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Los sirvientes de más bajo rango eran normalmente seres que habían perdido a sus familias, su hogar y quizás hasta sus esperanzas, vivían con la cabeza agachada cumpliendo sus labores en silencio y se mantenían en las sombras evitando problemas.
Aun así, Iñaki era alguien que no podía abandonar a sus amigos ¿Cómo quedarse quieto luego de ver a su amigo golpeado? No lo pensó, solo estrelló su herramienta de trabajo en la cabeza ajena sin importar quién era.
— ¿Estás bien Biel?
Su atención se centró en eso, olvidándose de que podrían ejecutarlo, nada más tomó la mano de su amigo para ayudarle a sacudirse y revisar sus heridas, las cuales no fueron del todo graves, pero Iñaki odiaba ver las marcas en su cuerpo. Los dragones veían las cicatrices y heridas como medallas, pero ¿En un elfo? ¿En un ser donde la belleza y elegancia los representaba? Biel era diferente a los de su raza, tener marcas haría peor esas diferencias.
— Estoy bien, Iñaki debes irte — Biel se levantó como pudo, preocupado por su amigo porque sabía lo que le esperaba, el dragón se negó rotundamente hasta que Kanu se soltó de los ayudantes del noble y se encargó del rubio, fue entonces que el dragón decidió huir, pero fue impedido por una línea de soldados.
— Parece que me perdí la diversión.
A todos por igual se les heló la sangre cuando Eider se acercó con una sonrisa falsa, la vestimenta del Rey siempre era la misma, especialmente el calzado, un par de botas largas que le acomodan para los combates, estás llevaban unos pequeños tacones que en ese momento hacían eco en el suelo al caminar hasta ellos.
Biel a veces pensaba que el Rey era un exhibicionista, no importaba la temporada su traje era el mismo: El pantalón era de tela ligera, con las cadenas que usaba como arma colgando, y en la parte superior solo usaba un crop top con cuello de tortuga, todo en negro ¿No era demasiado informal para un Rey?; Pero en ese momento aquella vestimenta lo hacía ver especialmente imponente y le hizo temerle por instantes.
Se inclinaron casi al mismo tiempo, Eider dio una rápida mirada a todos y con nada más chasquear los dedos dos de sus soldados ya tomaban a Iñaki de los brazos.
— ¡Espera! — Biel trató de que lo soltaran, pero le hicieron caso omiso mientras el dragón gritaba al ser llevado lejos. El noble sonrió con satisfacción sacudiéndose el polvo y después caminó hasta donde su Rey, quien únicamente asintió formal.
— Ve a tu habitación, no salgas hasta que te llame para la audiencia de este incidente — El de cabellos rojos ni siquiera lo miró, pasó de largo de él atendiendo al noble, el elfo se molestó ¿Qué no Eider era el Rey malévolo, pero justo que respetaba? ¿Qué estaba haciendo ahora?
— ¡Pero Eider! ¡Iñaki no hizo nada malo! Escúchame...
— ¿No te di ya una orden? Recuerda tu lugar, Elfo.
Kanu se movió por instinto, tomando de los hombros al rubio mientras el estoico Rey avanzaba junto a sus soldados y el noble, no entendía por qué Biel lo respetaba hasta el punto de no prestar atención en las palabras que lo insultaban.
Cuando regresaron a la habitación Biel se quedó acostado en su cama cubriéndose con las almohadas, quizás lamentándose, pero Kanu por respeto no se acercó a mirar, aunque ahora compartían la habitación seguía siendo el lugar privado del bufón. La llamada del Rey no tardó en llegar y el elfo ni siquiera se preocupó por cambiarse.
La audiencia era como todas, los grandes aristócratas se reunían en el gran salón y el Rey escuchaba a todas las partes, Biel nunca pensó volver a ser parte de un juicio, menos imagino que Kanu sería convocado a hablar también, pero la mayoría de voces solamente victimizaron al Noble, ya que muchos eran sus sirvientes.
— Bueno, no es algo que se escuche todos los días — Su Majestad el Rey se mostró especialmente aburrido, recargado en su trono con fastidio mientras cruzaba las piernas, una encima de la otra, mirando sin emoción al dragón que se encontraba hincado con la cabeza abajo por la vergüenza de fallarle a su Rey.
¿Qué era más importante? ¿Su devoción y respeto al Rey que le dio un lugar? ¿Su amistad con el elfo que le hizo sentirse vivo? No podía elegir, así que decidió callar.
— Así que el "golpe" dado a uno de los nobles más respetados de este Reino fue... ¿Por defender al bufón?
— Si, su majestad.
— Dime, a quién apoyarías en una situación de vida o muerte ¿Al bufón de la corte, o a mí, tu Rey?
— No puedo mentir su Majestad — Iñaki alzó la mirada fuerte, siendo valiente — Defenderé siempre a mi amigo, sin dudar, y por usted moriría si me lo pidiera, no dejaré nada, lo tomaré todo.
El elfo casi se quebró, quería salvarlo, escapar de allí si hacía falta, pero el humanoide tenía razón, no podía dividirse, Eider también era su salvador, creía en él, no podría solo traicionarlo.
— Considero está claro cuál es la sentencia, su majestad.
— Efectivamente, Marqués — El rey se levantó de su asiento sacando su espada, Kanu en el fondo sintió la energía recorrerlo, listo para tratar de salvar al dragón, hasta que la punta de la espada del Rey terminó en el pecho del marqués — Creo, que seré generoso y únicamente le quitaré el 20% de sus tierras, alguien tan estúpido y arrogante me sorprende sea aún parte de mi corte — Con un solo chasquido de dedos los soldados volvieron a acercarse y antes de que el Marqués enfurecido se le acercara ya estaba siendo sacado de la sala.
Se escucharon un par de risas ahogadas, otras exclamaciones de miedo y muchos murmullos molestos pero cobardes. Pero nadie se atrevió a hacer algo.
— Dragón — Con la punta de su espada alzó el rostro del temeroso, pero sorprendido sirviente, sonriendo levemente, completamente complacido — Aún sobre el miedo que infunde atacar a un noble que puede matarte, cumpliste fielmente mi orden de proteger uno de los tesoros de este palacio, tu vida vale más ahora que has sobrepasado y satisfecho mis expectativas — Jugó con la espada un poco más, hasta dejarle una leve cortada que dejó un par de gotas rojas en la hoja del arma — Denle un uniforme.
Editado: 12.11.2022