El Chico Menos Probable

Diez chicos y un profe famoso.

 

—Espera un momento —Adam le dice a su amigo de cabello oscuro y camina hacia mí—. Oye Karl, ¿Qué querías decirme?

—Hoy tienes entrenamiento, ¿verdad? —asiente—. Bien, solo era para avisarte que Brad, Hannah y Trevor se irán, dejarán a Trevor en el restaurante y ellos irán con Johnny.

Adam frunce el ceño. — ¿Quién es Johnny?

—Es Johnny —respondo levantando los brazos—. Todos conocen a Johnny —me mira confundido—. Un chico, amigo de Brad.

Adam suspira. —Bueno, supongo que no puedo impedirlo —rasca a un lado de su cuello—. ¿Por qué te avisó a ti y no a mí directamente?

—Porque lo ibas a regañar y decirle que no —contesto.

Adam me regala una sonrisa pequeña. —Bueno, como sea —levanta la mano cuando unas chicas lo saludan para devolverles el gesto—. ¿Tú te iras también?

Niego. —Tengo club de música, ¿recuerdas?

—Claro —muerde su labio—. Oye, ¿hay otras chicas en ese club?

—No, solo yo, ¿Por qué? —Aclaro mi garganta—. ¿Querías que te presentara algunas? —río incomoda.

Aún recuerdo cuando Adam conoció a Melanie y la forma en que sus ojos se abrieron. Obviamente Adam se sentía atraído por ella quien es realmente linda pero no tenía una oportunidad con ella. No es porque le gusten las chicas, en realidad ella no se define como nada aun, sino porque es mi mejor amiga y no hay persona más leal en este mundo que Melanie Stewart.

Pasaron meses desde que se conocieron para que Adam me pidiera un día que le ayudara a invitarla a salir. Me sentí triste, ofendida y al mismo tiempo, divertida. No le dije que a ella le gustaban las chicas, eso era algo que antes Melanie no era tan abierta como ahora, pero le dije que no le interesaba salir con nadie.

Luego se lo conté todo a Mel y ella se río conmigo, pero también, limpió mis lágrimas.

—Karlie, dale tiempo —dijo—. Es un hombre, son así. Ya verás que eventualmente sus sentimientos se organizaran y te pedirá una cita.

Alerta de adelanto: eso no pasó.

Adam niega —No, no quiero que me presentes a nadie —baja la mirada un segundo y luego la regresa a mí—. Es solo que, tú eres una chica y sé que son varios chicos, ¿no? ¿Estás cómoda con eso?

Bufo. —Ay vamos, Adam —lo empujo juguetonamente—. ¿Crees que me intimidan diez chicos? ¿Acaso olvidas lo bien que se me da el levantamiento de pesas?

Adam sonríe ampliamente. —Oh sí, esas cinco libras que levantaste la semana pasada fueron impresionantes.

Veo que sus amigos lo llaman, seguro tienen que preparase para entrenar. —Creo que deberías irte.

Entrecierra los ojos. —Bien, pero Karl —me toma de la mano—. Si intentan algo estúpido, me lo dices, ¿sí?

Asiento. Mi corazón palpita muy rápido por tenerlo tan cerca, con su mano sosteniendo la mía. —No te preocupes, eres mi número de emergencia.

Adam me guiña un ojo y me suelta, se acerca corriendo con sus amigos y se aleja dejándome sin oxígeno y la mente dando vueltas. Veo mi mano y odio saber que Adam me trata de esta forma únicamente porque no siente nada por mí. No me ve como alguien que saldría.

No soy tan tonta, soy realista y lo sé. Tal vez al comienzo me hice ideas y aunque aún albergo esperanzas, sé que en este momento él no me mira más que como Karl, la chica de al lado que es únicamente su amiga.

—Karlie —el profesor Rilley se acerca—. Qué bueno verte aquí, oye voy a llegar unos diez minutos tarde, el director necesita algo pero, ¿Puedes ir con los chicos y mantenerlos calmados?

Me señalo. —Eso es como pedirle a un venado que intente domesticar diez pumas, señor.

— ¿Señor? —ríe—. Karlie no soy tan mayor cómo crees, pero de todas formas, eres mi segunda al mando y tienen que respetarte sino los expulso y regresamos alguno de los que tocaban la pandereta.

—Claro —le doy un saludo militar—. Haré lo mejor que puedo.

Asiente y sigue hacia adelante, yo doy la vuelta para ir al salón con los chicos del club. Al menos conozco a Erick y a Mason.

Mason que es un personaje curioso, con su estilo algo vintage y su voz dulce. Erick quien no entiende mi sarcasmo. Buenos tipos.

Llego y ya hay cinco chicos aquí, entre ellos Mason y Erick. —Um, hola —saludo nerviosa a los demás.

Realmente me siento como un venado entre pumas, no me considero introvertida pero cuando entras en una habitación con varias personas que no les has hablado, es raro.

—Hola Karlie —saluda Erick, quien está sentado con una guitarra entre sus manos.

—Uh, el profesor vendrá en unos diez minutos —les aviso a todos, viendo hacia la pared—. Supongo que aún faltan algunos.

Un chico con gafas similares a las mías, Bobby, levanta la mano. —Arthur y Chase están en camino, solo se quedaron ayudando a la profe de Ingles —Arthur y Chase son otros chicos que adicionaron.

Justo entran dos chicos más.

Ellos son de los de penúltimo año, Jason y Guido. —Ah, hola —saludan cuando me ven.

Yo me muevo detrás del escritorio y me siento ahí, sin saber qué hacer. Espero que el profesor venga lo más pronto posible, cuando no estoy en mi zona de confort me siento muy incómoda, quiero decir algo pero no sé si estos chicos si quiera les interesa lo que voy a decir. Faltan tres todavía.

Los amigos de Bobby entran, Arthur y Chase. Ellos tocan el teclado y la batería, levantan la mano en mi dirección cuando entran y yo suspiro. Aún falta otro chico. Mientras tanto repaso sus nombres en mi mente.

Bobby, Arthur, Chase, Jason, Guido, Mason, Erick, Oscar, Henry y el que falta es Nick. Guido y Jason son de penúltimo año, a los demás ya los había visto ocasionalmente.

—Eh —Chase levanta su mano como si fuera una clase—. ¿Puedo ir al baño?

Chase tiene la apariencia de chico surfista, su piel es de un tono oliva, su cabello es una mezcla entre marrón y rubio, desordenado y los ojos grandes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.