El carretón de los perros contentos.

La novia olvidada.

¡Billy! Te habla tu amigo el biónico.

Escuchó entre sueños la voz de su mamá que lo despertó, se volvió a tapar molesto aún, porque se había caído en la pista arcoíris y porque lo habían despertado de sus virtuales sueños, ya Víctor platicaba con doña Gloria, se  miraba contento porque después de una semana de ir a su casa todos los días a preguntarle a la Señora por la suerte de su amigo Billy, al fin encontró la casa abierta y con señales de vida, además el taxi 042 estaba en el garaje intacto y como nuevo, lo revisó intentando encontrar las señales del choque y los impactos de bala que según había recibido, pero al no encontrarlos, pensó que de seguro alguien se había equivocado y en realidad el 042 nunca había tenido un 92 pesado en el bowlevard Colosio, platicaron un rato de lo acontecido, en lo que Billy negó haber tenido algún accidente en la última semana, dejando algunas lagunas textuales en la plática, que Víctor, al verlo aún somnoliento y desorientado, consideró que eran porque su amigo no había dormido bien, que necesitaba dormir un poco más, y decidió retirarse para dejarlo volverse a dormir.

  - ¿Cómo se ha sentido, Señora? –pregunta Víctor Laurencio.

  -Pues hasta ahora muy bien. –contesta doña Gloria.

  - ¡Es que la veo muy bien! –dice Víctor, platicando unos minutos antes de despedirse. - ¡Hasta se ve mucho más joven!

  - ¡Favor que me hace, don Víctor! ¿Qué se toma? –le dice doña Gloria, agradeciéndole el cumplido.

  -73, 42 para 038. (Espacio para hablar, base Reynosa, para el taxi 038. –dice ya montado en su taxi.

  -Adelante 038. –contesta la operadora de la base.

-Encontré al 042 en su domicilio, completamente ileso y al parecer no ha tenido 92. (Accidente).

  -02, 038.

Contesta la operadora sin comentar nada más, pero al par de minutos, su celular sonó, indicándole una llamada de un número conocido.

  -Oiga don Víctor; ¿Es cierto que vio al 042, en su casa y sin 92?

Era Delta Verdín, que en cuanto recibió el reporte de su compañera, le marcó primero a Billy, pero al no recibir respuesta, le marcó a Víctor.

  -Es afirmativo señorita, pero puede marcarle a él para comprobarlo.

  -Ya le marqué, pero usted ya sabe que el 62 (Conductor) del 042 es algo especial y es muy raro que contesté una 50 (Llamada telefónica) Y menos de una 56 (Operadora) de la 42 (Base Reynosa)

  - ¡A que 042! Pero no se preocupe por eso, que tampoco a las 56 de la 43 (Base Colosio) les contesta, porque como también ha trabajado con ellas, algunas veces le hablan para pasarle los servicios que no les quieren cubrir los 62’s de la 43 y dice que no le gusta.

  - ¿Es muy raro ese 042, verdad? Bueno don Víctor, gracias por la información y no se me pierda mucho, recuerde que necesito mucho de su 46 (Apoyo). –dice la 56 de la 42.

Billy durmió otro rato sin haberse soñado en algún juego de video, pero al ver la hora se levantó rápidamente, ya que se le había hecho algo tarde para irse a trabajar, en las noticias de la televisión vio que ya era Lunes y poniéndose un pantalón de mezclilla y ropa ligera, porque apreció que el día era templado, bajó de su habitación como todos los días, esperando que su mamá le hiciera algo de comer y buscando su cartera que estaba sobre un mueble de la sala, para contar y distribuir lo que portaba en ella, se asombró al ver la gran cantidad de dinero que había en su interior, ya que tenía tantos billetes que apenas y cerraba.

  - ¡A jijos! –pensó al contar y recontar. - ¿Pues de donde salió tanto dinero si ayer ni trabajé, oh si?

Puso el dinero en paquetes sobre la mesa y todos eran billetes de alta denominación, por un momento pensó que en un descuido había agarrado todo el dinero que tenía ahorrado y se levantó de la mesa para corroborarlo, pero más se sorprendió al abrir el cajón donde su mamá guardaba el dinero para sus curaciones y medicinas, porque estaba repleto con fajos de billetes perfectamente acomodados y todos de la misma denominación.

  - ¡Jefa!

Llamó a su mamá que ya estaba en la mesa sirviéndole la comida.

  - ¿Quién te dio a guardar todo este dinero?

  - ¡Pues tú, hijo! ¿Quién más?

Dice doña Gloria que también se asombró cuando miró el cajón lleno de dinero.

  - ¡Ya dime la verdad, jefa! ¿De quién es todo este dinero?

Doña Gloria ya sacaba los fajos de billetes como para revisarlos, a ver si eran auténticos y reales y como para empezar a contarlos.

  - ¡Pues ya te dije que tú! Siempre que me das dinero para guardarlo, lo he puesto aquí todos los días y casi no lo agarro, porque también a mí me das dinero todos los días y cuando lo agarro, te digo; ¡Y ya vete a comer porque se enfría!

Billy se asomó al garaje a ver si ahí estaban su taxi y la vieja calesa del caballero, porque por un momento pensó que tal vez en algún lapsus estupidus la había vendido, ya que tenía algunos clientes interesados en ella, y al verla ahí suspiró aliviado, aunque la cantidad encontrada en el cajón de sus ahorros, era mucho mayor al precio económico de cualquier auto que se pudiera comprar en Reynosa, incluso alguno de una agencia mexicana.




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