La boda

Narra Emmett:

*4 meses después*

Habría estado sudando como un cerdo si los vampiros pudieran sudar. Las filas de seis asientos estaban llenas de parientes y covenes de vampiros: el aquelarre Denali, el aquelarre amazónico, egipcio, rumano y mexicano. Las únicas personas que realmente conocía aquí eran el aquelarre Denali, Edward y Carlisle. Rosalie estaba ocupada con Tanya, ajustándose el vestido, arreglándose el pelo y haciendo cualquier otra cosa que las mujeres hagan en las bodas. Pero yo, me quedé allí en silencio. Estaba demasiado nervioso para hablar con alguien, lo cual era algo raro para mí.

Empecé a querer terminar con esto, pero cuando vi a Rosalie, toda la impaciencia se desvaneció. No podía describir cómo se veía, pero Dios era hermosa. La multitud se quedó en silencio y el piano se hizo más fuerte.

Cuando me alcanzó, la tomé de la mano y la acompañé por las escaleras y hasta el altar.

"¿Te llevas, Emmett Cullen, a Rosalie Hale para que sea tu esposa casada?" Carlisle declaró. Sí, él era nuestro "sacerdoto".

"Sí, eh, quiero decir, sí". tartamudeé.

Rosalie se rió.

Carlisle sonrió. "¿La tú, Rosalie Hale, tomas a Emmett Cullen como tu marido casado?"

"Lo hago".

"Ahora puedes besar a la novia". Carlisle cerró el libro y aplaudió, junto con el cowd, mientras yo besaba a Rosalie.

~Luna de miel~

Nos decidimos por una isla aislada en Hawái para nuestra luna de miel. Rosalie y yo fuimos directamente a nuestro dormitorio temporal cuando terminamos de cazar. Esperaba que esta noche fuera la noche en la que se me permitiera ir más allá de desabrochar su camisa a mitad de camino, y por el aspecto de las cosas, eso es lo que iba a pasar. Todas las parejas... ya sabes... después de su boda, ¿verdad? La única esperanza estaba a mi lado.

Pero volvamos a antes de ir a nuestro dormitorio. ~

No fuimos a nuestra casa temporal hasta que terminamos de cazar. Decidí hacerlo bien e hice algo que solo vi en las películas. Cuando Rosalie fue a entrar, la detuve.

"Espera. Tengo esto". Dije, y la recogí de sus pies.

Se rió. "No tenías que hacer todo eso".

"Yo quería". Discutí. Abrí la puerta sin problemas, luego la llevé adentro y hasta nuestro dormitorio de arriba. Lo primero que noté fue nuestra cama, de tamaño king y de aspecto cómodo.

Dedije suavemente a Rosalie en la cama, luego fuimos a tomar nuestros caminos separados para cambiar.

"Emmett", llamó, justo antes de que yo saliera por la puerta. Me di la vuelta para enfrentarme a ella. "¿Puedes ayudarme con esto?" se dio la vuelta para mostrarme los cordones en la parte posterior de su vestido.

Nunca fui bueno para deshacer nudos. Luché con él, teniendo cuidado de no rasgarlo, antes de que finalmente me diera por vencido. "¿Puedo arrancarlo?"

Se rió y asintió. Arranqué el vestido un poco demasiado lejos, revelando la parte trasera de Rosalie. "Vaya... lo siento".

"Está bien". Luego se quitó todo el vestido justo delante de mí. Me quedé mirando su cuerpo, sin poder ayudarme a mí mismo. Cuando ella me miró con curiosidad, me alejé rápidamente. "Emmett, estamos casados. ¡Está bien!" ella sonrió.

"Oh." Dije patadamente. Seguí robando destellos de su cuerpo mientras se bajaba el pelo. Cuando su pelo estaba completamente caído, una vez más me atrapó mirándolo fijamente. Ella corrió hacia mí a la velocidad de vampiro y puso sus brazos alrededor de mi cintura.

"Estoy lista", dijo en voz baja.

"Gracias a Dios". Dije antes de empujarla contra la cama un poco demasiado bruscamente, empujando nuestros labios juntos y literalmente arrancándome la ropa.

*se salta casualmente la escena de sexo*

La habitación estaba completamente destrozada. La cabecera de la cama se dividió en dos. Todo estaba fuera de la cama, aparte de las sábanas. Las almohadas se rasgaron, las mantas se rasgaron, las mesas se aplastaron.

Cuando miramos a nuestro alrededor, nos echó a reír. "¿Cómo vamos a arreglar esto?" Rosalie preguntó.

"No lo hace". Dije, sonriendo traviesamente.

Ni siquiera me di cuenta de la hora. Anoche llegamos alrededor de las dos de la mañana, y ahora era mediodía. "Mierda", dije. "¡Hemos estado haciendo eso durante once horas!"

Ella se rió y me empujó de nuevo a la cama. Diablos, yo también estaba listo para más.