El Colgante

Capitulo 2

La familia de Fiorella, gozaba de buena reputación y status, pero carecían del don para los negocios. Una vez que los abuelos de Fiorella fallecieron, sus padres y tíos se habían dedicado a despilfarrar el dinero. Se olvidaron que todo negocio necesita de cuidado para que este siga funcionando, creyeron que el geiser iba a durar para siempre. Situación que Fiorella descubrió de manera tardía.

En uno de tantos viajes de regreso a casa, el capataz de la hacienda le advirtió que la calidad de los vinos había decrecido. Ya no recibían el número de pedidos que solían recibir por mes, sin contar que había deudas que no habían sido renegociadas y estaban por vencer.

Al principio Fiorella no prestó atención de las advertencias. Sin embargo, todo se hizo evidente cuando por casualidad leyó una carta que informaba sobre el embargo de uno de los viñedos. Situación que obligó a Fiorella a revisar el estado general de la hacienda, todo indicaba que estaban en bancarrota.

El número de deudas adquiridas era infinitamente superior al capital con que la familia de Fiorella contaba. Ni aun vendiendo todo podían salvarse. Por lo que, en una tarde de otoño, decide emprender la búsqueda del colgante para venderlo y salvarse. Ya tenía la locación exacta; así que, haciendo un último esfuerzo, vendió todo lo que tenía y decidió jugárselo todo a la suerte.

Para ese entonces Keith y Fiorella ya eran novios. Fiorella conoció a Keith en una conferencia. Ambos amaban la arqueología; no era de extrañarse que sus caminos fueran a cruzarse algún día. A partir de ese día se volvieron inseparables. Participaron en varias expediciones, lo que hizo que de una bonita amistad, naciera un amor profundo.

Fiorella sabía que no tenía opción. Encontrar el colgante la salvaría a ella y a su familia. Pensó en contarle a Keith sobre sus intenciones de vender el colgante, si es que lo llegara a encontrar. Conocía a varios posibles compradores, todos con igual deseo de poseerlo. Sin embargo, sabía que no se lo iba a permitir.

Fiorella no dudaba del amor de Keith, sabía que este la amaba. Pero también sabía de la obsesión de Keith por el colgante. Al final, Fiorella decidió quedarse con ambos, con Keith y el colgante.

Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba. Fiorella encontró el colgante y otros restos de valor, en una expedición organizada por ella y un conocido arqueólogo italiano. Keith no participó de ella, Fiorella le dijo a Keith que el padre de ella estaba muy enfermo y que debía ausentarse por unos meses.

De regreso en Londres, una fatídica noche Keith descubre el colgante entre las pertenencias de Fiorella, éste le pregunta por él. Fiorella le dice que es una réplica que la compró hace tiempo en uno de sus viajes a China; sin embargo, Keith sabía que eso no era cierto. Le reclamó por este hecho. Ambos se miraron, Fiorella le dijo que ella no había hecho nada malo. Le explicó sus motivos, entre ellos el que el no iba a dejar que lo vendiera. A lo que Keith le respondió que estaba en lo cierto.

Keith veía al colgante como algo suyo. Pelearon durante horas, y entre gritos y lágrimas deciden terminar la relación. Keith no podía reclamar el colgante, no fue el quien lo había encontrado.

Al entender la realidad, Keith se sintió traicionado. Por su parte Fiorella solo quería estar con el, hecho que ella se lo hizo saber; así como también le hizo saber que su familia estaba primero. Si no fuera por ese hecho, el colgante sería de el.

Era una tarde de abril, a lo lejos se divisa a una pareja, ambos juntos tomados de las manos. No te olvidaré le dice Keith a Fiorella, yo tampoco replico Fiorella.

¿Por qué el colgante estaba allí alrededor de su cuello? Tres largos años, y el infortunado colgante estaba allí colgando de su cuello. ¿Cómo salvó Fiorella a su familia de la bancarrota? Keith estaba desconcertado y al mismo tiempo emocionado. Tenía en frente a sus dos amores.

La realidad, era que Fiorella después de esa tarde de abril, partió a Italia, pero no quiso regresar a casa. No tenía ganas de ver a la familia que había hecho que se separa de Keith, por lo que se quedó en la casa de una amiga. Lugar donde se reencontró con David Yates, amigo inglés de infancia; hombre inmensamente rico, dueño de viñedos alrededor del mundo, éste había estado enamorado de ella desde pequeño.

Al escuchar la situación de Fiorella, este le propuso un trato. Le hizo prometer que se casarían en el lapso de tres años, tiempo que el necesitaba no solo para poner todo en orden y lograr hacer más dinero; sino que le permitirían al terminar su doctorado.

Fiorella acepta, la condición era razonable. Sabía dentro de su corazón, que volver a amar era imposible. Quién vaya a ser su futuro esposo, no lo iba a ser por amor. Sin contar con el hecho de que había tratado de vender el dije varias veces, pero cada vez que escuchaba una oferta la rechazaba. En el fondo sabía que si lo vendía estaba traicionando a Keith; sin contar con el hecho de que era lo único que tenía de él.




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