Ashly Pov.
Si no me apresuro voy a llegar tarde a la escuela y es que no encuentro mis lentes, ya busqué en todos los lugares posibles y sigo sin encontrarlos.
— ¡Se hace tarde, chicos! —grita la señora Elizabeth desde abajo.
Decido ponerme un vestido con zapatos de piso mientras busco mis lentes de contacto que se supone tengo en el baño, una vez que los tengo en la mano me los pongo con un pequeño temor pues no estoy del todo acostumbrada a usarlos. Me pico un ojo, pero logró ponérmelos a tiempo por lo que tomo mi mochila y bajó corriendo las escaleras con los gemelos pisándome los talones, los tres tomamos lo que Elizabeth nos da para comer en el camino y salimos corriendo ellos a su auto y yo a la parada del autobús, el chofer de todos los días se detiene cuando me ve y subo al mismo tiempo que cierra las puertas detrás de mí.
—Justo a tiempo —sonríe.
—Gracias y buenos días.
Camino al lugar de siempre poniéndome los audífonos y empezar a escuchar Two Punks In Love de Bülow, como lo que me dieron en el camino mientras me sumerjo en la música con los ojos cerrados. Llegamos a la escuela, salgo al último, mientras me despido del chofer alcanzó a distinguir a Darcy bajar del autobús siguiente a nosotros.
—Hola —saludo llegando a donde él.
Se me queda mirando. — Te ves bien.
—Gracias —empezamos a caminar a los casilleros.
—Pequeña, te tengo que llevar a un lugar —dice cruzando su brazo por mis hombros.
De todos los chicos él es mucho más cariñoso además de que también es amante de los libros.
— ¿Qué lugar?
—Luego sabrás mientras apártame un lugar en tu apretada agenda —dice haciendo que me ría.
—Claro señor, qué día y a qué hora lo quiere —hablo abriendo mi calendario en mi celular.
Se ríe al mismo tiempo que llegamos a mi casillero. — El sábado al medio día —abro la fecha en donde dice y lo anoto haciendo que se ría a un lado de mí.
Saco mis libros y guardó los que traía. — Eres muy creativa —dice Darcy tomando una libreta que tiene un dibujo que hice al inicio de una clase.
—Hay gente que hace mejores.
—Pequeña —Toma mis cachetes con sus manos— Deja de quitarle importancia a las cosas que haces, la gente halaga tus cosas es por algo. ¿Entendido?
Asiento y él quita sus manos, caminamos a mi salón para despedirnos y él irse a su salón, esta es la clase de artes de alguna forma me emociona porque te enseñara a desahogar tus emociones de otra forma además de que puedo practicar mis tácticas de dibujo. Entra la maestra empezando a explicar sobre el rostro y su forma de dibujar cuando la interrumpen tocando la puerta, la abre y no alcanzo a distinguir a la persona.
—Estaba esperando por ti —habla dejando que entre Dylan detrás de ella lo que me deja confundida.
En las tantas clases que llevamos jamás lo he visto en esta clase.
—Chicos, les presento a su nuevo compañero por motivos desconocidos lo cambiaron a nuestro curso —le indica a Dylan que tome asiento junto a mi lo cual me pone nerviosa.
Lo ignoro lo más que puedo haciendo algunas anotaciones sobre lo que dice la maestra y sobre cómo hacer la cuadrícula para el rostro, como son las medidas y que vamos a hacer eso como un proyecto en parejas, todo mundo voltea en busca de sus parejas, pero la maestra los corta antes de que empiecen a formarlas.
—Las harán con las personas que están sentadas.
Eso me deja sorprendida de alguna forma y no tendría ningún problema sino fuera que la persona con la que estoy sentada tiene cambios de humor más feos que yo cuando me visita Andrés además de que sigo sin saber el porqué de su comportamiento conmigo. A veces siento que me considera su amiga y otras siento que me quiere, pero a tres mil kilómetros de distancia.
Ese detalle solo me hace acordar que hoy va a tomar las fotos y no tengo ni idea de con quién se va quedar la pequeña Cathi, empezamos a hacer una pequeña cuadrícula mientras pasan una hojas para que nos demos idea de cómo se reparte el rostro, no prestó atención a lo que hace Dylan hasta el final de la clase donde coloca una caja de celular frente a mí, lo miro sin entender mucho el porqué.
—Un regalo de Simón y mío, para que ya no andes incomunicada del mundo, los chicos y mi mamá ya tienen tu número así que no te preocupes por nada.
Se fue dejándome confundida, guardo la caja y me voy a mi siguiente clase. Encuentro a Aaron en el camino y nos vamos juntos pues tiene clase en el salón siguiente al mío, aunque es muy callado logre mantener una conversación con él en el transcurso al salón.
(...)
Llego al estacionamiento donde están los chicos recargados en el auto de Simón y la camioneta de Dylan, me acerco con unos cuadernos en la mano junto a ellos.
—Hola —saludo parándome junto a Ami.
— ¿Ya saben de qué es el baile? —pregunta Cinthya abrazando a Simón.
— ¿Baile?