NO PIENsO EsTAR VIVA PARA LA GRADUACIÓN
Los siguientes días la vi a la distancia. Siempre flanqueada por sus dos amigos. Tres si Nissan no estaba en el gimnasio del instituto. Ese día en particular la vi diferente. Quizá era el rosa de las puntas de su pelo, que antes eran azules, o la camisa floreada que llevaba que contrastaba con su campera negra de cuero, pero estaba hermosa. Fénix parece haber dicho algo gracioso porque la encontré riendo. Nuestras miradas se encontraron y dejé de escuchar la estupidez que Calum estaba diciendo.
–La chica rara, ¿eh? Es mi compañera en Historia. Va a venir a hacer un trabajo a casa.
En ese momento volví a prestar atención a lo que me decía Calum. Lo veo apoyado sobre el taquillero, con su típica campera roja y azul del equipo. Le pregunto con la mirada de qué habla. ¿Cómo de repente Sabine, que pasó desapercibida durante tantos años, se topaba con nosotros dos? Y recordé una conversación de principio de curso donde Calum presumía frente a nuestro padre que había una chica con la que debatió los motivos de la Revolución Francesa y que se sintió bastante poderoso frente el profesor que lo idolatró al final de la clase por haber mantenido un debate tan perfecto con una de las mejores alumnas de la promoción. No podía ser otra que Sabine.
–Sabine. La chica rara es Sabine, Calum.
–Ya lo sé –me dice de forma despreocupada manoteando al aire como si no le importara–. Resulta que hoy iniciaremos el trabajo en casa. Sé que es tu compañera de Español –continúa hablando, intento interrumpirlo pero él parece no darse cuenta–. No te preocupes, no es mi estilo –se ríe despreocupadamente. Me palmea el hombro y se va.
Me la cruzo en casa como me había dicho mi hermano. No estudiaron en el cuarto por lo que pude escuchar desde la cocina solo hablaron de cosas de Historia por lo que no le di mucha importancia a la conversación. Mi hermano sí era aplicado por lo que se enfrascaron en varias discusiones que no tenían sentido para mí. Solo hubo un comentario que hoy en día creo que fue el detonante de todo. Y estoy seguro de que también lo fue para Calum.
–¿A qué universidad enviaste solicitud? –pregunta mi mellizo.
–A ninguna –responde Sabine.
No lo estoy viendo pero afirmaría que Calum alzó las
cejas, sorprendido por la respuesta.
–¿Por qué?
Su respuesta me sacudió el mundo entero.
–No pienso estar viva para la graduación.
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Editado: 16.05.2021