el camino de Alessandra

capítulo 24

Connor y yo decidimos ir a dar un vistazo por la parte trasera del lugar, fuera de las instalaciones, Samantha insistió en querer llevar a Sasuke con ella así que lo dejé a su cuidado. Y aunque estoy muy ansiosa por recorrer el lugar, necesitamos un poco de privacidad para hablar.

Avanzamos en un silencio que se está tornando incómodo, nos detenemos en una parte completamente desierta, se nota mucho que nadie va allí muy seguido, pues la maleza se está apoderando del lugar. Sin importarme mucho tomo asiento en el suelo, y Connor hace lo mismo.

Comienzo a cansarme del silencio, no es mi estilo estar tan nerviosa así que decido tomar la iniciativa.

— Estas...

— Yo...— Connor y yo hablamos al mismo tiempo, nos miramos unos segundos y comenzamos a reír. Me siento un poco más relajada

— ¿aún estás enojado conmigo?

— Nunca estuve enojado contigo, solo un poco preocupado. Como ya te dije, no quiero que te dejes controlar por tu lado psicópata— hace una pausa— lo siento mucho, no debí ignorarte, al contrario, debí haber estado ahí para ti.

— Yo no debí empujar a Ana por las escaleras, aunque no me arrepiento, tengo que aceptarlo.

— A eso es a lo que me refiero, haces cosas malas y no sientes remordimiento por eso. No quiero que te descontroles, no es bueno para nadie cuando un híbrido o un ser sobrenatural se descontrola

— ¿tendría que volver al C.S.M.S?

— Probablemente sí— suspiro y nos quedamos en silencio unos minutos, solo que esta vez no es incómodo.

Connor se levanta del suelo, y luego me tiende la mano para ayudarme a levantar.

— Acompáñame a un lugar— menciona

— ¿A dónde?

— Es una sorpresa

Avanzamos hasta el bosque, tengo curiosidad por saber a dónde me lleva, sin embargo, me detengo abruptamente y lo miro.

— ¿Qué pasa?

— Me gustas— digo sin pensarlo.

Enseguida llevo mis manos a mi boca con sorpresa y me arrepiento de haber dicho esas palabras al ver la expresión completamente seria de Connor.

— Yo... lo siento, no me gustas, bueno sí, no— suspiro con enojo al escucharme balbucear— quiero decir que yo... no— me quedo callada sin saber que decir.

Connor sonríe y me toma de la mano, me hace seguir avanzando unos cuantos pasos más, hasta que nos acercamos a un lugar sin árboles. Doy una exclamación de sorpresa; en el centro del lugar hay una mesa de madera con sillas del mismo material, la mesa está decorada con arreglos florales blancos y hay una cesta con, lo que supongo, es comida. El lugar esta todo decorado con luces de color dorado dándole un toque elegante.

— Sorpresa— dice Connor, lo miro con los ojos abiertos y tiene un girasol en las manos, mi flor favorita.

— Pero...tu ¿cómo? ¿cuándo?

— Tuve un poco de ayuda, la idea del lugar fue de Asher, sorpresivamente, y de la decoración se encargaron Coral y Samantha— me da la flor y la recibo con una sonrisa

Nos dirige hasta la mesa y tomamos asiento uno frente al otro.

— ¿por qué dijiste que sorpresivamente fue la idea de Asher?

— Creí que le gustabas

— ¿Qué? Claro que no— me rio— él y Samantha son como mis hermanos, y estoy cien por ciento segura que ellos piensan lo mismo que yo. Estamos unidos por el resto de nuestras vidas gracias a la promesa que hicimos, sabes que un ángel no puede romper sus promesas.

— Si, él me dijo lo mismo hace un rato en la biblioteca, pero también dijo que así no hubieran hecho esa promesa seguirías siendo como una hermana para ellos y que te van a cuidar pase lo que pase.

— Yo pienso igual, los voy a proteger a todos así tenga que arriesgar mi propia vida— Connor hace un gesto de preocupación.

— No nos vallamos tan lejos

— No lo hago, arriesgaría mi vida de ser necesario solo para protegerlos y sé que tú harías lo mismo

— Yo mataría por ti, moriría y reviviría por ti, iría a buscarte al cielo o al infierno para estar juntos siempre, si quisieras irte te seguiría al fin del mundo e incluso más allá, te lo prometo— abro los ojos con sorpresa luego de lo que acaba de decir.

No digo nada mientras mi cerebro termina de analizar sus palabras. Connor comienza a sacar unos emparedados, galletas, pasteles de chocolate y un batido de fresa del cesto. De pronto se detiene, se levanta hasta sentarse a mí lado y me mira fijamente.

— Respecto a lo que me dijiste hace un rato— lo miro con confusión— que te gusto. ¿Quieres que te responda con palabras o con hechos?

Abro la boca para responderle, pero él no me deja y se lanza a mis labios atacándolos en un beso feroz, lleno de pasión y deseo. Me quedo quieta por unos segundos, impactada, y para cuando reacciono él ya se está separando de mí. No dejo que se separe por completo y pongo mis brazos en su cuello atrayéndolo nuevamente a mí. Lo beso, lo beso como nunca había besado a nadie, nuestros labios encajan como si se hubiesen construido para estar juntos, y nos movemos marcando un ritmo perfecto, una hermosa sincronía.

Siento un choque eléctrico cada vez que sus labios se mueven sobre los míos, mi estomago revolotea de una forma que hasta resulta doloroso, aun así, no me importa y continuamos marcando esa perfecta sincronía. Lastimosamente nos tenemos que separar por la falta de aire. Al hacerlo dejo los ojos cerrados unos momentos más, como si no quisiera despertar del hechizo. Finalmente, abro los ojos, Connor me está mirando con una sonrisa, tiene los labios hinchados y sé que los míos deben estar peor.

— También me gustas— dice finalmente, su voz suena algo grave y eso le da un toque algo sexi, me muerdo los labios y él vuelve a posar su vista sobre ellos.

Sonrió emocionada y me acerco lo suficiente para apenas rozar nuestros labios dándole un pequeño beso, me separo y los dos nos miramos, sonriendo como idiotas.

— Deberíamos comer antes de que se ponga frio— menciono y Connor asiente aun con una sonrisa en su rostro.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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