevas a tocarla- masculló con los puños apretados, mientras sentía como la sangre le comenzaba a hervir por dentro. 

-¿O que harás?, eres nada más un niño. 

Esa fue la palabra que desató la ira dentro de Izael, sin pensarlo mucho se le tiró encima, haciéndolo caer y aprovechando su ventaja para golpearlo como nunca en el rostro. 

-¿QUE HACES?, DEJALO- gritó ella intentando separarlos, pero cuando al fin lo logró se desató la verdadera guerra. 
Jonathan tomo del cuello a el joven, lo levantó del suelo y lo estrelló contra la pared y mientras apretaba cada vez más su cuello decía: 

-Que te quede claro niño, conmigo no te metas, por que vas a terminar muy mal. 

Luego de unos segundos Izael dejo de hacer fuerza para alejarlo, sus manos cayeron a sus costados y sus ojos se cerraron, el matón lo soltó con brusquedad, arrojando en la alfombra, pero ese no sería el final...cuando estaba por descender al segundo piso se detuvo a mitad del camino, se volteó y corrió rápido al cuerpo de el peli-negro, para propinarle una patada en el estomago, que lo hizo por segunda vez estrellar contra la pared. 
 



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En el texto hay: monstruos asesino bosque embrujado

Editado: 08.04.2020

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