Sofía preparó dos emparedados de mermelada y los colocó en su bolso. Iba camino a la lavanderia y decidio llevar algo de comer, claro que se acordó de Raúl.
Se hizo una nota mental para pasar a comprar dos sodas.
Realmente deseaba que él la invitara a salir.
Esperaba que lo hiciera pronto.
Al llegar a la lavandería se dio cuenta de que no había nadie dentro de ella excepto Raúl, sintió que sus manos se humedecían rápidamente y las deslizó sobre la tela de sus pantalones.
Raúl bailaba de una forma extraña con los ojos cerrados, se imaginaba como se sentiría bailar con Sofía. Sintió que alguien lo miraba, al abrir los ojos y mirarla no pudo evitar sonrojarse.
Sofía lo observaba divertida, él camino hasta ella y la jalo hacia él, quedando juntos.
Ambos empezaron a bailar, ninguno dijo nada.
El silencio lo dijo todo.