Las horas habían pasado, la policía tenía el perímetro de la escuela rodeado, la lluvia había cesado y el sol se había marchado; producto de esto, el frío en el ambiente comenzaba a dominar. Alan, quien estaba en el suelo inconsciente, no notaba lo que pasaba a su alrededor. De pronto, el celular en el bolsillo de su pantalón comenzó a sonar y vibrar, este alboroto perturbaba la paz que reinaba en el techo de la escuela provocando que el chico abriera los ojos. "¿Uh?", Fue lo que dijo en su momento.
Al sentir el teléfono inmediatamente lo tomó y era su madre quien aparecía en el identificador, sin dudar y sin pensarlo simplemente contestó.
—¿Bueno, mamá? —Dijo primero antes que nada e inmediatamente una voz con un timbre ruidoso le contestó.
—¡¡Gracias al cielo, Alan, llevo intentando comunicarme contigo desde hace horas; no contestas el teléfono y ninguno de tus amigos sabe dónde estabas!! —Le dijo su madre con ansiedad, pero el muchacho entendió perfectamente e intentó tranquilizarla.
—Tranquila, estoy bien, hubo un incidente aquí y... —Sus palabras fueron interrumpidas inmediatamente por la exaltada mujer al otro lado del teléfono.
—¡¡¡¿Un incidente?!!! Alan mataron a varios de tus compañeros, como no contestabas comenzaba a pensar lo peor —Aunque no lo veía, el chico escuchaba como el timbre de voz de su madre cambiaba, estaba llorando y de eso no había duda.
—Pero no te preocupes, estoy bien, lo que paso fue que...
Alan intentaba ponerle alguna excusa a su madre con tal de tranquilizarla, pero al tratar de explicar vino a su mente todos esos recuerdos e imágenes del disparo que recibió; la aparición de tres extraños seres y de su pelea con ellos, al recordar su pecho sintió un fuerte ardor y su cabeza comenzó a doler al punto de que la mano que tenía libre se apoyó en su cabeza mientras respiraba agitado; era como si toda la presión mental de ese entonces le fuera inyectada en su mente, hizo un quejido y al otro lado del teléfono su madre decía su nombre tratando de asegurar que el muchacho estuviera bien. Alan al escuchar esa voz volvió en si, como si ese dolor nunca hubiera estado y rápidamente comenzó a buscar en su pecho la herida que había sin éxito alguno, no había herida, ni siquiera cicatriz.
—¿Eh, si mamá? E-estoy bien... me escondí en el techo, pero parece que del susto me desmayé; ¿Estás en casa? Iré en seguida
Alan miró su teléfono un poco más revisando sus notificaciones
—¡¿32 LLAMADAS PERDIDAS?! —Exclamó al instante y poco después comenzó a responder algunos mensajes mientras se ponía de pie y caminaba hacia la puerta de las escaleras para bajar.
También se decía a sí mismo que hacia frio, aunque ese era el menor de sus preocupaciones en ese momento. Tras bajar las escaleras, se encontró con unos oficiales que le detuvieron en el acto, le preguntaron qué hacía en el lugar y él respondió la misma que lo hizo con su madre, diciendo que se había escondido en el techo. Pero, aunque le había dicho a su madre que iría a casa, esto no sería posible, el oficial que lo encontró se presentó formalmente y se lo llevo con sus compañeros dónde se encontró a varios alumnos más. El oficial le dijo que tendría que ir a la estación a declarar sobre lo ocurrido y que no se preocupara, que él estaría a salvo. Él no pudo hacer más que volver a llamar a su madre para que se encontraran en la estación de policía.
Mientras iba en la patrulla, se percató que el silencio era demasiado, no solo los oficiales que no decían nada, los compañeros de escuela de Alan estaban petrificados; atemorizados, se abrazaban a sí mismos mientras su perdidas y muertas miradas solo se quedaban caídas mirando el suelo. Alan notó esto, pero prefirió no decir nada que interrumpiera el silencio, pensó que quizás lo mejor era dejar las cosas como estaban. En ese momento él solo se limitó a ver por la ventana el pasar de la ciudad mientras se hacía preguntas, "¿Qué fue todo eso? ¿En serio fue real lo que paso?" y mientras reflexionaba llego a su mente el recuerdo a ver a su gran amiga Ruth morir; al recordar, el pecho del muchacho comenzó a arder, le dolía el corazón de solo pensar y una solitaria lagrima salió de su ojo hasta recorrer su rostro para finalmente posar en su barbilla. Cerró los ojos con fuerza y al abrirlos esa expresión de tristeza había sido sepultada por una cara que sacaba a relucir todo su enojo.
Alan no tenía la mínima intención de dejar las cosas como estaban, algo raro pasaba, algo tan raro que incluso se cobró la vida de su amiga y de otros más; pero la pregunta era ¿Qué está pasando sin que nos demos cuenta?, entonces a su cabeza llegó el recuerdo de las palabras que dijo aquel ser de negro "Su pelea ya causó suficientes muertes humanas, esta falta al reglamento no quedará impune ", Alan solo podía hacerse más y más preguntas
"¿Reglamento? ¿Su pelea? ¿Ellos tuvieron algo que ver en el ataque?, pero si fue Ben quien estafó a esa mujer, fue él la razón por la que criminales los buscaban en la escuela... todo pierde el sentido se agregamos a esos tres a la ecuación. Y yo... podría jurar que me dispararon, pero no tengo nada" Su mente era un nudo, le era imposible tener las ideas claras, todo lo "ordinario" se había ido por el retrete solo por meter lo ocurrido en el puente. Aun así, apretó el puño con fuerza mientras trataba de soportar el dolor en su corazón.
Después de un buen tiempo de viaje finalmente llegaron a la comisaría, los 3 jóvenes bajaron y entraron siguiendo las indicaciones del oficial. Al entrar, inmediatamente fueron todos reconocidos por sus padres, incluyendo los padres de Alan; al verlo solo corrieron a abrazarlo y se aferraron a él agradeciendo que se encontrara sano y salvo, el muchacho los tranquilizaba diciendo que todo estaba bien. En cambio, los demás parecían no estar muy bien, se aferraban a sus padres y lloraban en el pecho de ellos dejando poder salir así todo el dolor que estuvieron aguantando. La visita se tomó su tiempo, aunque ya era tarde, trabajo era trabajo, a cada quien se le tomó su declaración en privado, y todos coincidían en lo mismo, gritos, disparos, compañeros muertos y el nombre de Ben, pero nadie hablaba del ángel, el demonio y el death, como si nadie los hubiera visto. Cuando interrogaron a Alan se lo llevaron a una oficina, no muy grande y adornada, lo sentaron frente a un escritorio donde al otro lado estaba el oficial escribiendo lo relatado en su computadora, le comentaron que sabían que Ben era su compañero de clases, el afirmó todos los hechos y relato la historia tal cual, pero al llegar a la parte del puente el solo dijo que Ben había sido asesinado por los criminales y accidentalmente a su amiga también. Al contar esa parte se notaba como su tono de voz cambiaba, perdía la tranquilidad en esa parte y por un momento se quedó callado. Los oficiales en ese momento voltearon el monitor de la computadora y le mostraron el video de la cámara de seguridad del puente.
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Editado: 10.08.2020