Era el primer día de clases en la secundaria FNAFHS. Todos los chicos y chicas entraban apresurados, era un lindo día. Este sería el primer día donde está escuela retomaría sus actividades después de las vacaciones de verano.
Todos los estudiantes ya habían entrado, todos se conocían de los años anteriores donde habían estudiado juntos, cada niño y cada niña se reunieron con sus viejos amigos y formaron sus propios grupos o círculos sociales.
Este no era el caso para una niña de cabello azul.
Bombón miraba la escuela desde lejos, se encontraba en la entrada de esta. Estaba nerviosa de entrar, de sumergirse en ese nuevo mundo, donde todo era desconocido para ella, las personas eran extraños a su vista.
No sólo tenia que enfrentar la dura prueba que representaba estudiar en una nueva escuela. Tenía que enfrentar el desafío vivir en una tierra extraña.
Bombón no había nacido en América, su lugar de nacimiento había sido Japón, Distrito Capital de Tokio. De alguna manera había aprendido el español gracias a la tutoría de profesores privados, cosa que no fue muy divertida para ella. No tenía nada de malo aprender otro idioma, es más eso le podría servir a ella a la hora de conseguir un futuro brillante, pero la insistencia de sus padres de que aprendiera un idioma extranjero no era simplemente para ganar una nueva habilidad
Su padre Akira Osagi, había conseguido un trabajo en América, era un empleo muy bueno con una salario muy tentador como para dejarlo pasar. Por tal razón sus padres decidieron que se mudarían a Los Estados Unidos.
Claro que esto no le gustó a Osagi Bombón, pero que podía hacer, era una niña no tenía otra opción más que ser obediente a la voluntad de sus padres
Tubo que dejar su tierra natal, su país, en serio ese empleo valía tanto como para que tuvieran que dejar todo, sus amigos, sus familiares y la tierra que los vio nacer.
Bombón no sabía si en verdad ese trabajo valía tanto, lo único que si sabía es que le dolía dejar a su familia y más le dolía aún más dejar a su mejor amigo, Loon.
Sin más decidió entrar a la escuela, tenía que hacerlo aunque estuviera sola.
Bombón sabía que sería difícil, aún así tenía la esperanza de llevaré bien con sus nuevos compañeros.
Una linda niña japonesa en una escuela Americana, de seguro se haría muy popular en poco tiempo, una sonrisa se dibujo en el rostro de Bombón cuando este pensamiento cruzó por su mente.
Siempre que podía trataba de mantener su frente en alto, y su autoestima hacia el cielo. Era típico de ella ser positiva.
Llego a lo que sería su nueva aula de clases.
Todos los chicos y chicas que pronto se convertirían en sus compañeros estaban sentados, de manera muy nerviosa Bombón hizo una seña a su maestra.
Esta entendió y la invito a entrar.
—Chicos tenemos una nueva estudiante —dijo poniéndose de pie —esta bien, puedes presentarte a tus compañeros.
—Es un placer conocerlos a todos —dijo con los nervios reflejados en su rostro.
La maestra le indicó a Bombón donde sería su asiento, esta obedeció a las indicaciones de su maestra.
Camino entre sus compañeros una niña puso su pie en su camino haciendo que bombón tropezado y cayera al suelo.
—¿Eres estúpida? —pregunto su compañera a su lado.
—Estoy bien —afirmó con entusiasmo.
—¿Dónde está mi banca? —pregunto.
Faltaba una banca, no estaba, lo único que había era un espacio vacío, un lugar en blanco.
Bombón no le dio importancia, se sentó sobre sus rodillas y comenzó a tomar los apuntes que escribía su maestra en la pizarra.
Estar sentada en el suelo era algo raro, en especial si todos sus compañeros estaban sentados en sus bancas.
La campaña sonó, la mayoría de los chicos abandonaron el aula de clases, Bombón estaba por salir, el estar recostada sobre sus rodillas fue muy incomodo, tal vez, debía decirle a algún maestro para que pudieran conseguirle una banca.
—Oye niña nueva —dijo uno de sus compañeros —encontré tu banca.
Bombón se emocionó por esto, aunque no entendía por que el niño señalaba la ventana, Bombón se asomó y justo como su compañero le había indicado hay estaba su banca.
Sin más que hacer bombón fue por ella, tenía que tener cuidado, estaba cerca del borde y era una caída desde el tercer piso.
—¿Niña estas bien? —pregunto su compañero.
_Si estoy bien —dijo.
Estaba por tomar su banca y entrar al aula, tenía que apresurarse si algún adulto la viera de seguro se metería en problemas.
La ventana se cerró de un golpe dejando a Bombón atrapada en el borde del techo del tercer piso.
—¡Abran por favor! —dijo golpeando la ventana —me aterran las alturas —dijo mirando al suelo.
#42379 en Novela romántica
#3679 en Detective
#1950 en Novela negra
amor romantico, amor superacion misterio peligro perdida odio ec, familia amistad union esperanza
Editado: 23.08.2019