El Chico Menos Probable

Maya.

 

— ¡Gracias! —le agradezco a Mason cuando me bajo de su auto—. Nos vemos después.

—Claro, te veo en la escuela —sonríe, levantando la mano.

Erick se inclina hacia adelante y se pasa al asiento que dejé vacío, por la ventana me sonríe —Adiós Karlie, te vemos después.

Asiento. —Adiós, Erick.

Ellos se alejan y en menos de dos segundos, Trevor se aparece a mi lado. —Vaya Karlie, ¿Quiénes eran ellos? ¿Tienes novio? ¿Ahora sales con chicos? ¿Cuál de los dos te gusta más?

Despeino el cabello de Trevor —Cállate, no tengo novio y sobre tus quinientas preguntas más, ya las olvidé.

Trevor sonríe, mostrando sus hoyuelos. —Oye, ¿Vienes a mi casa? Hannah y Brad están viendo una película pero me dijeron que es para mayores de catorce y como yo tengo catorce, no me dejan verla —suspira—. Así que estoy aburrido.

Muerdo mi lengua suavemente antes de preguntar: — ¿Y Adam?

Se encoje de hombros. —Quien sabe, me regresé con el amigo de Brad, creo que iba a otra parte.

Veo hacia mi casa. — ¿Ya comiste algo? ¿Quieres que te prepare algo?

Trevor sonríe. —No te ofendas Karlie pero tú quemas el agua.

— ¡Eso no es cierto! —lo empujo—. Entonces, ¿Tienes hambre?

Niega riendo. —Estoy bien, tu mamá me dio comida, pasamos al restaurante antes.

—Claro —le hago una seña—. Vamos con tu hermano y mi hermana, veamos qué película no te dejan ver.

—Es una de asesinos, no es como si la sangre falsa fuera cosa del otro mundo. —Trevor rueda los ojos.

Entramos a su casa y como dijo, Hannah y Brad están viendo la película en un mismo sofá, muy cerca uno del otro. Respiro profundo y siento un poco de celos de mi hermana menor, ella sí puede tener a su chico Brien y yo no.

—Karlie —saluda Hannah—. ¿Qué hay? Hoy viniste tarde, ¿Dónde estabas?

No es tan tarde. —Nada, solo terminando algo sobre un proyecto.

Hannah mira la bolsa de plástico que llevo en las manos. — ¿Qué tienes ahí?

Es la ropa que escogí de la caja, la hermana de Chase tiene un gusto muy diverso. Desde mini faldas hasta faldas largas, blusas sin tirantes y de manga larga. Escogí un intermedio de todo. Chase me aseguró que podía tomar todo lo que quisiera pero solo un par de prendas son suficientes por ahora.

La muevo detrás de mi cuerpo. —Solo unas cosas para la escuela.

Brad bosteza. —Ya me aburrí —mira a Hannah—. ¿Quieres ir a una fiesta? Leo tiene casa sola.

Me siento a su lado mientras que Trevor aprovecha para sentarse en el otro sofá y ver la película. —Oye Brad, no puedes ir a fiestas solo porque estás aburrido —afirmo—. Tus padres se molestaran.

Él coloca su cabeza sobre el hombro de Hannah, ella suelta una risa tímida. —Solo quiero vivir mi juventud, Karls.

Hannah pasa la mano por su cabello. —Si Karlie, déjanos ir.

— ¿Déjanos? —la miro—. ¿Quieres ir a una fiesta? ¡Tienes quince!

Brad aclara su garganta —Hannah es más madura de lo que crees, Karls, la cuidaré bien.

—Ay, no uses el argumento de “es muy madura para su edad” —arrugo mi nariz. —Además, dudo mucho que la cuides, un bebé no puede cuidar a otro bebé.

—No somos bebés —Hannah bufa.

Trevor suelta una carcajada.

Brad se levanta y extiende su mano hacia Hannah. —Demasiado tarde, hemos tomado una decisión y tú no tienes el poder para detenernos.

La señalo. —Tal vez a ti no pero ella es mi propiedad —bromeo.

Hannah rueda los ojos. —No soy tu propiedad.

—Está bien, no eres mi propiedad —levanto las manos en el aire—. Pero sí eres mi hermana pequeña y puedo decirte qué hacer y qué no hacer.

Hannah sostiene la mano de Brad. —Por favor Karls, solo será una tonta fiesta que nos aburrirá rápido y no haré nada malo, ¿Nos dejas?

—Adam está en una fiesta después de todo —suelta Brad un poco molesto—. ¿Qué importa si yo también salgo? Mis padres ni se enteran de lo que hacemos.

Suspiro. —Pero Adam es mayor.

Hannah ríe. —Adam es mayor pero también rompe las reglas. Durante el verano se quedó en la casa de su novia, Brad jamás haría eso.

¿Qué?

Ellos están alejándose cuando tomo a Hannah de la mano. —Espera, ¿Qué dijiste? —Parpadeo—. ¿Qué novia?

Brad resopla. —El verano, ¿Recuerdas a Maya? La chica de la playa, Adam se quedó en su casa durante la última noche.

Un golpe en mi corazón. Un golpe duro. Uno con fuerza. —Maya… ¿la del cabello rosa?

Brad asiente. —Lo sé, parece que estaba en drogas o algo —Maya no parecía estar en drogas, pero sí estar en la universidad—. Estuvo en su casa, Hannah y yo lo vimos llegar a escondidas.

Quiero vomitar.

—Pero, yo… —no me dijo nada.

Hannah entorna sus ojos. — ¿Qué? ¿No sabias?

¡Por supuesto que no! —Pensé que, él estaba enfermo y por eso no salió de su habitación.

Brad ríe. —Bueno pues no, Adam sabe mentirle a nuestros padres —mira a Hannah—. Ella y yo estábamos en la playa cuando entró como a las cuatro de la mañana, para que no lo descubrieran.

Adam. Maya. Me mintió. Lo hizo. —Ah, ya veo.

Brad tira de Hannah y salen por la puerta después de avisar que regresaran en unas horas. Yo me he quedado congelada, la cabeza me da vueltas. Todo me da vueltas. Me mintió. Cada día descubro cosas de Adam y yo que pensaba que nadie lo conocía como yo.

Tal vez no lo conozco en absoluto.

— ¿Qué pasa, Karlie? —Trevor pregunta frunciendo el ceño.

Yo lo veo y sonrío, me olvidé que estaba aquí unos segundos. —Nada, ¿Cómo está la película?

Él apaga la pantalla. —Un asco —se levanta—. Voy a hacer tareas, ¿sí?

—Bien —respondo viendo hacia el suelo.

Me dejo caer en el sofá.

La última noche del verano pasado.

Lo recuerdo.

O al menos, pensé que lo recordaba.

Era una tarde cálida, no tanto como las de la mitad del verano pero aún se podía sentir el intenso calor de despedida de la témpora.

Los Brien se fueron antes que nosotros, extrañé a Adam por dos semanas pero nos hablábamos todas las noches y él me decía que no podía esperar a que yo llegara. Aunque Hannah y yo intentamos convencerlos de irnos con ellos como habían ofrecido, mis padres no aceptaron pues aun teníamos que ayudarles en el restaurante.




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