El camino perfecto

12. Vidas destruidas

Luego de que Louis se llevara a Sabrina, en contra de su voluntad. Seguimos jugando. Hasta que nos aburrimos. Un silencio incomodo inundo la mesa.

-¿Cloki cloki?- pregunto Kate luego de unos segundos. Greg rodó los ojos.

-Por favor no hablemos de eso- rogó. Sam, Emma y yo sofocamos una risa.

-Es una larga historia...-dijo Peter. Frunciendo los labios para no reír.

-Que comenzó por tu culpa- se quejo Greg. Ahora el que rodó los ojos fue Peter.

-No es mi culpa que te estuvieran ma....- se callo al darse cuenta que habíamos dejado de conversar y le prestábamos atención a su conversación- Ehhh si mesera, una margarita por favor- le dijo a una chica rubia con un vestido escotado rojo, que llevaba tragos en una bandeja de plata. Lo ignore revisando mi teléfono. 11:04 pm.

-Chicas... Creo que ya es hora de irnos...- dije alzando la voz, para que todas me escucharan. Sam y Emma consultaron la hora en sus teléfonos. Kate hizo una mueca al ver su teléfono sin batería.

-Oh si... Tengo turno en la mañana- dijo Sam levantándose.

-Yo tengo que ir a la universidad- se quejo Emma.

-Y yo- añadió Kate. Hice una mueca por la mención de la palabra "universidad". Aun no quería hablar sobre ello. Nos despedimos de los chicos. Me acerque a la cara de peter para despedirme con un beso en la mejilla, pero el, como presentía, se giro para pegar sus labios en los míos. Me detuve a centímetros de su boca.

-Juega limpio- susurre guiñando un ojo. Me di la vuelta dirigiéndome a las escaleras. Y cuando ya estaba segura de no estar a la vista de Peter hice un pequeño baile de la victoria por: 1. Dejarlo totalmente confundido y con ganas de mas y 2. Por al fin haber podido guiñar el ojo como persona normal.

-¡Al fin guiñaste el ojo!- exclamo Emma chocando su mano con la mía. Sonreí. Por mi reciente victoria, y por su comentario. En el auto comentamos un poco sobre la movida, yo aun llevaba esa estúpida sonrisa en mi rostro. Recosté la cabeza en el vidrio de la ventana y mire el recorrido hasta el apartamento. Al llegar, salíamos del ascensor cuando un alboroto en el pasillo nos detuvo, o mejor dicho, me detuvo. Una madre borracha, intentaba explicarle a su hijo de 7 años, Ethan, que estaba bien, mientras su hija de 13 Megan, se agacho a la altura de su hermanito.

-Mama esta bien, entra, vamos a ver el especial de Bob Esponja ¿si?- le dijo tranquilizadoramente al pequeño. Luego comenzo a regañar a su madre, que mantenia la cabeza gacha. Las chicas me jalaron hacia ellas. No me habia dado cuenta que habian avanzado sin mi.

-Vamos Can- apremio Sam. La mire unos segundos y asentí. Luego sin poder evitarlo seguí observando la escena.

-Mama. Basta...-comenzó la niña. Su voz quebrándose- Ya esta bien por hoy, ve a descansar. Piensa en tu hijo, sabes que solo te hablo porque esta el presente. Por favor, solo ve a dormir- dijo. Su voz mas fuerte, imperturbable. Al notar mi estado zombie caminando lentamente junto a ellas. Me dedico una sonrisa cansada.

-Hola Candace- saludo. Metiendo a su madre al departamento. Reaccionando agite mi mano en el aire, a modo de saludo y entre al departamento. Comencé a parpadear mas rápido que la velocidad de la luz, intentando alejar las lagrimas.

-¿Estas bien, Can?- pregunto Emma. Asentí y force una sonrisa.

-Tengo sueño, fue una larga noche- fingí estirarme y bostezar- Buenas noches- dije subiendo las escaleras.

-Buenas noches- dijeron las tres al unisono. Abrí la puerta de mi dormitorio. Me senté en la punta de la cama quitándome mis tacones y tirándolos al enorme armario.

-¿Ya se van?- escuche preguntar a Sam.

-Sip. Solo nos gusta saquear tu nevera- bromeo Emma. Sam rió. Hablaron un poco mas y Sam paso seguro a la puerta del departamento. Sam subió las escaleras y toco mi puerta.

-¿Estas bien cariño?- pregunto asomando la cabeza. Asentí sonriendo. Bostece de mentira otra vez. Ella sonrió un poco indecisa. Pero conociéndome tan bien como solo ella lo hacia, me dejo sola. Cerrando la puerta. Solté un suspiro entrecortado por las lagrimas que se acercaban y entre al baño. Me deshice de mis ropas, y me metí a la ducha, dejando que el agua fría recorriera mi cuerpo. Luego deje que las lagrimas brotaran. Evocando el recuerdo. Mi madre se encontraba en el inmenso jardín trasero de la casa, junto a sus amigos. Mi padre, ya destruido y borracho. Se quedo dormido en su cuarto. Mientras ella, como siempre, borracha pero con la energía a mil. Seguía conversando alegremente. La mayoría de los invitados, ya borrachos. Solo dos de las mujeres que quedaban en el festejo estaban sobrias. O, al menos un 50%. Mi hermano menor Alex me había buscado a mi habitación. En ese momento yo solo tenia 13 años y el apenas 7. Como siempre que mama se embriagaba, estaba nervioso. Desde los 12, yo había optado por no ir a fiestas de los amigos de mis padres... Cansada de la constante humillación, de que mi mama se emborrachara e hiciera cualquier estupidez. Tenia muchos recuerdos de mi madre haciéndome pasar pena ajena por su borrachera, pero ese era el mas vivido. Porque fue el día, en que me di cuenta, de las personas que existían en el mundo. Y de que no todo eran rosas y arco iris. Ya madura para mis 13 años, esta experiencia me hizo madurar mas... El sentido de madre que todas las mujeres tenemos, se activaba automáticamente en mi, cuando en mi casa estaban enfermos, o no estaba mi madre. Por algún viaje de negocios, o que se yo.... Cuidaba de mi hermano y mi padre. Pero este sentido se hacia mas duro, cuando alguno de los dos, o, usualmente mi madre se embriagaba. Pues yo a pesar de estar molesta con ella, por hacerlo. Cuidaba de ella, hasta que se dormía. Y de mi hermano menor para que se calmara y se acostara a dormir. Con mi padre, para, generalmente reconfortarlo y ayudarlo con cualquier desastre que pudo haber causado mi madre. Y si en caso tal, eran los dos los que se embriagaban, pues me dedicaba a cuidar de mi hermano y de la casa. Ayudando a Theodora, nuestra ama de llaves/niñera con los quehaceres de nuestro hogar.



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En el texto hay: karma, drama, comedia humor

Editado: 29.10.2018

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