Entro en una especie de trance, por unos segundos dejo de prestar atención a mi alrededor. Intento procesar lo que dijo, pero no logro tal hazaña. —¿Qué?
—No finjas... Thiago me lo confesó, no te bastó con insuinartele, tenías que hacer eso... ¡Eres la peor de las personas! —Parece estar dolida, pero yo nunca hice tal cosa.
—Es falso... Deja de inventar... —Me fulmina con la mirada. —Nunca en mi vida haría eso... Por favor, he tenido mejores opciones en mi vida...
—¡Mientes! —Ignoro la forma en la que me interrumpe Lauren.
—Para empezar está Nicolás, que es mutuo. Además... —Me quedo pensando en lo que dijo. —¿Así que Thiago te dijo que él y yo?... ¿Y según tú en qué momento me acosté con él?
—En las vacaciones... —Habla inmediatamente.
—Imposible. —La freno en seco. —Estuve fuera de la ciudad. —Bueno, algo así.
—Es mentira, una vez pase frente a tu casa y te vi en la ventana. Y en repetidas ocasiones. —Limpia unas lagrimas que se le escaparon. —Solo admítelo... Estuviste en la ciudad con él...
—No, no es así. Si estuve, pero no es lo que crees, tengo testigos que saben mi ubicación exacta en esos lapsos de tiempo. —Sonrío orgullosa, mi coartada es tan sólida como un roble, pero no estoy segura si contarla.
—Bueno... Dinos... —Frunce el ceño molesta, se puso roja de un momento a otro.
—No es una buena idea... —Me encojo de hombros.
—Si no nos quieres decir es porque es cierto. —Veo a Thiago totalmente en silencio al fondo de la habitación. —Sabía que no podía confiar en ti... Ahora creo todo lo que dice ese video... Eres una zorra y déjame decirte que hacer comer gusanos a alguien no lo hace una persona normal... —Las cosas no pasaron así, él estaba obligando a alguien a hacerlo, le hice lo mismo porque lo estaba lastimado y no lo pensé bien, pero luego Dan dejo de hacerlo. —¡Loca inmunda!
Bastan esas simples dos palabras para que lo deje salir. —Mejor toma en cuenta primero a la clase de personas en las que crees. —Suspiro. —No salí de mi casa en todas las vacaciones. Y sí, te lo puede confirmar mi padre, Mandy, mi psiquiatra y Nicolás. ¡Y nunca más en tu vida vuelvas a decirme que estoy loca!...
—Hey... —Me hala hacia atrás Julián.
—Y ya me cansé de tener miedo, de tenerle miedo a la verdad. No soy lo que creen o lo que conocen, si estoy aquí no es gracias a personas como ustedes que me hacen la vida imposible. Porque puede que la depresión me incite a tomar malas decisiones, pero ustedes si no tienen excusa alguna. —Intento que me suelte pero no lo hace.
—Calmate. —Pide Chriss.
—Y prefiero mil veces que crean que yo los obligué, que no les di opciones o que todo es mi culpa. Pero por favor, acepten por una miserable vez en su vida las consecuencias de sus actos... Y déjame decirte que la que hizo el video tiene nombre, es Lana... Y ella hizo esto... —Me levanto la camisa y les muestro una cicatriz. —Esa noche dijo que una de las dos tenía que morir... No fue ella, no fui yo... El universo juega misteriosamente con nosotros...
—En serio, relájate. —Se ve asustada Lauren.
—Y si tuvieras por lo menos la delicadeza de escuchar a Chriss y confiar en él, te dirá las mismas palabras que voy a decir: "Te rodeas de malas personas porque quieres sufrir". Deja de ser tan cobarde, no busques en este machista y traicionero lo que no tienes en ti y odiame... ¡Necesito que me odies!
—Amelia...
—Y puede ser que tenga una crisis nerviosa y ojalá y no salga de esta. —Me acerco a Thiago. —O escupes la verdad o tus dientes... Elige... Tienes tres segundos...
—Pero... —Intenta hablar.
—Uno...
—Tu no...
—Dos... —Aprieto fuerte del puño. —Tres...
—Esta bien... Es mentira, ella nunca hizo nada. Lo inventé para tener una excusa para que la alejara de ti... Ella te manipula...
—¿Ahora quién manipula a quién? —Le doy una bofetada. —Borraras el video... ¿Cómo?... No me importa, lo harás. Sea como sea. —Hablo dirijiendome a Lauren. —Y escúchame bien, no me vuelvas a dirigir la palabra nunca más. Y adelante, sufre que es lo que quieres. —Asiento. —No entiendo de qué te quejas, tú vida es perfecta. Lo tienes todo y a todos, yo no tengo nada. —Todo se repite una y otra vez en mi mente. —Y algún día te darás cuenta, que no soy quien todos creen... Pero aún es muy pronto para que ustedes noten eso y espero que cuando ese día llegue, no tenga que verlos de nuevo. —Se empieza a hacer borroso mi alrededor, pero logro salir de esa casa... Espero nunca más tener que volver...
Llego a casa y me siento en el porche. Me quedo mirando la calle, pasa un auto rojo, realmente no le pongo atención al modelo ni nada por el estilo. Me centro en la única nube visible en el cielo, quisiera ser como ella, sin preocupaciones ni presiones, todo sería más fácil y pacífico.
—¿Por qué? —Le pregunto a la nada o al que sea que tenga una respuesta. —¿Por que a mi?... ¿Entre tantas personas por qué no elegiste a otra?... —Golpeo mi cabeza con la pared tras de mí. —No entiendes, ya no puedo... Es mucho... ¿Me quieres muerta?... Si es así solo dímelo, o eres tan cobarde que te escondes. ¡Respóndeme! —Una lágrima se desliza por mi mejilla, la única. —Me quedo en silencio, no hay nada ni nadie, tal vez este si sea mi fondo, pero... ¿Y si no?
Siento que mi teléfono vibra y quiero arrojarlo lo más lejos posible de mí, no quiero escuchar a nadie, necesito estar sola, totalmente sola. Miro que el número es de Nicolás, vacilo en contestar, pero no quiero que se preocupe por nada. —Hola... —Se me hace un nudo en el estómago, quisiera poder gritar, pero ya no tengo la energía suficiente ni para ponerme en pie.
—Ho... La... —Su voz se quiebra al final. Siento una fuerte punzada en mi corazón. Ahora sí comprendo cuando dicen que todos los males vienen juntos. —¿Cómo vas? —Sorbe por su nariz.
Editado: 21.06.2021