Sueños y Muerte.
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"Y vivieron felices para siempre" no eran el tipo de finales que le gustaban, es más, ni siquiera eran el tipo de libros que le gustaban.
Le apasionaban los libros llenos de magia, largas batallas, amores imposibles y sobre todo, le encantaban libros donde el Héroe acaba con el Rey oscuro trayendo paz a la tierra.
¿No eran increíbles?
Para Biel, un chico de 17 años sin grandes metas en un mundo pacífico y sin magia, esos libros eran como la representación de sus sueños más profundos; era normal querer ese tipo de vida ¿Verdad? Después de todo, ser un simple estudiante con notas medias y el futuro de ser un trabajador de escritorio más era realmente... Patético.
¿Cómo no había nacido en un momento más interesante? Si no fuera un mundo mágico mínimo le hubiera gustado nacer en una época más llena de misterios y conflictos. Quizás no una guerra, no, en la escuela había aprendido lo suficiente para temerle, pero quizás cuando el mundo aún tuviera cosas para explorar, mínimo eso sería divertido a su parecer.
Pero no, vivía en pleno siglo tecnológico donde la paz estaba en todos lados y lo más interesante que tenían eran las disputas ideológicas ¡Él ni siquiera sabía qué pensar de todo eso! Por lo que ni en eso podía sentirse emocionado.
— Biel, llegó un libro nuevo recuerda pasar por la biblioteca.
— Claro, gracias.
— Que suerte Biel, que Sassha te hable es increíble.
Al mirar a la chica luego del comentario, su mente inmediatamente se aburrió ¿chicas? Sí, eran lindas y dulces, pero solo le buscaban por su cara, porque por lo demás tampoco era muy destacable y las citas lo tenían sin interés.
Él estaba insatisfecho con su vida monótona, más no la odiaba, sus amigos aportan aunque sea algo de diversión.
— ¿Vamos al Karaoke?
— Claro, no hay nada mejor que hacer de todos modos.
Con un grupo de 10, sus amigos eran variados, algunos bien podrían ser protagonistas de algún anime de deportes, otros personajes secundarios y uno que otro bien podrían ser protagonistas de un manga bizarro, pero de alguna manera funcionaban.
En el karaoke, Nao destacaba en su voz, mientras "Josh" miraba su celular preocupado, Biel no quiso intervenir, cada quien tenía su vida, y posiblemente sería sobre su novia.
Otra vez.
El rubio desvió la mirada terminando su bebida, por eso tampoco estaba interesado en las citas; cuando el líquido se acabó se levantó y fue a comprar más, nadie se preocupó pues había una máquina expendedora en el pasillo de afuera, solo era caminar, pagar y tomar el producto.
— Biel.
La voz en su espalda luego de tomar la lata de bebida le era familiar, al ver a la chica inmediatamente pensó en una nueva reconciliación de ellos al verle un pastel individual en mano.
— ¿Podrías dárselo a Josh? Estamos peleados, pero quiero arreglar las cosas.
Eso era todo, la chica no tenía más interés en él y a Biel tampoco le importaba, llevó el pastel en una mano y estuvo a punto de entrar hasta escuchar las voces adentro.
— Josh, ¿Otra vez paso algo con Mako? — La que preguntó fue otra de las chicas, el chico se puso rígido y suspiro largo ante la pregunta.
— Terminamos, pero esta... Loca... Me dijo "Si no eres mío no serás de nadie" creo que fue bueno separarnos.
Sintió pena por Mako, ya no había posibilidad, miro el pastel y suspiro, no podía desperdiciarlo por lo que rápidamente lo comió, sabía amargo, pero no le importo y entró a donde sus amigos.
El mundo se hizo lento, los gritos de sus amigos se oyeron lejanos, y el frío que sintió al chocar contra el piso fue todo lo que logró procesar cuando todo se volvió negro.
— ¡Biel!
Editado: 12.11.2022