El Chico Menos Probable

¿Ahora iré a una fiesta?

—Tuve un accidente, iba con mis compañeros de banda —cuenta el profesor Rilley mientras todos estamos sentados en círculo—. Bueno, tres de los cuatro que éramos.

Chase abre sus ojos. — ¿Qué pasó?

Él suspira. —Es una larga historia pero básicamente estábamos discutiendo en el auto y quien conducía se estrelló en un árbol, el que peor se lastimó fui yo —relata, encogiéndose de hombros—. Estuve un tiempo en el hospital.

Erick está impresionado, con los ojos abiertos y sin parpadear. — ¿Por eso se acabó la banda?

Él sonríe un poco. —No, en esos años éramos jóvenes y muchas cosas pasaron —dice viendo hacia el suelo, recordando algo que solo él sabe—. Nuestro vocalista tuvo problemas y pues, nada, dejamos todo atrás.

— ¿Ya no volverán jamás? —pregunto—. Me gustaba mucho como tocaban, he visto varios videos.

Ríe. —No lo creo, los chicos están ocupados —ahora sonríe, como si jamás hubiera estado tan gravemente lastimado que pasó muchos días en un hospital—. El vocalista tiene un hijo y está ocupado trabajando, el guitarrista está recién casado y Owen… él trabaja en una aseguradora.

— ¿Terminaremos así? —Arthur arruga la nariz—. ¿Seré un oficinista?

El profesor Rilley niega. —No todos terminan como nosotros, teníamos un poco de popularidad pero una serie de muchas equivocaciones nos llevó a nuestro fin.

—Debería haber una reunión —sugiero—. ¿Por qué no habla con ellos y les dice que toquen una vez más?

Él me mira divertido por mi propuesta. —Pues no creo que sea posible, el guitarrista está muy feliz con su vida actual y no sé si siguió tocando, el vocalista tiene una familia ahora.

—Pero una reunión —Erick pide—. ¿Qué tal para fin de curso?

— ¡Si! —todos están de acuerdo.

Él nos pide que nos calmemos. —Tranquilos, no creo que…

—Inténtelo —pido juntando mis manos, el profesor Rilley me agrada y creo que me he vuelto admiradora de una banda escolar que alguna vez existió y que uno de los miembros, está trabajando en mi escuela—. Aunque no toquen con público, ¿Qué tal algo aquí? No sé, pueden venir y contarnos algo de su experiencia.

El profesor suspira —Puedo intentar contactarlos pero no prometo nada.

— ¡Genial! —Celebra Oscar—. Pero usted si tiene que tocar para nosotros.

Él niega varias veces, riendo con carcajadas muy marcadas. —Bien chicos, suficiente descanso.

 

Cuando la reunión del club terminó y nos despedimos del profesor, Chase se acercó a mí jugando con la cinta de su mochila cruzada. —Entonces, ¿Vienes a mi casa?

Arthur se acerca, con la cara burlona. —Realmente parece como si quisieras un momento a solas con Karlie —le rodea el cuello con su brazo y lo mueve a su cuerpo como si fuera una “llave” de luchas—. Karlie no saldrá contigo.

Chase lo aparta —Ni contigo, Arthur.

Bobby levanta sus manos y se coloca en medio de ellos. —Ninguno de nosotros saldrá con Karlie, tenemos un proyecto.

Jason resopla. — ¿Aun seguiremos con eso? ¿Después de que nos contó lo idiota que es ese Adam?

Erick interviene. —Deberíamos preguntarle a ella, al final no es sobre lo que pensamos.

Ellos me voltean a ver, todos quieren saber si a pesar de cómo ha sido Adam conmigo yo quiero seguir intentándolo. —Sí quiero.

El amor es una locura, no tiene leyes ni lógica y mucho menos, sentido común. Algunas veces solo persistes a pesar que ya te han rechazado de muchas maneras, interminables veces.

Un par de ellos se quejan, Nick se encoje de hombros. —Si tú quieres, seguiremos con el plan.

—Las mujeres prefieren a los idiotas —se queja Arthur.

Jason lo empuja. —Felicidades, te prefieren a ti entonces.

—Las mujeres no prefieren a los idiotas —digo—. Adam no es un idiota, es un buen chico.

Guido rueda los ojos. —Como digas, por eso estoy soltero, porque soy todo un caballero.

Ellos ríen y se burlan de él.

—Bien, entonces —miro a Chase—. ¿Vamos?

Mason se coloca a mi lado. — ¿Quieres que te acompañe, no?

Chase levanta las manos sobre su cabeza. —No le haré nada.

—En ese caso —Arthur habla—. Vamos todos, de todas formas ya se está volviendo costumbre, ¿no? Pasar tiempo después del club.

Oscar asiente. —Claro, estoy libre hasta las cinco.

Bobby se encoje de hombros. —Igual, no tengo nada que hacer.

Jason resopla. —Como siempre.

Guido señala a Bobby. —Oye tu eres de los mejores en la escuela ¿Sabes sobre física, no? Tengo una tarea y no la entiendo.

Bobby asiente. —Eh, si… te puedo ayudar.

—Bien —Henry junta sus manos—. Vamos entonces, ¿Quién tiene auto para dividirnos?

Chase levanta la mano, también Mason, Arthur y Jason. —Pasaré mi dirección al grupo, de todas formas es al lado de la iglesia blanca, la que tiene una cruz al frente —explica.

Bobby mira a Mason. — ¿Puedo irme con ustedes? Tengo miedo de subirme al auto de Jason o Arthur —da una mirada a su costado—. Y en especial, de Chase.

Mason sonríe. —Claro, aún queda un espacio.

Nick se acerca a Chase. —Me voy con Chase, es probable que se pierda en el camino a pesar que vamos a su casa.

Guido mira a Jason —Voy contigo amigo —se queda a su lado.

Erick sin duda, vendrá con nosotros. Henry decide irse con Arthur al igual que Oscar. Luego de terminar de organizarnos, todos se quedan parados sin moverse.

— ¿Qué? —pregunto, esperando que nos vayamos ya.

Arthur niega con una media sonrisa. —Nada, es solo que, ¿Te das cuenta lo que has hecho?

Em, me siento atacada. — ¿Qué he hecho? No he hecho nada —miro a Mason—. ¿He hecho algo?

Él solo sonríe, como siempre lo hace. —No sé a qué se refiere.

—Esto —señala—. Nosotros.

Bobby ríe y me da una palmada en el brazo. —Eres nuestra líder, Karlie.

—Una líder que come pegamento —bromea Nick.

—Y cuida gusanos —recuerda Oscar.




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