El caso Oleaje

Epílogo

No volví a ver de nuevo a Carlo. Le enseñé el audio, las fotografías y las pruebas a la policía. Todos me miraban con lástima, pensándose que se trataba de un borracho dolido más que acababa de hacer un gran descubrimiento, pero yo ya no era ese hombre.

Axel me contó que había una gran posibilidad de que condenaran a Carlo a cadena perpetua, pero le pedí que no me diera más información sobre Carlo, pues él y yo ya no estábamos en el mismo mundo. Me sometí a una desintoxicación y fui al grupo de alcohólicos anónimos. Pocos meses después, me volvieron a admitir en la comisaría.

No hablé mucho más con Javier desde aquel día, pero un día nos encontramos por la calle y empezamos a hablar de nuevo. Yo le había contado que volvía a estar en la comisaría, y él me contó que iba a ser padre de nuevo. Había vendido el submarino a muy buen precio, y ambos esperábamos que no tuviera que volver a necesitarlo.

 

 

 

11 de mayo. 20:34.

Una mujer aparece de la mano con su marido. Están sonriendo, jugando, coqueteando. Ambos se sientan en un banco, y la mujer apoya la cabeza en el hombro de su marido. Ambos miran el mar y sonríen. Se han acordado de algo.

 

11 de mayo. 21:19.

Un joven adolescente se para en medio de la calle. Está mirando un escaparate de una floristería que hay en el paseo marítimo, y entra. Pocos segundos después, sale contento con un gran ramo de margaritas. Las mira, y sonríe. Sigue su camino.

 

11 de mayo. 22:40.

Un hombre mayor desentierra su caña de pescar de la arena. Mira la bolsa que contiene todos los peces que ha pescado y sonríe. Recoge todo su arsenal y se va de la playa silbando. Observa como hay un joven de mediana edad, con el pelo rubio y corto. Está sentado en una de las hamacas de la playa, mirando al mar, cuando de pronto se fija en aquel hombre mayor, que se quita su sombrero y le sonríe. El hombre sentado en la hamaca, le devuelve la sonrisa, justo antes de que el otro se dé la vuelta y siga con su camino.

 

Reflexiono y pienso que, de igual manera, todos estamos debemos luchar por algo. Tanto como el que ya lo ha hecho, como el que lo está haciendo, como aquel que ha aprendido a cómo hacerlo.

 



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En el texto hay: asesinato, arrepentimiento, peces

Editado: 13.09.2018

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