El camino de rosas

CAPÍTULO 16: ¿QUIÉN NECESITA VER UNA PELÍCULA, PUDIENDO FORMAR PARTE DE ELLA?

NARRALOTODO.

“Lo que debemos hacer ahora es calmarnos y poner en orden nuestras prioridades, si debemos ir por vuestros amigos lo primordial es asestar un golpe directo contra la bruja, el factor sorpresa nos dará la ventaja que necesitamos y lograremos nuestro cometido volviendo con ambos prisioneros ya sea vivos o… muertos, pero nuestro deber es sacarlos cuanto antes de ese lugar.”- sentencia Elkier.- “Yo puedo seros de gran ayuda pero no podré ir solo…”

“¿Por qué?, se supone que vosotros sois dioses, que podéis hacer cualquier cosa, no veo el porque no puedes ir solito y rescatar a ambos sin ponernos a nosotros en un posible aprieto”- contradice Drifas.

“Somos dioses, pero no te equivoques, nosotros nos regimos por leyes mucho más complejas que vosotros los mortales, si intercedemos directamente en problemas de vuestro mundo somos brutalmente castigados y aunque no podemos morir revivimos siendo esto”- Zomberk se señala.- “niños, y no es divertido volver a la niñez cuando tenías todo… renacer te hace perderlo todo… no es ninguna broma, por ello no debemos intervenir solo os daremos un pequeño empujón a la victoria, y castigaremos a los traidores que ayudan a la bruja, es por eso que os estamos ayudando, no os confundais aquí somos amigos pero después de esto no os deberemos nada…”- Zomberk se levanta y se esfuma yéndose a algún lugar de su santuario.

“Preparaos, partiremos dentro de una hora, necesitáis descansar al menos un rato”- tras esas palabras Elkier también se va dejando a nuestros héroes a solas.

Una hora después todos menos Zomberk y el príncipe maldito partían hacia la guarida de la bruja para rescatar a Droiner y Clary.

El plan a ejecutar era sencillo Elkier sería una buena distracción mientras Amelia y Drifas entraban a la guarida y rescataban a Clary y a un difunto Droiner. De primeras parecía algo rápido y sencillo pero la práctica no lo era tanto.

Al entrar en la guarida se dieron cuenta de varias cosas, desconocían el lugar exacto de sus aliados,habían demasiados demonios guardianes, la bruja no había salido a dar la cara en la distracción generada por Elkier y solo eran dos… claramente tenían las de perder.

Al ingresar el interior por una puerta trasera se toparon con la cocina y la sala de calderas, siguiendo su instinto Drifas sujetó del brazo derecho a Amelia y la arrastró por los pasillos de la inmensa estancia hasta que oyeron pasos apresurados y entraron por una gran puerta con tallados en oro, Drifas se quedó en la puerta esperando a que el sonido de los pasos cesarán, mientras eso ocurría Amelia inspeccionó la habitación en la que se encontraban, con solo echar un vistazo se dió cuenta del lugar en el que se encontraban, era el despacho de la bruja.

“Vamos ya se han ido…”- avisó Drifas.

“Espera…”

“No tenemos tiempo para ver la decoración Amelia”-con tono enfadado réplica a la joven.

“No, es el despacho de la bruja tal vez encontremos algo para saber donde se encuentran, y con mucha suerte algo con lo que salvar a tu hermano…”

En ese momento ambos se disponen a buscar y revolver todo el despacho para intentar averiguar algo útil para su misión. Amelia revolvió los cajones del escritorio mientras que Drifas buscaba en una estantería repleta de libros de magia negra, al poco tiempo ambos habían encontrado algo, Amelia descubrió que uno de los cajones estaba cerrado con un pequeño candado y Drifas encontró un pasadizo tras la estantería al mover uno de los libros.

“Drifas, ¿Puedes abrirlo?”-le pregunta haciendo alusión al cajón cerrado.

“Claro, dejamelo nadie se resiste a mi encanto”- ella pone los ojos en blanco al oír tal bravuconada. De un solo tirón abre el dichoso cajón encontrando algo realmente interesante…

***

Clary yacía inconsciente en el suelo de la misma celda que Droiner, estaba mal herida, casi al borde de la muerte y junto a ella el cadáver de Droiner o casi cadáver ya que su alma se encontraba en el limbo luchando por tener un oportunidad de sobrevivir y regresar a su lugar de origen, el infierno.

Amelia y Drifas se disponían a bajar por los pasadizos de detrás de las estanterías, las escaleras les llevaban hacia abajo por un camino angosto y oscuro, por suerte el demonio llevaba consigo un mechero que les fue de gran ayuda para iluminar su ruta.

Bajaron lo suficiente como para llegar al final de las escaleras y encontrarse con una hilera larga de habitaciones, muchas de las mismas cerradas con llave para evitar que los prisioneros en su interior escaparan.

“Vamos, creo que estamos en el camino indicado…”- susurra Amelia, dirigiendo el camino.

Miraron en todas las celdas que estaban abiertas sin encontrar a los rehenes aliados, siguieron buscando hasta que Drifas oye algo…

“¿Has oído eso?”-le pregunta a la joven, ella iba a negarlo cuando le pide silencio con un gesto.- “Sígueme…”

Se acercan a una puerta cerrada con un gran candado, ambos pegan la cabeza a la puerta y escuchan lo que ocurre dentro de la celda.

***

Clary despertó encontrándose en la misma posición que la había dejado la bruja antes de irse, estaba agotada, herida, hambrienta… Droiner seguía sin dar señales de vida y ella desconocía la forma de ayudarlo, solo podía llamarlo por su nombre una y otra vez, suplicando por su regreso, por su calidez, por su ayuda… 




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