El Cliché En Mi Vida

22. Hermanos

Ashly Pov.

Estamos las chicas y yo pensando en como nos vamos a disfrazar para Halloween según ellas debe ser algo inolvidable para mi, realmente me sorprende como se empeñan en que mi estadía aquí sea digna de una película pero pues esto es la vida real.

— ¿Y si todos nos disfrazamos de los mismo? —propone Amy.

— ¿Del mismo personaje o del mismo tema?

—Mismo tema —contestan ambas.

Perdón estoy mensa y pequeña.

—Seria entretenido, pero hay que hacerlo un poco distinto.

Llegaron los chicos con sus almuerzos, yo había almorzado un poco rápido pues estoy repasando mi clase de matemáticas pues no entiendo el ultimo que nos esta dando y es lo que vendrá en el examen.

—Hola amor —saluda Simón a su chica dándole un pequeño pico.

— ¡Asco! —nos quejamos Darcy y yo.

—Te das cuenta que haces lo mismo conmigo, ¿Verdad? —murmura detrás de mi.

—Pues a mi nadie me ha dado un besito hoy.

Me da un beso rápido provocando que me sonroje y que los otros chicos se quejen.

—Vaya ahora solo soy el único soltero, necesito hacer algo —reprocha Darcy.

Nos reímos todos. —Pero nosotros seguiremos haciendo nuestras locuras —le guiñamos el ojo ambos.

Seguí repasando el tema pero esto parece no tener fin, simplemente no entiendo como es que siguen juntando las letras con los números simplemente no van juntos al menos que pidan un número para coquetear. Me empiezo a sentir frustrada con el tema por lo que me dejo caer en la libreta, no importa cuantas veces repase el tema no le entiendo así sean los apuntes de la niña de los plumones simplemente mi cerebro hace corto circuito dejando de funcionar.

Siento como se acerca a mi oído. — ¿Te sientes mal? —niego con la cabeza— ¿Qué tienes? 

—No entiendo el tema —me quejo y los chicos se ríen— No es divertido cuando te pasa a ti.

—Deja eso, mejor come algo —habla Aaron.

De todos los chicos, él es con el que menos he hablado, si hablamos pero cuando están todos los chicos de ahí no hablamos a diferencia de con Amy, supongo que al ser menos chicas en su grupo fue mas fácil hacerme amiga de ella que de su chico. Pero eso no significa que convivamos entretenidos esta claro que tengo mucha mas cercanía con Dylan porque desde un inicio a sido con el que mas tiempo he pasado ya sea por el trabajo o por cualquier otra cosa.

—Gracias —acepto la gelatina que me ofrece.

— ¿Si se dan cuenta que esta chica se la vive comiendo dulces? —señala Cinthya.

—Eso es su culpa

— ¿Por qué? —exclaman todos.

 

—Ustedes son quienes me los dan —doy una sonrisa inocente mientras ellos se ríen.

—Tiene razón, nosotros la mal alimentamos —dice Darcy mientras me despeina.

—Pero ella ni se queja por eso —aleja Dylan.

—Cállate que tu eras quien siempre le daba paletas —reclama Simón.

Me quedo un poco sorprendida, a ver no soy mensa bueno un poco, pero sabia que uno de los chicos era el responsable de que todos los días hubiera un dulce en mi casillero o asiento pero jamás me cuestione exactamente quien era ese responsable.

— ¿Eras tú? —pregunto ganando que se burlen y a un limón rojo.

— ¿Eres muy lenta, verdad? 

—Bueno pensé que era alguien más, ademas no es algo que sea necesario cuestionarme.

—Pudieron envenenarte.

—Los dulces estaban cerrados.

—Tu no sabes si encontraron una forma para que parecieran cerrados.

— ¿Quien seria capaz de hacer eso? O sea no tiene sentido que alguien me quisiera muerta.

—Yo lo quería al inicio.

—Pero ahora me quieres junto a ti.

Y con eso los chicos me dieron la victoria, no pude evitar mi sonrisa orgullosa y él se volteo tratando de ocultar su sonrojo pero ya era tarde pues los chicos se burlaban de eso. Suena la campana cortándonos a todos las risas, se pararon a dejar las cosas mientras yo terminaba de guardar las mías.

—No vuelvas a hace eso.

— ¿Qué cosa? 

—Eso que hiciste hace rato.

— ¿Platicar?

—El buscar sonrojarme.

—No fue con esa intención, eso fue algo que surgió sólito.

Me mira con los ojos entrecerrados. —Haré como que te creo.

Pasa su brazo sobre mis hombros y empezamos a caminar dirección a los salones donde nos separamos pues tenemos clases en distintos salones, él sube las escaleras mientras yo me apresuro a llegar a mi salón que esta al final del pasillo.

(...)

Terminaron las clases y estoy ayudando a Cathi con su tarea de matemáticas, justo de la materia que ahorita yo tengo problemas, Dylan aviso que llegaría un poco tarde y que no hiciera de comer pues él iba a traerla aunque siendo sinceros veo un poco difícil cumplirlo pues ambas tenemos hambre y el señorito no da señal de llegar.

—Tengo hambre.

—Yo también pequeña pero tu hermano dijo que se haría cargo de la comida pero no se cuanto tiempo más va a tardar.

— ¿Podemos llamarle? Por favor —suplica.

Le había mandado muchos mensajes y no recibía respuestas, no quería llamarle porque no estaba segura de donde estaría o que tan ocupado estaría, pero simplemente no me puedo negar antes los ojos de cachorrito suplicante.

—Esta bien.

Basto eso para que saliera corriendo por el teléfono de la casa donde marcaba el número de su hermano con una sonrisa.

—¿Bueno?

—Dyli, ¿Ya llegas?

—Ya estoy a la vuelta de la casa pequeña.

—¿Te voy a abrir?

—Si, pero me esperas en la puerta no quiero verte  fuera de la banqueta.

Y mas tarde que perezoso ella salio corriendo con teléfono en mano y sentándose en la orilla de los escalones mientras Dylan se estaciona, cumpliendo su palabra de traer la comida la cual es arrebatada por la pequeña borrando su gran sonrisa aunque todavía tiene una ligera mueca de sonrisa.




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