El Chico Del Piano

I

Frank Ludwing , 19 años, Futuro pianista.

Familia : 

Padre = Winston Ludwing , 40 años , Violinista (Profesor). 

Madre = Olivia Ludwing , 45 años , Ama de casa.

Hermanas :

Margo Ludwing , 25 años, Escritora.

Elisa Ludwing, 25 años , Abogada. 

Karmele Ludwing, 20 años , Periodista. 

 

El día de hoy iré a conseguir mi primer empleo como pianista, acabo de tomar seriamente ser profesional en piano, desde que tenía cinco años empecé a tocarlo, antes lo hacía por simple diversión hasta que mi padre en mi cumpleaños 18 me dijo. 

- Frank deberías en verdad dedicarte por completo al piano. 

yo con mucha duda le conteste. 

- Eso crees , la verdad no creo que sea tan bueno en esto y además tampoco que de muchos ingresos. 

mi padre me miró , se paró y trajo su violín, volvió a tomar asiento frente mio.

- No lo creo, lo sé , tu crees que nací aprendiendo a tocar el violín, está claro que no, es solo cuestión de practica mezclada con pasión y esfuerzo, además lo del dinero es lo de menos , o estarías dispuesto por solo ganar dinero vender tu alma en un lugar en el cual nunca vas a ser feliz.

cuando mi padre me dijo esto, abrió mis ojos, nunca en lo que llevaba de vida me había puesto a pensar que me hacía feliz, sin saberlo me había dejado sin habla, lo único que puede hacer en ese momento fue agachar la cabeza ante él. 

- No habías pensado en tu felicidad en lo más mínimo , verdad Frank. 

no quería sonar como un idiota delante de mi padre , entonces pensé muy bien mi respuesta, pensaba que si tal vez me veía pensando saldría sin esperar una respuesta, pero fue todo lo contrario, sentía que tenía la mirada fija en mí , como instinto subí nuevamente la cabeza, si estaba mirándome fijamente con una mirada muy suya, la famosa mirada de reproche, para no aguantar mas tensión de la que había en ese momento decidí decir lo primero que se atravesara por mi mente. 

-  Tienes toda la razón padre, jamás pensé en ello. 

vi como su mirada de reproche se iba transformando en una de total enojo, no entendía la razón de esto, tampoco entendía porque debía preocuparme algo que para mi era tan banal, si nunca había sido feliz con lo que tenía , esto puede sonar egoísta , lo sé, mis padres y todos en casa se que se esfuerzan por dar lo mejor de cada uno, pero aun así no encuentro nada de emoción  en mi vida , todo es monótono y repetitivo, quisiera que la vida nos cambiase un poco, que tuviera más aventuras y experiencias nuevas . Todo esto lo estaba pensando mientras veía como mi padre se paraba lentamente de su asiento y salia con su violín en mano por donde había llegado. 

El resto del día no hablamos más, hasta que llegó la hora de la cena, mi madre estaba en la cocina preparando su famoso y delicioso puré de papa que prepara todos los jueves desde que tengo memoria, ya me se las cenas de todos los días, realmente no me da ganas de cenar , no hay emoción ni nada parecido porque se sabe que es lo que va a preparar todos los días, no es como si me sorprendiera con algo nuevo todo el tiempo, siempre será igual y nada cambiará. 

acabo de llegar de andar por los alrededores buscando donde me podrían emplear, no mucha gente quiere a un pianista y mas que todo tan joven, solo encontré tres lugares en los cuales me dieron la oportunidad de mostrar mi talento, el primero era un bar de los suburbios más bajos, en una palabra era un bar de mala muerte, hice mi audición lo mejor que puede en las condiciones deplorables en las que estaba el piano, era un piano de pared ya con la madera muy gastada, no se como se sostenía , parecía que en cualquier momento fuera a caer en pedazo , al dueño del lugar le gusto lo que interprete pero me dijo que lo pensaría, al decir esto me volvió un poco el alma al cuerpo, no quería trabajar en aquel lugar, tanto por el piano como el ambiente, las dos cosas eran totalmente desastrosas, salí de aquel lugar y me dirigí al segundo, este era una pequeña iglesia, esta me agradaba mucho porque era un lugar limpio y amplio, entraba muy bien la luz del día hacia el piano, este era un piano blanco de cola , muy bien cuidado, me senté en el fino taburete de piel que acompañaba al piano, tenía un poco de nervios por lo que fueran a pensar de mi interpretación, sin pensarlo empecé a tocar con todo mi ser, sentía que cada tecla que tocaba retumbaba en mi interior, en este lugar si deseaba trabajar, aunque fuera por un tiempo, a la monja que estaba presente le gusto mi audición, yo estaba feliz porque lo había conseguido, conseguí impresionarla, pero no fue suficiente, me respondió como me dijeron en el primer lugar, un lo voy a pensar, un poco desanimado fui a el tercer y último lugar, este era una emisora que había en el pueblo, era pequeña y no muy conocida,su nombre era Polskie Radio, era un lugar perfecto, mejor que la iglesia o el bar , el piano estaba solo, aislado del mundo y sus sonidos, en un estudio de grabación, a cada paso que daba hacia el taburete del piano mis piernas temblaban, definitivamente sentía algo que nunca se había manifestado en mi al tocar el piano , tal vez esto era a lo que se refería mi padre con felicidad, cuando termine mi  interpretación, el locutor me miro sonriente y dijo. 

- Tenemos pianista. 

mi corazón dio un vuelco , no lo podía creer, oficialmente tenía un empleo , y lo mejor de todo, me hacía feliz, después de dar un sí como respuesta y firmar algunos papeles, oficialmente era parte de aquella emisora, todos los días estaría tocando para miles de personas en diferentes horarios, con la felicidad rebosando en mi rostro salí hacia mi casa a contarles a todos lo que había logrado.




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