Te miraba y tu mirada eclipsaba al sol
la ilusión en tu voz hacia calentar mi corazón.
Mientras veía como la magia
embriagaba la habitación,
me convertía de nuevo en un niño
ante tu mirada,
disfrute de tus juegos
de tu imaginación y de tu risa
fui cómplice de tu juventud
convirtiéndome en un personaje más de tus juegos.
Eso me hizo volver a mi niñez
verme reflejada en ti
me hizo renacer, volver a vivir.
Olvidé las prisas,
el estrés y el trabajo
para disfrutar de la magia
la ilusión y el amor de un hijo.
Editado: 26.08.2021