El Canto Del Trovador

CANTO 1: LA MALDICIÓN DEL LOBO.

 

 En lo profundo del bosque eterno una nueva camada de lobos estaba a punto de nacer, no eran cualquier cría ya que sus padres eran los líderes del clan más antiguo de lobos y de ese parto dependía su futuro.

Durante varios años cada camada era solo de hembras de las cuales no se podía escoger un nuevo líder y ese año varios clanes reclamaron al viejo lobo que si no había algún heredero macho comenzaría las disputas para ser el nuevo dirigente de todos los clanes.

En la lobera del viejo jefe se reunieron cada uno de los líderes El parto comenzó por la tarde y sin embargo se extendió durante casi toda la noche. La esposa de lobo desde un inicio presintió que sería una labor difícil sin imaginar el futuro que le esperaba.

Con cada hora que pasaba la expectación fue creciendo, hasta la media noche en la que todos estaban desesperados por saber si había nacido el futuro jefe de manadas. Repentinamente las nubes se formaron y los rayos comenzaron a surgir. En ese momento un aullido nunca antes escuchado salió de la lobera y tan rápido como pudo Dolbar entró para saber lo que había sucedido.

En el fondo del agujero encontró a su amada casi sin vida, quien con su último aliento se despidió  de aquel a quien amó toda su vida.

Sabiendo que ya no se podía hacer nada por su amada, miró a los lobeznos quienes igual que su madre yacían muertos. Sin esperanzas de continuar su linaje comenzó a salir del agujero para dar el terrible mensaje cuando repentinamente de su esposa muerta deslumbró la cabeza de una cría que aun luchaba por salir de su madre. Sin pensar más el lobo con sus fauces ayudó al pequeño de manera delicada a salir sólo para darse cuenta que al igual que el resto no tardaría en morir.

Desconsolado por la tragedia salió del lugar con su único vástago macho moribundo, depositándolo frente a todos comenzó a aullar la muerte de su esposa e implorar por la vida de su hijo.

Al notar la tragedia cada uno de los presentes comenzó a retirarse y planear los movimientos que harían para asegurar su supremacía, sin embargo una figura que nadie había percibido se quedó. 

Una vez solo el viejo lobo, el hechicero poco a poco salió de las sombras y con una gran cortesía saludo a la bestia. En cuanto la bestia se percató de la presencia del humano este se puso en guardia ya que ambas razas desde hace muchas generaciones estaban en conflicto.

-Vamos amigo  agregó el hechicero al ver la actitud del animal  si no sabes a lo que he venido por lo menos debes imaginarlo - Nunca te lo llevaras  gruñó el animal  si deseas mi extirpe antes tendrás que matarme-

- Te lo dije hace muchos años  respondió ante la agresión  tu heredero iba a ser muy importante, no sólo para tu raza sino para todos los habitantes de este mundo 

- Está muerto  repitió el lobo con aire de dolor  aunque te lo diera, ya nada podrá hacer 

- ¿Te parece bien si hacemos un trato amigo?  Nuevamente agregó el hechicero acercándose lentamente al cadáver del lobezno  si yo salvo a tu hijo. 

- ¿Yo qué tendré que hacer?  Interrumpió.

- Sólo dámelo para que lo cuide, cuando llegue su momento él volverá con lo suyos 

-  Mi pueblo está dividido, yo pronto moriré y las disputas acabaran con nosotros. Él era la última esperanza de vida ¿por qué tienes que quitarme lo único bueno que nos podía pasar a los lobos en estas terribles épocas?

Al escuchar las palabras del lobo, el rostro del hechicero se enterneció  entiendo tú sufrimiento pero, el sufrimiento que pasará tu pueblo a partir de hoy y el que muchos pasaran es nada comparado con el que sufrirán si tú hijo no cumple su destino 

-Si ha de ser así, quiero que me digas una cosa ¿Cuál es su destino? 

El hechicero al ver la muerte en los ojos del lobo, aunque no le estaba permitido, se acercó a su oreja y susurró unas palabras. El lobo agachó la cabeza y musitó  No importa lo que haga, no importa si te lo doy o no, lo que pasará marcará nuestro final 

- Te juró que a pesar de lo que pase nadie olvidará lo que cada uno de ustedes hará por el bien de la raza humana. En ello radicará su inmortalidad 

- Dura maldición se ha cernido sobre mi pueblo, pero si ha de ser así que se cumpla- al decir esto dejó al cuerpo casi inerte de su hijo y se dirigió a su lobera para pasar los últimos momentos de su existencia al lado de su amada, mientras el hechicero tomó al lobezno y del mismo modo que apareció se disipó del lugar.

 



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En el texto hay: fantasia, magia, guerra

Editado: 22.09.2021

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