Capitulo 8. Los planos escondidos

Lunes 23 julio del 2021. Las 15:04 de la tarde.

—Os he hecho caso, no he ido a trabajar, pero sí que he meditado y he entrenado, eso no me lo podéis quitar.

—Al menos eso es algo—Dijo Dalton.

—¿Que lees? ¿Ese es el diario que todos hablan?—Preguntó Mirela a Elvia.

—Sí. Yo ya estoy pensando que lo que quieren es a Meiga no el diario.

—Por desgracia, yo también me lo he planteado.

—Meiga, esta vez te has superado, pero la próxima vez lo haremos más allá, podrás comunicarte con tu clan.

—¿De verdad?

—No le des ilusiones falsas por favor.

—No es falso. Un clan es un equipo unido por el destino, tenéis una cosa en común, el espíritu. Un clan se puede comunicar hasta con miembros fallecidos. Y mañana te enseñare como.

—De acuerdo Tizen, ya estoy deseando que llegue mañana.

—Eh chicos mirad, ¿qué es esto?—  Elvia lo estaba leyendo desde la última página, y en la contraportada de dentro, había un especie de carpeta donde habían dos mapas.

—Son mapas con algún tesoro dentro, mira las X.

—¿Tienes idea de donde podrían estar?

—Creo que esto es un plano subterráneo, y eso de ahí es la entrada de arriba, por ahí deberíamos entrar.

—Pero si no sabemos ni donde está.

—Yo creo que lo se— Dijo Mirela. —Este plano debe de ser de la plaza del ayuntamiento, he ido ahí muchas veces y todo encaja, ahí hay como un especie de monumento con cuatro pilares.

—Pues vamos a investigar ¿Qué podemos perder?

—Mi sobrino ha vuelto a desaparecer. No sabréis por casualidad a donde ah ido ¿no?

—Ese chico, desaparece mucho ¿no? ¿Alguien más lo ve raro?

—Mi sobrino no es raro, solo que está acostumbrado a la soledad, solo le hace falta compañía.

—Si lo vemos, te avisaremos.

—Gracias Mirela.

—Es aquí— Dijo con las manos en la cintura. Tenía un pequeño tatuaje en la espalda, en la parte superior del hombro.

—Tendríamos que buscar una entrada.

—Sin llamar mucho la atención si es posible.

—No pasa gente ahora— Dijo Dalton.

—¿Y ese tatuaje? ¿Qué significa?— Preguntó Elvia.

—Es un dibujo que hicimos mi primo y yo cuando éramos niños.

—¿También es vidente?

—Era un mago elemental. Murió por culpa del clan de los magos de las cuatro eras. Eran elementalistas como él y lo mataron. Su propio clan…

—¿Su propio clan lo mató? ¿Cuántos clanes hay?

—No lo sé, pero por lo que veo, muchos más de los que podría pensar.

—Yo no pertenezco a ningún clan.

—Yo tampoco, no sé ni para qué sirve, solo te trae desgracias.

—Tengo entendido que son como una familia espiritual.

—¿Venís o no?— Dijo Meiga. Ya había encontrado una entrada. Entraron en una especie de cueva, había luces artificiales por todo el pasillo.

—Por cierto Meiga, ¿qué has hecho con las brujas de la luna negra? Las tres que quedaron bajo tu hechizo.

—No están muertas si es a eso a lo que te refieres. Están en la tienda, Tizen y Ramón las tienen bajo observación en una burbuja espiritual.

—Aquí se acaba el camino, hay dos salidas—Dijo Dalton. —Nos tendremos que separar.

—De acuerdo, yo voy por la derecha— Dijo Meiga. —¿Alguien más?

—Yo voy contigo— Dijo Elvia.

—Entonces Mirela y yo nos vamos por la izquierda.

—Si encontramos algo, nos lo haremos saber con un mensaje ¿no?—Dijo Mirela.

—No hay cobertura aquí.

—Genial…