Marsias se encontraba en la bodega junto con Josh sacando las botellas de coñac.
―Quedan pocas―comentó Marsias mientras las colocaba en la caja.
Josh suspiró―Creo que te estás dando cuenta del estado en que está el Becky's
―¿Por qué tiene tantas deudas?
―Difícilmente los acreedores le abren las puertas a una mujer―Marsias suspiró―El tío de Becky dejó muchas deudas y ella ha estado intentando cubrirlas todas, pero para nadie es un secreto que muy pronto este lugar estará en quiebra y nosotros en la calle
Marsias hizo una mueca. Desgraciadamente él también dependía de ella y más ahora que no tenía ni idea de quién era; sólo tenía el nombre que le había dado Becky.
―Llevémosle esto a Billy―le dijo Josh y ambos salieron
Marsias siguió a Josh hacia la primera planta. Este vio como Becky charlaba con un cliente, ésta lo miró y le sonrió.
Él le devolvió la sonrisa—Billy aquí tienes—oyó que le decía Josh al hombre.
—Se tardaron demasiado—les dijo Billy—Hay un cliente quejándose
En ese momento se escuchó un grito femenino—¡Ven aquí! Que te quiero dar cariño —le dijo el hombre ebrio a una chica
Marsias notó que ésta era una niña—¡Señor suélteme! Yo no soy una...
Podría tener aproximadamente unos dieciocho años y a juzgar por sus modestas ropas, no era una dama de compañía.
En ese momento Marsias comenzó a tener imágenes de una niña en su cabeza. Se llevó la mano a la sien, tratando de soportar el dolor de cabeza.
<<¿Quién demonios es esa chica?>> pensó.
Marsias sintió una ráfaga de viento que fue producida por Josh al pasar junto a él muy rápidamente en dirección a la chica, empujó al hombre y este cayó encima de unas sillas.
—¡¿Acaso estás sordo imbécil?! Te dijo que no la tocaras—le escupió Josh lleno de ira
La chica se colocó detrás de él mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
El hombre agredido se levantó del suelo lentamente, tomó una botella y la partió en la mesa, tomando el pico.
En ese momento Becky se colocó en frente de Josh.
—Cariño—comenzó a decir ésta—Todo esto ha sido un mal entendido—Marsias rodeó el lugar—La chica que usted desea no hace parte de las prostitutas, pero puedo asignarle una y muy caliente para usted ¡Lilian!—ésta apareció de inmediato —Por favor, cuida de este cliente
—Por supuesto—dijo Lilian con una sonrisa
—¡No quiero ninguna maldita puta! —Le gritó el hombre a Becky—¡Quiero a esa! —Exclamó señalando a la chica —Traje dinero para gastar, se deben cumplir mis caprichos
—Ella no está disponible—le dijo Josh mientras apretaba los dientes
—Josh por favor —le suplicó Becky
—¿Desde cuándo un mocoso me dice lo que tengo que hacer?—comenzó a decir el hombre mientras dirigía la botella a la cara de Josh. Becky se cubrió el rostro y Lucy gritó.
Marsias tomó el brazo del hombre y se lo dobló en la espalda, luego le quitó la botella.
—¡Vaya!—comentó Marsias—Hace bastante calor por aquí ¿No? —el hombre emitió un grito—Supongo que esto señor no habla nuestro hermoso idioma y por eso no entiende que la chica no está disponible—Marsias le dobló más el brazo y este gritó más fuerte—Simplemente no puedo soportar el escándalo
—Erling—le susurró Becky—Le vas a partir el brazo...
Josh sonrió—Me dejas el otro Erling
—Llevémoslo afuera—le dijo Marsias
—Erling por favor detente, sólo échalo y ya—le ordenó Becky suavemente
—No te entrometas mujer, esto es cosa de hombres
—Sí, pero yo soy tu patrona —le dijo ésta mientras le tiraba una mirada asesina—Sólo échenlo, es una orden
Marsias sintió un cosquilleo en la nuca. Aquellos ojos verdes lo miraban con un descaro desafío. Él no sabía quién era, pero sabía que jamás una mujer le había dado una orden antes. Pese a eso ella tenía razón, ella era su patrona.
—Entendido—le respondió Marsias mientras le sonreía.
Josh salió junto con Marsias y empujaron al hombre en dirección a la calle.
—No te aparezcas por aquí—le dijo Josh—O te va a ir peor te lo aseguro
—¿Ustedes necesitan de mí! —Les gritó el borracho mientras se masajeaba el brazo—Soy uno de los pocos que vienen a esta pocilga. Los veré en un futuro rogándome que vuelva... les advierto que esto no se va a quedar así—el hombre señaló a Marsias—Te lo advierto niño bonito, esa sonrisa no te durará mucho—y al decir esto se fue
Marsias miró a Josh con una sonrisa—Dijo que era un niño bonito, que tierno