Capítulo 15: Corazón de Dragón

El cuerpo ya estaba casi incapacitado, el estado que estaba, era más lamentable que la última vez, enesta ocascón, tenía carbonizado parte de su estructura, el brazo perorazo casi como un huevo forrado en piel, las piernas rotas, igual que notoriamente estaban sus costillas, tenia cortes en todos lados, un pulón perforado, su peso era liviano, aunque tenía parte de la armadura, que estaba desintegandose en el ambiente, en una humeada. sus puños rotos, los levantó en dirección a su amada mujer.

Su hijo dejó junto a su padre, su tan preciada arma que lo acompañó toda su vida.

Hasta que fue apoyada junto a ella, ambos se miraron fijamente y dieron la más cálida sonrisa, que nunca antes se habían dado, el Mago llegó sujetando su estómago.

• Perdoname Aislinn, quería verte por última vez, amor mío, no deseaba que esto pasara - comentó con tristeza - Perdón hijo mío, no quise que esto pasara de esta forma para ti, espero que puedas ser feliz a partir de ahora, busca tu destino, en cuanto a ti Teoscelcio , lamento tu dolor, eres un buen amigo y tú,Uhlmur, has sido un honorable compañero de batalla.

El propio collar comenzó a desvanecerse, sin antes escuchar su voz.

• Nosotros somos uno solo a esta altura - comentó - donde tu alma vaya, la mía estará contigo, para siempre.

Balthazar respondió con una sonrisa.

• No tienes que culparte de todo - exclamó Aislinn - de hecho si hubiera sido el doble de fuerte a lo que fui esta vez, podría haberte ayudado más, venir fue decisión mía, si te hubieras ido sin mí, habría sido el mayor dolor, pude protegerte a tí y mi hijo.
• Amigo, nunca creí que eso dirias - respondió el Mago llorando - es increíble ver cómo he sobrevivido ante una batalla tan dura, una vez más.
• Padre, yo buscaré…
• No lo hagas,no es tu deber - respondió - era mi misión y he fallado, tu debes vivir….

No alcanzó a terminar cuando la sangre salió de su boca, con un retorcijón, mientras las piernas de este comenzaban a esfumarse, tomó como pudo la mano de su mujer, quien hizo su último movimiento, darle un apretón.

Miró al mago, para hacerle una señal que se acercara, este lo hizo.

• Como verás ya no me queda mucho por hacer, toma mi mano izquierda, póntela en tu cabeza, usaré la última técnica que puedo hacer del Uhlmur - es momento de irme.

• Llevame contigo amado - exclamó - pues como dijiste, siempre estaremos juntos.
• Así es mi amor, por siempre - respondió - te amo hijo, cuídate y sé fuerte, adiós amigo, espero que puedas lograrlo.

Encontró su mirada con su esposa, en ese momento la luna que ocultaba el sol que estaba atrapado se desvaneció, el domo desapareció, la luz había vuelto a ese lugar. 

La primera persona que miró con cariño, es la última que vieron sus ojos, ambos cerraron los ojos al mismo tiempo, para siempre.

Balthazar y Aislinn murieron al mismo tiempo, dándole fin tras la gran maldición que toda su vida les cargó, sus cuerpos comenzaron a desvanecerse en un extraño humo blanco casi transparente, el cual subía hasta el cielo.

En Ese momento las tierra comenzó a crujir y moverse con furia, como si el tiempo atrapado comenzará a regresar en un instante, las nubes, el cielo giraba a su alrededor a gran velocidad, la tierra comenzó a partirse mientras agua salía del mismo, era el mismo océano que estaba surgiendo, hasta que el lugar quedó como una costa que poco a poco subía, para ese entonces ya los cuerpos de ellos había desaparecido.

Con el agua hasta las rodillas, casi, Andrew y Teoscelcio comenzaron a avanzar rápido por el mar que estaba surgiendo, antes que este los cubriera, el castillo estaba derrumbándose, el deterioro, junto a la falta de atención estaban cobrando factura. El joven envainó su espada, junto al hecho que llevaba el arma de su padre, mientras a su vez ayudaba al mago para caminar, quien casi se arrastraba por las múltiples heridas que tenía, entraron al castillo, para caminar en el suelo y no chocar tanto con el agua, dentro había una extraña pieza blanca y larga, como un hueso, pero con una extraña forma.

• Es la costilla de ese ser - comentó Teoscelcio - me lo llevaré.
• Tienes razón, puede ser de utilidad - respondió - llévatelo.
• Increíble, ver cómo quedó el salón real de este castillo - dijo intrigado - tu abuelo conquistó este lugar por sí mismo, muriendo en el acto, en el mismo lugar que tu padre, parece que fue cosa del destino.
• Un cruel destino que aún no acaba - comentó Andrew - esto no acaba, es solo el inicio de mi viaje.
• Pero tu padre - comentó triste - te pidió que fueras feliz.

El joven pensativo miró el castillo, junto al mar que aparecia.

• No puedo ser feliz mientras estas criaturas existan - comentó - hoy hemos perdido, pero la próxima ocasión no se que ocurrirá, no importa lo que ocurra, voy a buscarlo y enfrentarme a ellos, no puedo vivir tranquilo, si no los buscaré.
• Eres igual a tu padre - respondió Teoscelcio - siempre mirando hacia adelante, sin importar, pues bueno, en ese caso, te ayudaré, ellos tienen a alguien importante para mí, debo recuperarlo y salvarlo del cruel destino que le tendrán, buscaré ayuda para investigar y descubrir cómo conseguir mejores armas
• Yo no se si deba encontrar seguidores o ayudantes - comentó Anddrew - sería injusto para ellos, lo que sí sé, es que si alguien es afectado por estos, su corazón lo guiará de todas formas a este destino, pues lo ayudaré.
• Es una linda forma de decir que buscaras  seguidores - exclamó el Mago - pero si es necesario, es buscar la mayor cantidad de ayuda posible, estar mejor preparados.
• Tienes razón - dijo el joven - pero como comenzaremos.
• Aquí hay oro, antes que este lugar se derrumbe podríamos hacerlo - respondió - además este oro te pertenece.
• Esto es saqueo -exclamó - aunque tienes razón.