El chico de la fiesta +16

◀Capítulo cinco ▶parte II

Una o dos semanas habían pasado desde aquel misterioso mensaje y varios más llegaban con frecuencia todos tenían una relación extraña con la religión y el anillo que llevaba en mis dedos pues siempre que me pasaban cosas las palabras de Paul regresaban a mi mente como si de una mala canción de reggaetón se trataba.

Trataba de mantener la razón  pero tratar de ser la Alana de siempre se me era imposible pues solo habían transcurrido apenas unos cuatro días desde ese suceso extraño que involucraba el cementerio y un tipo con máscara de lobo, tenía sueños extraños con personas enmarcadas que hablaban en un idioma muy difícil de entender para mí. Y en ese tiempo aún existía la guerra de indirectas vía Instagram con Paul Stampone pero me aterraba que él estuviera involucrado sin embargo, aún me daban ganas de demostrar que no era más que un chico normal.

(No dure mucho tiempo sin celular pues siempre suelo tener una batería de repuesto. Como dice mi mamá: Mujer precavida vale por dos mil.)

No le había comentado nada de lo vivido a Yugenis gracias a que estaba muy ocupada en asuntos universitarios, tampoco a Ana porque también estaba ocupada pero no por sus planes para  la universidad sino porque estaba trabajando con su madre para terminar de pagar los gastos fúnebres de Cecilia y menos a mi mejor amiga, Lyn pues esta se encontraba fuera del país. Además no quería ni deseaba preocupar a esas personas con respecto a mi extraña posición con Paul Stampone y sobre una posible demencia.

Pero aquí va algo interesante, mejor dicho una pregunta interesante.

¿Nunca les pasa que todo conspira en su contra?

Bueno, cuando tenía menos edad siempre decía; "La ley de Murphy, eres una tremenda mierda conmigo. "
Ya que siempre me ocurrían cosas bastante malas y más cuando me encontraba totalmente sola.

Era sábado, mamá y papá habían salido con sus amigos a tomar unos tragos, lo cual significaban que no regresarían hasta el día siguiente, Josh también había salido con unos amigos para una fiesta “de cumpleaños” y Daniel estaba de pijamada con un compañero del béisbol así que tenía la casa para mí.

¿Y qué significaba eso?

¡Dormir!

Porque no contaba con quienes hacer una fiesta (Nate y mis otros amigos que participan en el equipo de Hockey no podían tomar ni hacer alguna idiotez mientras estuvieran en temporada de juegos) como lo haría cualquier adolescente que estuviera su vivienda completamente sola y contara con la reserva de licor de su padre y sin olvidar mencionar no tenía ni un gramo de talento como organizadora de fiestas y eso terminaría siendo un caos total.

Así que cuando termine de bañarme y de cenar cereal, me dispuse a asegurar bien la casa con llave así si me quedaba dormida ningún ratero entraría.
Una vez terminada la tarea me fui a la sala ver una película en el sofá. No tarde mucho para que me quedara dormida como indicaba mi plan entretenimiento.

No sé cuánto tiempo fue el que dormí pero el frío de la sala desaparecido y el ruido de gotas de lluvia cayendo con fuerza fue lo que me despertó de mi sueño, toda la casa estaba tan oscura que me hizo caer en cuentas que otro apagón ocurrió, me levanté del sofá aun soñolienta comencé a buscar mi teléfono a obscuras hasta que di con él. -creo que esos malditos apagones iban a hacer que desarrollará visión nocturna ya que el oído sensible a los sonidos nocturnos lo tenía gracias a la falta que mi hogar  pues no había nada que produjera "un ruido blanco" - Lo encendí para encontrarme con varios mensajes de mi madre.

"¿Estas bien?"

Fue el primer mensaje que me había enviado.

"Aquí también se fue la luz. "
“Tu padre y yo vamos en camino. "

Al leer eso supe que no tardaría en llegar pues papá manejaba como alma que se lleva el diablo en este tipo de situaciones.

"Algo extraño acaba de pasar, los vidrios del auto explotaron cuando tu padre estaba caminando hacia él."

Al leer ese último mensaje, me asuste así que rápidamente trate de responderlos, le avise a mi madre que me encontraba perfectamente bien y que no se preocupara ya que tenía encendida una lámpara de aceite -en realidad iba a bajar al sótano a buscarla. - y tenía en mi poder ese bate con púas que mi padre medio por dos razones; por mi fanatismo por los comics de The Walking Dead  y en caso de que me quedara algún día sola en casa, además de asegurarle que antes de irse la luz había cerrado todas las puertas para evitar cualquier cosa.

Pero mamá no estaba tranquila y en sus mensajes se podía ver esa preocupación cada vez que me escribía un mensaje. El último mensaje que intercambiamos en esos momentos fue;
"Por favor, no salgas ni abras nada estando tu sola. Es muy peligroso recuerda. Trataremos de buscar la manera de llegar a casa lo antes posible."

"Está bien mamá, seré buena soldado y cuidaré el perímetro. 👍 Verás que no tienes nada de qué preocuparte. "

Fue mi respuesta llena de confianza para hacer que aquella mujer dejará sentirse angustiada por su hija dejada en casa pero sabía bien que eso no mataría las preocupaciones de mi madre por más que lo intentara.

Baje al sótano a buscar la lámpara sin antes pasar por mi habitación para tener en mi poder el bate con púas que usaba como método de protección, y cuando sostuve la lámpara en mis manos la lleve a la cocina para agregarle aceite y encenderla.

Por el rabillo de mi ojo vi una sobra moverse entre las ramas del árbol del patio causando que apurara mi paso sin mirar atrás, pues estaba segura que si lo hacía o vería al feo gato del vecino o sencillamente me toparía con la nada lo que posiblemente me causaría algo de pánico.

El problema con la falta de luz es que tus sentidos se agudizan y ves como sientes cosas que no están sucediendo a tu alrededor lo cual es algo aterrador porque pierdes el hilo de la realidad y te sientes capturada (capturado) en "un mundo de fantasía " que te hace preguntarte si todas esas sombras que ves correr a tu alrededor o esos ruidos que oíste antes son falsos o reales.




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