El chico de cabello blanco

26. Marico Osagi


Freeze miraba el techo, todo lo que había pasado la noche anterior lo había dejado muy pensativo.

El hambre le molestaba pero tendría que esperar, ya que el no quería ver a sus hermanos.

Después de la batalla de las bandas la tención aumento entre el y sus hermanos. 

Quería evitar estar cerca de ellos, lo cual era un tengo difícil pues vivían en la misma casa, tendría que verlos le gustará o no, claro que esto le daba igual ya que Freeze eran un experto en odiar a las personas y convivir con ella al mismo tiempo.

Su padre era un buen ejemplo de esa habilidad, pues vivió con el por mucho tiempo, durante un largo periodo vivió junto al hombre que le había dado la vida, odiándolo y guardándole rencor.

Freeze busco en su habitación algo que le ayudará a distraerse, no deseaba pensar en su padre, eso ya era asunto del pasado y nunca más tendría que verlo, sus ojos recorrieron toda la habitación.

No había nada interesante, una habitación vacía, al llegar a esa casa Freeze no tenía muchas cosas de valor, la mayoría de esas cosas eran basura, ropa desgastada y juguetes rotos.

Sin compasión alguna su madre arrojó todo a la basura, a excepción de una pocas cosas que Freeze decidió conservar, una marioneta de payaso colgaba del techo, estaba roto, socio y parecía ser más un muñeco salido de una película de terror, que un juguete para niño.

Freeze embozó una sonrisa al ver ese payaso, su padre no se había tomado la molestia de comprarle las cosas que necesitaba.

Su madre al arrojar sus pertenencias a la basura, le prometió desde el fondo de su corazón que reuniría dinero para comprarle a su hijo todo lo que necesitará, y más, ya que su madre se había perdido toda su vida.

Esa promesa disgusto un poco a Freeze, daba la impresión de que su madre, la cual en su día el había deseado volver a ver, estaba tratando de comprarlo.

Tampoco le dio mucha importancia, el estaba viviendo en esa casa, y mientras la mano de Samanta lo alimentará, el no se atrevería a mostrar los dientes.

Sus hermanos por otro lado eran otra historia.

Su vista busco un nuevo objeto, y en una repisa descansaba aquel reluciente trofeo, que junto con su amiga se habían ganado.

Freeze se sintió triste al pensar en ella, aquella noche Bombón lucia espectacular, hermosa y radiante. Al verla tan bien arreglada Freeze no pudo evitar sentirse un poco enamorada de ella.

Algo había pasado esa noche. Si bien parecía que Bombón acabaría con la competencia, antes de subir al escenario Freeze noto en ella un semblante de tristeza, claro que pensó que se lo había imaginado, pero cuando Bombón subió al escenario y comenzó a cantar, fue claro entonces que no había sido una alucinación.

La voz de Bombón fue totalmente diferente a lo que Freeze esperaba, en su momento el le había ayudado a practicar junto con su amigo Loon.

Bombón había demostrado que su voz era mágica, celestial y encantadora, fue difícil para Freeze entender que la voz angelical de su amiga había desaparecido para dar pasó a una voz quebrada y llena de tristeza.

Bombón se veía muy triste en el escenario, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras intento que su voz no reflejarán sentimientos.

¿Dónde está Loon? Se había preguntado Freeze en su momento, no había soportado más y tubo que ir en su rescate.

Fue increíble cuando los jueces anunciaron que ellos habían ganado, pero lo más increíble que hizo Freeze fue besar a Bombón, si bien era algo muy vergonzoso, era algo que el público pedía. Freeze aprovechó aquella oportunidad, su amiga se veía tan increíble que Freeze quiso saborear los labios de aquella belleza, y lo hizo.

Al final de la noche Freeze cargaba junto con Bombón un reluciente y muy pesado trofeo, Freeze agradecío que su amiga le ayudara a cargar el botín que se habían ganado, pues pensó que con sus débiles brazos no podría cargarlo sólo.

Freeze noto que la exprecion se su amiga cambio, cuando una mujer alta y de cabello azul largo le miraba.

Bombón le mencionó que era su madre, pero aún así eso no fue suficiente para tranquilizarlo, por un momento el vio a aquella mujer a los ojos, sintió como si aquella mujer lo estuviera juzgando y no sólo eso, aquella mirada fría y sería había dictado una sentencia, culpable.

Aquella mujer era la madre de su amiga, Bombón un chica a la cual el tenía en gran estima que incluso podría decir que se había enamorado un poco de ella, pero al pensar en su madre y en aquella mirada que le había lanzado, Freeze pensó en algo.

—Odio a esa mujer —susurro.

Si las circunstancias hubieran sido diferentes, Freeze hubiera echo un esfuerzo sobrenatural para ganarse el cariño de aquella mujer, ya que Bombón era su amiga, pero eso ya no podría ser.

Freeze siempre a odiado aquella mirada, eran los mimos ojos con los cuales su padre le miraba al llegar de la escuela.

Desde la cocina, Samanta llamo a su hijo de cabello blanco.

Freeze obedeció y bajo, era hora del almuerzo.




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