Pensar que mañana empezaré mis clases y conoceré nuevos amigos me tenían estresada por lo que me quedé dormida.
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Me desperté por mi alarma humana que era mi madre, cogí mi celular y ví la hora eran las ¡6:45 am!.
-¡Pero aún es temprano!– grite ya que mi madre estaba en la cocina, me volví a cubrir con la sabana pero sentí que alguien me las arrebató.
-Hija debes ir a bañarte y cambiarte o llegarás tarde– dijo parada a mi lado cruzada los brazos. Rei ante su gesto de molestia.
--Esta bien madre, me iré a bañar pero recuerda irme a dejar que nose en donde queda mi universidad– dije levantándome, le di un beso en la mejilla y me fui directo a bañarme.
Minutos después salí con mi toalla envuelta en mi cuerpo, me vestí con mi outfit favorito que era una chompa grande color negro, un pantalón del mismo color y zapatillas blancas.
Me peine bueno en fin me deje suelto, baje corriendo a desayunar pero mi madre dijo:
-Hija pero ese no es el uniforme– la mire con confusión– tu uniforme lo dejé en tu cama.
-Pero se supone que en la universidad ya no se utiliza uniforme– ella negó y me dió señas para que fuera a cambiarme otra vez.
Con una mueca en mi rostro fui hacia mi habitación y efectivamente el uniforme estaba ahí, pensé que ya no usábamos uniforme en la universidad. Sin embargo aquí era totalmente diferente que allá, resignada y sin dar más rodeos me vestí rápido o sino llegaría tarde al primer día de clases.
Desayuné lo más rápido que pude y baje ya que mi madre había bajado sin mi, llegué y me subí al auto. Me puse el cinturón y voltee a verla.
-No me esperaste– puse una mano en mi pecho fingiendo que me dolió y ella se rió– no es broma, ¿por qué bajaste sin mi?.
-No salias, por eso decidí esperarte afuera– suspiré resignada y le di un beso en su mejilla.
-Te quiero mucho madre.
Mi madre arrancó el auto, abrí la ventana del carro y saqué mi rostro para que el viento chocará con el, veía pasar los edificios grande que había. Mi madre paró en un semáforo en rojo, mientras esperaba que este cambiará a verde veía a todas las personas caminar por las calles de Seoul.
Mi mirada se fijó en un chico que al parecer era alto, su cabello castaño y ondulado, usaba tennis negras, tenía puesto el mismo uniforme que yo usaba e iba con sus audífonos puestos. El semáforo cambio a verde y el auto arrancó dejando al chico atrás, no logré ver su rostro pero no me importaba.
Llegue a mi universidad era grande y muchos chicos y chicas entraban en el, baje del auto despidiendo de mi madre.
-Hija no podré venir a llevarte así que creo que ya conoces el camino a casa– abrí mis ojos como plato y mi madre rio– nos vemos de noche, bye.
-¡Que!– iba hacer berrinche pero mi madre arrancó el auto dejandome con la palabra en la boca– ¡porque me tiene que pasar eso!– sin más decidí entrar.
Al parecer mi madre me dió una hoja indicándome cual sería mi clase, por lo que opté en preguntar a alguien donde quedaba esa clase. Me dió las indicaciones y subí rápidamente pero alguien me esperaba en la puerta, era el tutor de mi clase.
-Buenos dias– saludé haciendo reverencia.
-Keyla ¿verdad?– asenti– un gusto soy el tutor de esa clase mi nombre es Seo In Ha– pues logré entender ya que estuve estudiando un poco el coreano que usaban en este país en mi vacaciones– entra cuando te diga.
El tutor de la clase entró y todos se levantaron e hicieron una reverencia, el tutor les daba indicaciones a sus estudiantes hasta que dijo:
-Por último tenemos una compañera nueva, ella no es de aquí ella viene de otro país, así que espero que la traten bien sino serán llevado a hacer trabajo comunitario– volteó a mi dirección y dió una seña para que entrara.
Entre algo nerviosa ya que todos tenían su mirada fija en mí, acto que hizo que me sonrojara.
-Hola a todos mi nombre es Keyla, tengo 18 años y espero llevarme bien con todos– aunque la última frase era mentira, en ese momento no quería que nadie se me acercara pero parecería rara ante ellos así que decidí socializar por primera vez.
El profesor me indicó mi asiento y luego se fue para luego entrar otro maestro empezando directamente con la clase. Era algo bueno ya que no tenía que estar diciendo hola mi nombre es Keyla tengo 18 años... bla bla bla.
Las clases culminaron bien, conocí a pocos de mi salón pero al salir de la universidad recordé que mi madre no vendría a verme ya que estaba trabajando. Aproveché para ir de nuevo a mi lugar favorito
Llegué al lugar pero alguien estaba ahí parado al parecer era de mi universidad, no lo conocía pero no era importante y me quedé observando el lugar como si fuese la primera vez que lo había visto. Ví de reojo que el chico me veía como si me conociera, me sentí algo incomoda así que decidí irme.
Llegué al departamento y me cambié poniéndome el outfit que iba a ir puesta pensando que no había uniforme de universidad. Estaba realizando una pequeña tarea que me mandaron cuando me llegó un mensaje. Sonreí al ver que se trataba de Vanne mi mejor amiga.