El brujo de las ilusiones

Capítulo 8. Secreto mágico.

 

Un escuadro de brujos se posición en los alrededores de la mansión Yuriana. Los líderes del aquelarre de las brujas de viento aceptaron la ayuda del aquelarre Armstrong, más tras oír sobre la visión.

El área estuvo por completo acordonada.

Las brujas realizaron encantamientos místicos para ocultarse en el entorno como harían los camaleones. Se les ordenó a todos seguir como de costumbre, no cambiar sus rutinas, pues la bestia perseguía a una persona en específico.

—¿Por cuánto tiempo debemos quedarnos aquí? —preguntó Elena, sentada en el tejado.

—Hasta que la criatura aparezca —respondió Danner.

—Llevo dos horas aquí, se me congelan las bubis —se quejó.

—Señorita Elena, debemos mantenernos en silencio —la reprendió Samantha, con una ballesta en su mano, esperando el momento que fuese.

—¿Cómo sabes que la visión era para esta noche? —Oliver estaba muy pegado a él, lo desconcentraba.

—Las visiones de Priscila siempre son para un tiempo muy próximo —le susurró un secreto de su familia—, suceden antes de que pasen veinticuatro horas.

Oliver cabeceó, era una información desconocida para él.

Los brujos de las dos familias se hallaban atentos, mientras el heredero del aquelarre, Anthony Yuriana, de solo veinte años, salió por la puerta trasera con un collar en la mano y un perro peludito que ondeaba su cola despreocupadamente.

Oliver observaba la escena, no había ninguna anomalía y las alarmas mágicas instaladas en las paredes no se activaron. No parecía haber algún peligro. Danner inspiró y apoyó su mano en las tejas, de repente, sus ojos se tornaron blancos y tuvo que apretar los dientes.

Su mirada se encontró con una sombra, una sombra adolorida que jadeaba asustada, seguía un grupo de personas en una línea recta, se oía el silbato de un policía, instaba a las personas a seguir, pero la sombra se iba por un camino solitario sin inicio ni final.

—¿Qué pasa? —Oliver notó algo raro enseguida.

Una visión.

Acababa de tener una visión, seguramente Priscila tuvo la misma, era una consecuencia de usar un don para potenciar otro, probablemente quedaba un residuo.

—Lo que está pasando es algo más —musitó Danner, intentando desenmarañar la visión.

Rebuscó en su memoria, porque las visiones eran simbólicas, no significaban lo mismo para cada persona, pero había cosas en común gracias a la conciencia colectiva.

—Eso es.

Chasqueó los dedos al comprenderlo, pero el aire crujió estridente, la fuente del patio se resquebrajó y pedazos de roca volaron en todas direcciones; el heredero Yuriana se cayó encima del prado y su perrito ladró enfurecido.

En medio del polvo, con ojos amarillos tan brillantes como bombillas, extremidades largas y nervudas, más dos cuernos en su cabeza, un ser marrón con indiscutible apariencia ectomorfa se irguió amenazante. Mediría como poco unos cuatro metros de altura.

El aire crujió con energía cuando las brujas formaron un círculo protector, sus palmas brillaban con la luz incandescente de su magia. Cada uno de ellos estaba sintonizado con un elemento diferente (tierra, fuego, agua, aire) y mientras sincronizaban sus energías, los elementos se arremolinaban y fusionaban en una sinfonía de poder que latía a través del paisaje urbano.

—Ay, carajo —murmuró Elena, esa criatura parecía salida de una película de terror.

El aire se tornó pesado, las brujas reaccionaron y sus palmas empezaron a brillar, era la activación incandescente de sus dones. Prontamente sincronizaron sus energías con la naturaleza, los elementos de viento y tierra respondieron, arremolinándose y fusionándose.

—¡Disparen a discreción!

Oliver saltó del tejado, sus pies se rodearon de energía azul oscuro y amortiguó la caída, rápidamente agarró al joven brujo de un codo y lo puso en pie, haciendo entrase por la puerta. La criatura de ojos grandes lo observó.

Chispas de rayos y bolas de fuego golpearon al ser, estrellándose en su espalda y cuernos, pero no lograron herir la brillosa piel.

—Samantha.

La mujer, quien tenía activa la ballesta encantada disparando esferas de energía lo observó.

—Dame tu comunicador.

Ella se lo entregó para volver a atacar, fue cuando Danner habló en los oídos de todos los presentes.

—Escuchen atentamente, no usen magia ofensiva, no servirá de nada —algunos disminuyeron en el ataque, pero Samantha lo miró como si estuviese loco—, a lo que nos enfrentamos no es una cosa que sea capaz de atacarse directamente, por el contrario, usen magia que altere el entorno.

Las brujas de Armstrong irguieron raíces y lianas, otra creó una pared de agua por la salida que daba hacia una arboleda.

Danner echó un ojo a la bestia, él conocía bien ese tipo de magia, su padre enfrascado con la idea de que él heredase el aquelarre le exigió el doble a que sus hermanas.

—¿Está loco, su eminencia? —le discutió algún guardia por el micrófono.



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En el texto hay: demonios, magia, brujo

Editado: 12.08.2023

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