La vieja. Rebi aparece de inmediato. ¿Quién es ella? El libro relatos de terror y misterio de Jaime.
La vieja. Rebi aparece de inmediato. ¿Quién es ella? El libro relatos de terror y misterio de Jaime.
Como de la nada ella, parece tener una belleza indescriptible, y a su vez, malévola.
El problema de la señora Worren no podía esperar…El relato del texto, realmente asustaba. Era como si fuera una película de terror. Ello me tuvo todo el día pensando, hasta el punto que no podía ir a la universidad, solo a mi negocio. Y el llamado de Alonso con ese relato de terror, fue peor……
El timbre de repente sonó, cuando estaba planeando irme.
¿Y ahora quién es? Parecería que estuviera solicitado hasta el extremo ¿Qué nadie puede vivir sin fantasmas? Vamos, no seas así Le, así es como me gusta llamarme. Es solo un diminutivo. En fin no puedo ceder a ello, desde aquel hecho alguien en mi interior me usa como su empleado en el mundo de los vivos.
Iré abrir la puerta, sin más pausas mentales que procrastines el momento.
Fui directo a ella y desde el visor, una mujer con un cabello amarronado extenso que se ramificaba en todas direcciones como las débiles ramas de un árbol que florece. Un rostro bien delineado. Y ojo grandes. Eran la vecina. Rebe Rumiko. ¿No sé por qué hay algo de ella que me familiariza? Su aura, posiblemente. Al abrir la puerta, ella desplegaba una tenue sonrisa descriptiva.
- ¡¡Buenos días Rebe!! ¿En qué puedo ayudarte?
- ¡Buenos días! Sé que es sorpresivo Le o William si gusta más, pero necesito tu ayuda.
Su rostro parecía un tanto pálido. Como si algo sucediese. La invité a pasar y se sentó en el sillón menor del living. Pronto, su cuerpo espetaba como un nimio temblor.
- ¿Quieres un té?
- Si, gracias.. – sonríe con sus manos tomadas con una posición sumisa.
- Ya, regreso. Fui a la cocina. El silencio del ambiente era tan magnánimo que sobrepasaba la quietud. Coloqué la pava con agua, y mientras calentaba el agua coloqué las dos tazas con sus bolsas de yerbas. Fue todo un proceso dinámico en el cual me preguntaba, que hacía una mujer hermosa en mi hogar lúgubre y repleto de animas. Fue un impase de tiempo que se desarrolló para que la tetera comenzase a lanzar vapor por sus orificios. Ello no prohibió mi cavilación en cuanto vertía el liquido y la coloración pintaba el agua de marrón claro. Un perfecto té ingles. Con una bandeja llevé las bebidas a la mesa junto al endulzante y azúcar. Gracias, dijo y se sirvió. Luego de beber un sorbo, respiro con un suspiro en cuanto el humo de la bebida dibujaba figuras exóticas y amorfas.
- No sé cómo explicarlo, es como si todo a mi alrededor se fundiera en situaciones extrañas.
- ¿Eh?... ¿situaciones extrañas?
- ¿Cómo explicarlo? Paranormales..
- ¡mmm!...¿te ha sucedido alguna situación?
- Digamos que la casa responde por sí mismo. Algunos objetos se mueven, cuando los veo, no recuerdo que estuvieran en aquel sitio.
- Interesante…puede que fuese, tu imaginación. ¿Ocurrió en varias ocasiones?
Ella no supo que responder.
- ¿Hay algo aquí no?
- ¿ A qué te refieres?
- ¡El ambiente!. Se presenta, hostil. – Su rostro se dibujaba de una manera terrible, como si su mirada configurara la obsesión y disparaba hacia mí. Luego ladee la cabeza negativamente. – ¿Estás bien?
- ¡Oh! Síp!. ¡Disculpa! ¿Ambiente hostil? Debe ser el perfume – bromee en un instante - ¡Ja! ¡Ja!
- ¡Perdona! ¡Je! ¡Je! Fue desubicado de mi parte.
- Mira, posiblemente, sea mudanza y el estrés producido. Me ha pasado algo similar.
- Si, tal vez – Agacha la mirada. –
- Por cierto. Puedo preguntar ¿Por qué recurres a mi? – pregunté ello, luego de percatarme que muy pocas personas saben lo que soy. Y el secreto es importante en mi trabajo. Solo, clientes específicos, y nada más. Si se supiera, estaría en grandes aprietos. Y no deseo dar explicaciones a las autoridades policiales, detectivescas, ni la iglesia, espiritistas, brujas, nigromantes, lo que fuere que pueda entrometerse en el asunto. Tampoco los
- No lo sé, supuse que por ser mi vecino. – Sonrió nuevamente. Diablos, esta mujer. Su sonrisa cautiva, pero al mismo tiempo asusta. Eso me recordó su sótano, la primera vez que ingresé a su hogar. El aura espectral me produjo un reservorio de situaciones en las cuales el miedo es un protagonista. Desde que comencé con éste empleo, no he tenido más que entrenar mi mente y espíritu ante tales esperpentos que poseen tu alma. Rebi tal vez sea un potencial cliente, pero no puedo revelarme ante ella, de quién soy, pues no puedo aseverar de qué clase de persona sea. Cada cual que ha venido aquí, sabe bien y me conoce. Y mi persona misma los invita, pero ella, no demuestra ser el tipo de ser humano al cual poder brindar ese salvavidas que ella tanto busca.
- ¡Quisiera ayudarte!...pero primero deberías procurar un profesional en el asunto ¿Por qué recurriste a mí? Situaciones extrañas e inentendibles solo pueden resolverse con personas capacitadas.
- No lo sé, tal vez sentí que podías. El día que viniste a solucionar mi problema de electricidad, me dí cuenta de ello. No pareces alguien normal.
- Nadie lo és – Dije. – ¿No parezco normal? – Me dije – ¡!Claro que no lo soy!! Soy un cazafantamas, solo que no tengo la maquinaria ideal como Bill Murray para atrapar a pegajoso – exprese nuevamente en mis adentros. - ¡Vamos hacer lo siguiente! ¿coloca una cámara? Y con ello veras los resultados en tu hogar. Cualquier cuestión paranormal, suele captarse por ello.
- No lo había pensado. Eres un experto ¡Ja! ¡Ja! ¡Perdona! Solo bromeaba!
- ¿Experto?¡ Como se nota que no usa el sentido común! -Volví a manifestarme para mí. Mejor di algo que esta sonriendo. - ¡Gracias! Es lo primero que se vino a mi mente – diablos, dije una tontería. Ella está colocando rostro irónico, peor que el mío.
- Bueno, te agradezco de todas maneras. El té estaba delicioso. – Ella se incorporó y fue hacia la puerta, pronto me coloqué en posición, e hice mismo camino. Por alguna razón hubo una baja tensión de la luz, y algo no me pareció correcto. Por lo menos en el nombre de la ciencia. Su sombra, no se reflejaba conforme su silueta, hasta diría que tenia vida propia. Su morfología me produjo un flash mental. En un abrir y cerrar de ojos, mi mente se fue al bosque y un objeto con forma de muñeco se acercaba. Mi cuerpo no se podía mover. Y eso estaba cada vez más cerca de mí. Más cerca. El flash se iba minimizando en toda una oscuridad plena. Un agujero negro en el cual caía.
- ¡Muchas gracias!... ¿Le? .