◀Capítulo cuatro ▶

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[Que se metieron en grandes problemas sin embargo] Uno dice la verdad  y otro  dice una mentira.
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Ayer  salí por primera vez al mundo exterior luego de pasar seis años rodeaba de paredes de cemento, no pueden creer como extrañaba sentir el aire poco fresco de la ciudad pero desafortunadamente no fue un paseo dominical sino se trataba de asistir a un pequeño citatorio en donde un juez podría concederme la libertad condicional o una reducción de condena ya que se han encontrado más pruebas de mi inocencia, lo cual me causo una emoción pero no solo eso pinto una sonrisa en mi cara ya que desde las distancias pude encontrarme con un rostro familiar sonriendo. No diré por ahora de quien se trato  pues sería adelantarte a muchas cosas y  no soy tan perra como para hacer un spoiler cuando apenas estas comenzando a leer, así que me guardaré mi emoción para más tarde.

A pesar que los jueces que han llevado mi caso no me han creído mucho que digamos y  me han llevado a pensar que podrían estar comprados por algún de mis enemigos las cosas últimamente están yendo a mi favor incluso esta mañana que desperté con dolores por una paliza que me dieron, he recibido muy buenas noticias pues una fuente anónima revelo que Alice Blanchard y las demás víctimas de la masacre me tenían secuestrada y que las cosas que hice solo fueron en defensa personal. Cómo sabrás los motivos de mis delitos giran en torno a una grupo de personas que me orillaron a tomar esas acciones desperradas pero quien sea la fuente anónima está ayudando a el cielo gris que cubre mi vida se despeje poco a  poco y al fin han encontrado más pruebas que sirven de evidencia para probar mi inocencia como la  de cierto grupo de personas.

Y si piensas que se grupo de personas que me trato de matar se trata de  Paul Stampone y su pandilla  déjame avisarte que tal vez las cosas fueron algo así pero también existió otro grupo de personas  esto hablando de nada mas  nada menos que los pocos miembros vivos de la dinastía Dante.

Principalmente estoy presa gracias a ellos y sus planes macabros ya que si no me los fuera cruzado en camino ahora  mismo estaría comiendo una grasosa pizza mientras veo una serie basura en la televisión,  mientras que solo visto con una vieja y gastada sudadera y ropa interior sin preocuparme de que la celulitis inunde mi trasero no tan grande.

Te debes estar preguntando quienes  son esos de la dinastía  Dante bueno, te pido que sigas leyendo para que sepas un poco más del misterio de quien es el responsable de volver mi vida lo que es ahora.

¿La vida es una mierda? Sí, como dice Lindsy;  La vida es una perra malcriada.

¿El destino es una doble mierda? Sí, como dice Tania; —una prostituta que llevaba meses presa, a la cual le comencé a comprar los cigarros — El destino no es resultado que la unión de todas nuestras equivocaciones que cometemos. 

¿Pero saben que es curioso? Yo me encargue de volver todo una triple mierda.

Pero no quiero seguir perjudicando  mi salud mental; así me revisando mis memorias, me di cuenta que no podía negar el que yo soy la culpable de todas esas desgracias  que me ocurrieron.

—A la Psicóloga de la cárcel si lee quiero que vea bien que yo admití  que fui la responsable de todo, ya que fui yo la que se gano un pace  a la cárcel. —

Yo comencé a irme por allí buscando enemigos y buscando lo que no se me perdido.   
Nadie me puso una pistola en la cabeza y me dijo “Vas a hacer exactamente lo que te diga” pero aunque corra el riesgo que no me creas; te puedo comentar que eso fuera sido bien “ligero” al lado de la fantasía  viviente. 

Y si mi mamá, papá y abuela tenían una frase que decirme cada vez que me hundía —porque yo no era meter la pata como cualquier persona normal,  yo soy y era  de meterme completamente. — mi fracasada persona tenían una frase que decirme todas las veces que la cagaba  (embarraba, arruinaba, etcétera): “Alana, si tú vas por allí cagándola mejor píntate una sonrisa porque lo que se te viene encima no va hacer fácil.”
Bueeeenooooo —lo siento por extender las letras pero así se le agrega emoción a las cosas. — sigamos contando mis desgracias.

Los hermanos Stampone son tan diferentes, no tanto físicamente ya que los tres tienen el cabello negro, son blancos al punto en el que provoca preguntarles si están enfermos o algo parecido y tienen la mirada de un gato negro —las únicas características diferentes en ellos que puedes notar sin necesidad de que abrieran la boca eran; la altura y delgadez y que el menor de ellos es un pecoso con miopía. — Pero de alguna manera parecen una hidra, —Si no sabes que es una hidra déjame que te explico; es una serpiente de tres cabezas que si le cortas una salen dos más. — ya que cada diferencia  complementa a los otros.
Como decía Yugenis:

“Sin Paul no existe Paulo ni Pablo.

Sin Paulo no existe Paul ni Pablo.

Sin Pablo no existe Paul ni Paulo”

—Lo sé,  esto es un trabalenguas y yo ni siquiera me había fijado hasta ahora. —

Mejor te contare la escena en donde nos quedamos;

Estábamos todos sentados en las gradas viendo como transcurría toda la partida hacíamos: porras, insultábamos a los rivales y estábamos siendo testigos de acciones  llenas de violencia que son típicos de este deporte llamado hockey.

Según yo; todo estaba normal, pero cuando sentía una calidez y una rica fragancia masculina a mi lado que era la responsable de que mi corazón  latiera con fuerza y rapidez,  mi respiración se transformaba en lío. Fueron varias veces  en las que sin vergüenza alguna mirara de reojo de quien era el dueño de tan excitante aroma producía desconcierto y nerviosismo. 
Pero oliendo bien descubrí que no se trataba de un solo  perfume si no de tres exquisitos aromas masculinos que salían de la pandilla Stampone cada vez que la fría brisa del estadio los golpeaba.