Y casi media hora después.
-73 para 033, 42. (Espacio en la frecuencia para el taxi 033)
-Adelante 033.
Se escucha la voz de la 56 de la 42, algo preocupada.
-Reporto que había muchos perros con 58 en el Colosio, y alcancé a ver, antes de hacer 63, que uno de los vehículos que tuvieron el 92 pesado, era un 23, posiblemente 24.
- (Reporto muchos perros muertos y antes de regresarme, alcancé a ver que uno de los que tuvieron el accidente fuerte, era un auto particular, o posiblemente un taxi de la base Reynosa)
- ¡Eso fue hace media hora 033! ¿Por qué no reportó cuando estaba en el 28, está seguro que no era un 30 o un 23? (¿Está seguro que no era un taxi pirata o un auto particular?) –dice la 56 de la 42. (Dice la operadora de la base)
-No reporté hace media hora, porque traía una 20 de la 42 y no quería asustarla más, le repito que no estoy seguro en que, si era un auto o un 24, porque me pareció verle las franjas rojas de nuestros taxis, pero tuve que regresarme porque empezaron a escucharse muchos disparos.
- ¡Adelante 042! –se escucha la voz de la 56. - ¡Adelante 042! Señores, solicito 46, alguien que haga 06 al 28 del bowlevard Colosio, porque hace más de 25 minutos, el 016 reportó a unos 19’s haciéndole 58 a unos perros, posiblemente el 042 esté involucrado en el 92 que reportó el 033, porque andaba por el 28; (Señores, necesito ayuda, alguien que vaya al bowlevard Colosio, porque hace más de 25 minutos, el taxi 016 reportó a unos sospechosos matando perros, posiblemente el taxi 042 éste involucrado en el accidente que reportó el taxi 033, porque andaba por ese lugar)
- ¡Adelante 042! –se siguió escuchando la voz de la operadora.
- ¡016, en 06! (Taxi 016 en camino) –se escucha la voz de Genaro, reportándose.
- ¡033 en 06!
- ¡519 en 06!
- ¡038 en 06!
Y así, se escucharon en el radio las voces de varios de los taxistas que iban hacia el lugar del accidente, para saber si uno de sus compañeros de trabajo, había tenido algún tipo de accidente pesado, donde hubo balazos.
- ¡Billy!
Se levantaba sobresaltada la señora Gloria al presentir la suerte de su hijo, pero sin poder estar segura, y rezando, salió de su cuarto para prender unas veladoras, y marcar el número de su celular.
- ¡Billy!
También Erly se levantaba sobresaltada, sin haber podido conciliar el sueño, o tal vez sí y una decena de segundos después, sonaba la alarma que indicaba que el índice de maldad se estaba disparando una vez más en su jurisdicción, en una zona muy cercana a su base, pero al levantarse para ver que en sus pantallas se repetían las escenas de satélite, donde los cuerpos de sus mascotas aparecían aún calientes, pero inmóviles sobre el cercano bowlevard Colosio.
- ¡Billy!
Volvió a decir sobresaltada, y manipulando sus controles, trató de lanzar sus drones de Combate, pero un protocolo de restricción se lo impidió, aunque ya un par de drones de monitoreo habían sido lanzados en automático, unos minutos antes, y sin pensar en nada más, salió corriendo de su casona hacia el establo de Relámpago, que era como se llamaba el magnífico caballo que tiraba de su rustico carretón de basura, y montándose en él, salió disparada a todo lo que daban las piernas del equino sin importarle el frio, cruzando el laberinto de chatarra, hasta llegar a los callejones del caserío donde vivían los pepenadores, y bordeando el canal de Anzaldúas por la oscura terracería, saltó hacia el bowlevard Colosio, tan solo guiada por un presentimiento, ya no por su avanzada tecnología, y en menos de 10 minutos de haber salido de su casa, encontró al primero de sus perros muertos, crispándose de rabia al ir avanzando e ir encontrando cada vez más, sus verdes ojos comenzaron a fulgurar de furia, cuando por el otro lado del Bowlevard miró las luces de un taxi, le puso cierta atención, tal vez con la esperanza de que fuera el número 042, pero al ver las luces de un vehículo que se alejaba derrapando mucho más adelante, la misma fuerza de ese presentimiento la hizo olvidarse de todo lo demás, y al irse aproximando, se dio cuenta con una terrible angustia, que había un vehículo accidentado y echando humo, y ya bajándose de Relámpago, se dio cuenta que era un taxi, y un extraño dolor que nunca en su vida había experimentado, la invadió cuando se dio cuenta que ese taxi siniestrado era idéntico al de Billy, y cuando miró al número 042 y al inerte cuerpo del chofer, cubierto de sangre.
- ¡NOOOOOAAAAUUURRG!
Lo que sintió la hizo rugir como leona herida, cuando comprobó que el inerte cuerpo en el interior de aquel taxi, que había sido acribillado a balazos, era el de aquel primate con el que había pasado todo ese fin de semana inolvidable, pero sin dejarse derrotar por el dolor que la hacía querer estar muerta en ese mismo instante, al comprobar que ya su corazón se había detenido, con un despliegue de fuerza sobrehumana, sacó a aquél fiambre del destrozado taxi, para llevarlo cargando hasta donde estaba Relámpago esperándola, atravesó boca abajo el cuerpo ensangrentado en el lomo del caballo y a galope tendido y sin darse cuenta que estaba perdiendo su forma humana, porque su cuerpo se transformaba automáticamente en una impresionante amazona felina, tal vez por la restricción de tecnología o como un protocolo de defensa biológica o automática, para contrarrestar el frío, ya que solo salió con una delgada bata de dormir de su habitación, y tomó el camino de regreso hacia “La Nopalera” por aquel todavía desolado bowlevard Colosio, al regreso se encontró por el carril contrario a varios carretoneros, que unos minutos antes, en cuanto habían escuchado el furioso galopar de Relámpago y la vieron salir casi volando del arrabal, salieron tras ella y fueron encontrando y recogiendo los cuerpos de los perros muertos, sin imaginarse que aquella bruja del arrabal llevaba el cuerpo inerte, y tan muerto como aquellos perros, de uno de los humanos que tanto la había cautivado.