El día pasó rápido, era algo agotador y abrumador, ya era una semana desde la partida de Matt de regreso a su gira.
Al entrar a casa, tiré la mochila (maleta) en el sofá, y me dirigí a la cocina, ahí había una pegada al refrigerador.
" Salimos de viaje, de nuevo.
cuídate.
Te llamamos luego.
Besos, Mamá"
Típico, tipo 'siempre me dejan sola', a veces sentía que ni les importo.
Me hice un sándwich, y me acurruqué en el sofá, tomé el control y encendí el televisor, recordé que pasarían una entrevista de Matt, por las chicas obsesionadas con él, yo ni aún siendo su novia me interesaba mucho en estarlo chequeando, bueno, sí en algunas ocasiones pero ésta vez no me las olí que le harían una entrevista, me puse rígida y no deje de observar, ya que, al comenzar, en el sofá de a lado del entrevistador se encuentra Matt y a su lado una chica, de piel clara, cabello rizado y castaño y seguro cae hasta su cintura, ojos café verdoso, ¡tomada de su mano! ¡Carajo! ¡¿qué es ésto?!
—¿Cuánto tiempo llevan de novios? — Preguntó el entrevistador.
—Ella no es...— Trató de hablar Matt, pero la chica se aproximó a contestar.
—Un par de meses.—Habló la chica. —De hecho, él fue quien me buscó.
Justo como pasó conmigo...
—Estoy tan feliz de estar con un chico tan maravilloso como él ,— Continuó.— Esperamos pronto hacerlo oficial.— Y lo tomó por el rostro girándolo y le plantó un beso en los labios.
¿escucharon eso? fue mi corazón partiéndose en mil pedazos.
Apagué el televisor, no quería seguir viendo la cara de ese patán, lo odio, ¿cómo pudo hacerme ésto? yo lo amo... lo amaba... quiero odiarlo pero no puedo.
Lágrimas corrían por mis mejillas, mientras recordaba sus palabras 'Esperamos pronto hacerlo oficial' ¿y yo qué? ¿quedar cómo una estúpida cuyo 'novio' presenta a otra frente al público como su pareja?
Tantos pensamientos encontrados sólo golpeaban mi cerebro provocando fuertes pulsaciones en él.
No lo puedo soportar más, hasta el hambre se me pasó de haber visto eso, me adentré tanto en esos pensamientos, cubriendo mi rostro sobre la almohada mientras no paraba de llorar retorciéndome de dolor en el sofá, soltando pequeños sollozos y grandes gritos de dolor.
...
El gran destello de luz que entraba por el gran ventanal que daba al jardín, pegaba en mi rostro, miré la hora y era tardísimo, subí corriendo a mi habitación.
Tomé una ducha rápida y me coloqué lo primero, unos jeans poco ajustados una blusa holgada y que realmente no sabía que decía en la frase pero es negra así que la tomé, es cómo ahora me siento, mis vans negros y acomodé mi cabello en una coleta poco peinada, y me colgué la mochila sobre los hombros, por alguna razón en mi celular sólo reproducía música triste mientras la escucho con los auriculares camino al instituto.
Recordé lo que vi anoche, una lagrima se deslizó por mi mejilla cayendo al suelo, todas mis esperanzas cayeron como caen las gotas de las nubes al suelo, cuando tienes una sonrisa y pasa algo y tu sonrisa se transforma, era cómo un día soleado que de la nada se convierte en un día nubloso mientras la lluvia cae sobre ti.
Llegué al instituto y como lo pre-visualicé , todas hablan de la entrevista que dio Matt ayer, su novia y el beso que se dieron, por alguna extraña razón sentí las miradas clavadas en mí, giré la vista para observar a mi alrededor, y no, todo es parte de mi imaginación.
Llegué hasta mi respectivo salón y gracias a dios, Denise ya había llegado, me acerqué a ella y me tiré a sus brazos, soltando el llanto que había estado soportando desde que llegue aquí.
—¿Lo viste? — Le susurre y ella asintió.
—Es un imbécil.
Esperé con ansias que el día pasara rápido, una que otra vez chocaba con Taylor quien, obviamente, aprovechaba para echarme en cara que mi novio me engaña.
Por fin el día pasó rápido y al llegar a casa me despedí desde la puerta agitando la mano, despidiéndome a lo lejos de Louis y Denise quienes estaban en el auto, arrancaron cuando se aseguraron que entré completamente a casa.
Estuve a punto de mandarle un mensaje a Matt reclamándole sobre todo o en una llamada sería mejor, cuándo estuve a punto de marcar, el timbre de la puerta sonó.
Abrí y de ella se asomó Jack, quien no dude en abrazarlo, con mis brazos sobre su cuello, él me tomó por la cintura pero luego profundizó sus manos en mi espalda baja, haciendo más cálido el recibimiento.