El club de los raros

Capítulo XLIII - El más habilidoso

 

 

¿Atrapada? ¿Yo?... No puede ser. Me doy golpes de pecho, definitivamente esto no es lo mío, renunciaré a estos juegos. Es que no logro concebir la idea de cómo me ganaron, me retiraré oficialmente.

 

—Es injusto... —No logro salir del asombro en el que me encuentro. —Me siento estafada... —Hago un puchero.

 

—Perdiste, eres muy ingenua. ¿Acaso no sabías que solo quedaban tres?... Manuel, tú y yo. —Niego. —Fue muy sencillo...

 

—Yo sí sabía que era un mal plan venir, lo malo fue que no lo supe hasta que ya estaba aquí. Definitivamente esto no es lo mío. —Me pellizco disimuladamente, lamentablemente no es un sueño y sí he perdido.

 

—Que conste que no quería hacerlo, pero estabas más desesperante de lo normal y... —Carraspea.

 

—¿No querías atraparme?... ¿Por qué?... —Es confuso. —Las personas normales compiten para ganar, no sé tu...

 

—Tienes razón, pero imaginé que no vendrías. —Me indica que tome aiento y así lo hago. —Verás, es que ayer fuí a tu casa con la intención de atraparte antes del partido, para dejarlo a tu libre decisión sin necesidad de que tuviras una excusa para quedar mal... —Se encoje de hombros. —Pero no estabas, ¿A dónde fuiste?

 

—Eso no es lo importante ahora, continúa con tu historia... —Pido y asiente.

 

—En fin, me encontré con Lauren. No fue por accidente llegó a casa de Thiago, justo antes de ir a buscarte y pues estabamos haciendo cosas... —¿Cosas?

 

—¿Qué tipo de cosas? —Pregunto intrigada.

 

—Tu pequeño cerebro no lo entendería... —Lo dice como su tuviera cinco años.

 

¿Pequeño cerebro?...

Descuida él ignora muchas cosas...

Ignorar algo no le da derecho de insultar...

Creo que es a las dos, pero... ¿Porqué te ofende ahora? Antes no lo hacías...

Mucho ha cambiado... Soy diferente, somos diferentes...

Es mentira, siempre hemos sido así. Lo malo fue que me juzgabas y ahora los papeles cambian...

No es cierto, tu siempre serás la mala del cuento...

Se nota que aún no entiendes...

¿No leiste la información que nos dió Nicolas?...

Sí, creo que ambas lo hicimos...

No confies en él, es malo por genética...

¿Puedes asegurarlo?...

¿Puedes negarlo?...

Las falacias no son argumentos válidos. Así que deja, yo me encargo de todo, lo tengo bajo control...

 

—¡Hey! —Llama mi atención Julián, de vuelta a la realidad.

 

—Ehhh, si. Digo, continua... —Niego intentando aclara mis ideas o callando mi conciencia. Nicolás ha sembrado muchas dudas hacerca de Julián, tenerlo cerca implica que debo intentar disimular con mayor esfuerzo y eso me pondría más débil de lo normal.

 

—Como te iba diciendo, Lauren se molestó y me tocó sacarla porque estaba como loca. Las chicas son muy raras, deberían ser más... —Está pensando una palabra apropiada.

 

—No lo digas, es mejor que te quedes callado. Podría sacar mi lado feminista y tal vez gritar... —Hablo dulcemente aunque por dentro quiero que continúe, que me haga enojar, para así tener una excusa que para él sea válida y no verlo más.

 

—Bueno y... La llevé a su casa, lloró por varías horas y no sabía qué hacer o decir, estaba en blanco... Me gritó, practicamente se desquitó conmigo... —Se ve algo incómodo. —Dijo que necesitaba una amiga...

 

—Y como no estaba... —Asumo algo pensativa, ¿Tendrá más amigas a parte de mí?

 

—No, dijo que lo último que necesitaba era verte, no me dió razones... Pero supongo que ya no le agradas... —Habla como si se anticipara a una terrible reacción de mi parte.

 

—¿Porqué no me sorprende? —Eso me frustra, saber que es posible que ya no me considere alguien agradable. 

 

—¿Por qué no te sorprende? —Es como si esa simple pregunta diera paso a cada persona que en algún momento consideré amigo. A esta alturas de mi vida ya me resigné a llamar amigo a cualquier persona que se cruce en mi camino, sería algo grosero llamarlos de otra forma, creo que solo intento ser cortes.

 

—Verás, siempre ha sido igual. Algo malo siempre pasa con las personas que conozco y no entiendo. Debe ser por mí, lidiar con una persona inestable emocionalmente es complicado, pero también deberían comprender que mis acciones son necesarias, hay cosas que no hago por gusto, simplemente las hago. Podría ser que para tener esa sensación de estar bien o al menos sentirme bien... —Dirijo mi mirada al cielo, que hasta hace unos segundos estaba despejado. Ahora las nubes grises amenazan con la lluvia. Que rápido cambió de parecer.

 

—¿Y si no es por ti? —Pregunta con algo de curiosidad. Alza la vista e intenta buscar los que estoy viendo, pero es imposible, no estoy viendo algo.

 

—Lo es... Solo hay una persona que se ha quedado por gusto y es algo que aún me atormenta. Nicolás no parece afectarle mi ser, apostaría que le agrado. —Soy conciente de la mayoría de situaciones a mi alrededor, así que conozco de antemano lo difícil que puede ser estar cerca.

 

—¿Y qué?... A mí me agradas. —Aparentemente lo dice sin pensar en absoluto. No le creo, no le podría creer. Es muy ilógico que le agrade a alguien como él. No es que tenga algo en su contra, pero... No debo darle un motivo para extrañarme, por eso no debo agradarle.

 

—No te ofendas, pero es diferente. Es que es la forma en la que dialogamos, en ocasiones no necesitamos ni siquiera palabras para comunicarnos. Es extraño, para mí es como un hermano o alguien por el cual siento la necesidad de cuidar. Es raro, pero como podrás notarlo todo conmigo lo es... —¿Qué me pasa?. Hace sólo unos segundos todo iba bien, pero algo cambió y siento un cansancio total, es difícil de explicar.

 

—¿Sabes?... Nunca entendí, ¿Por qué creaste un nuevo club?... Habían muchas opciones para escoger, es algo que no tiene el menor sentido. —Frunce el ceño.



#7336 en Joven Adulto
#20330 en Otros
#3043 en Humor

En el texto hay: diversion, locuras, raros

Editado: 21.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.