Orden

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— ¿A qué te refieres?

— No trates de hacerte el inocente, ¿te atreverás a mentirle a tu Rey?

No supo descifrar el tono de voz del otro ¿Estaba enojado o jugando? No quería tentar su suerte.

— Nunca su majestad — Exclamó directo y haciendo una leve reverencia en respeto, cuando levanto la mirada era claro lo que Eider pensaba «¿Entonces?» — Nunca había visto un humano, la curiosidad me ganó y fui a hablar con uno, perdón — En su defensa, usó el tono más infantil y dramático que tenía para que se apiadara de él por su ternura, pero Eider seguía en sus papeles, sin siquiera molestarse en mirarlo.

— No estoy molesto — Aclaró suavemente sin quitar su atención del trabajo — De hecho me parece beneficioso, necesito sacarles información y si ya sabes como tratarlos mejor, así que dime ¿Te divertiste?

El paso libre de palabra rompió el freno y censura de Biel, quien de forma alegre e infantil contaba su aventura con el humano, omitiendo detalles como que quiso atacar claro, pero riendo ante los relatos del Héroe. El Rey Demonio pareció no importarle, conocía bastante a su bufón, sabía de su escondido y secreto fanatismo hacia al héroe, por lo que verle tan feliz le hizo perdonarle.

¿Acaso el Elfo entendía de verdad que el Héroe era el enemigo?

Aunque en el fondo, aquellas historias también le interesaron, pues preferiblemente quería evitar una guerra insensata, y escuchar lo justo y recto que era el Héroe le daba ciertas esperanzas de evitar matarse entre ellos.

— Los humanos son algo interesantes — Murmuro en respuesta a lo que Biel detuvo su relato en seco y pensó, sí, eran interesantes, pero ahora ya no los comprendía, ya no los entendía, entonces ¿Qué más tenían aparte de interesantes? Kanu mínimo era inteligente, pero no sabía si los demás serían igual.

— Supongo, pero me divierto más siendo su siervo majestad — Entre broma y verdad el rubio se dejó caer en el escritorio botando algunos papeles mientras buscaba hacer reír a su Rey, lo que consiguió al menos con una risa pequeña mientras le daba un pequeño golpe en la cabeza con los papeles que se habían caído.

— Biel, además de mi bufón eres uno de mis aliados más fuertes, ¿Crees poder cumplir una misión secreta para mí?

Ante la inesperada seriedad del ambiente el elfo se levantó del escritorio sorprendido, nunca se le había encargado una "misión" en sí, su trabajo solo era payasear y criticar burlonamente, ¿Merecía tanta confianza?

— Daré lo mejor de mí — Inseguro, pero dándose valor miró a su Rey, quien sonrió satisfecho ante la respuesta y se levantó de su asiento tomando ligeramente su barbilla.

— Esto se queda entre tú y yo Biel, necesitó que hables con los humanos, que les saques la mayor información posible para estar preparados contra el Héroe — Soltó su barbilla de golpe y dio la media vuelta, dirigiendo la vista hasta su ventanal — Sacarles la verdad a base de torturas no nos hará mejores que ellos, necesitan métodos más prácticos, eres experto en hacer que la gente se relaje a tu alrededor, sin dudas, si eres tú, llegaran a hablar sin necesidad de maltratos.

— Algunos sospecharán que vaya seguido a ver a los humanos — De alguna manera, el encargo parecía sencillo, pero difícil al mismo tiempo. Los humanos le veían como una amenaza, y los no humanos le verían como una especie de traidor si se relacionaba mucho con ellos ¿Como cumplir la orden?

— Hay una manera — El Rey, tan serio y formal como de costumbre le tendió un pequeño collar negro con una perla en medio, Biel lo miro curioso, sin saber su significado — No hay ley que impida que tengas a un Humano de mascota.

El collar cayó de sus manos estrepitosamente, sorprendido por lo dicho dio un par de pasos atrás ¿Mascota?

— ¿Majestad?

— Los demás pensaran que es uno de tus caprichos, y el humano que elijas, si es tratado bien, sin dudas se ablandara con el tiempo.

Biel parpadeo, sin saber como sentirse ante la orden, si bien el tema de la esclavitud ya no le era incómodo, tratar a un humano como mascota estaba fuera de los límites ¿En serio haría lo que sea para ganar?

— Quiero evitar una guerra — Las expresiones inestables de Biel le habían dado a entender todos sus pensamientos, no es como si le molestara que el bufón opinara mal de él, pero perder a un ayudante tan fiel y magnífico como él, alguien que podría llamar un amigo, no estaba en sus planes — Pero para ello necesitamos estar pasos adelante del Héroe, necesitamos con qué negociar y si lo hiciera yo directamente el equilibrio de poder podría verse afectado, por ello, esto es de suma importancia, ¿Lo harás?

El silencio duró unos minutos, y mientras la mirada de Eider se relajaba, Biel se hincaba en una pierna con una sonrisa.

— Sus palabras son Órdenes, su alteza.