Capítulo 1

CAPÍTULO 1

El Comienzo

Empezaría a contar esta historia como un “había hace una vez” o “erase una vez” pero eso sería ser demasiado cliché o como contar un cuento para niños, y no me gusta así que empezare así:

Mi reloj despertador suena anunciado que es hora de que me levante sin embrago como soy demasiado perezosa y quiero seguir durmiendo lo avente contra la pared lo usual y algo cliché lo sé, aunque  quiero seguir durmiendo ojala y hubiese podido ser así pero es en esta vida nada se cumple con solo desearlo aunque deseaba que así fuera, qué más da! como decía, mientras me acomodaba en mi cama para seguir durmiendo algo o mejor dicho alguien tuvo el atrevimiento de irrumpir en mi habitación solo para molestar

     ¡Buenos días! ¡Arriba! es hora de levantarse el sol ya salió y debes ir a clases, levántate de la cama de una vez o se te va a hacer tarde-habla mi madre abriendo los cortinas de mi habitación y luego quitándome mis sabanas de encima

     Por favor madre déjame dormir 5 minutos más tengo mucho sueño-dije con la cara boca abajo contra la almohada, con voz ronca y soñolienta y un poco amortiguada por la misma

     No Señorita! ningún 5 minutos más, te quiero aseada y arreglada para desayunar en el comedor en 20 minutos o si no me veré obligada a usar mi magia para levantarte de la cama y lanzarte a la bañera con agua helada-dijo mi madre con voz seria y demandante mientras salía por la puerta de mi habitación

Con toda la pereza del mundo me levanto y me dirijo al baño de mi habitación para asearme, un vez lista salgo del baño con dirección a mi armario para buscar que ropa ponerme para ir al instituto, decido ponerme un short de tiro alto color azul rey y una blusa de seda manga larga de color blanco con medias largas hasta el muslo de color negro y unas botas hasta rodilla con tacón de color negro también y una chaqueta de mezquilla azul rey, ya vestida me maquillo de forma natural y dejo mi cabello ondulado suelto. Tomo mi mochila y salgo de mi habitación para ir rumbo al comedor

Creo que todavía no me he presentado aún espero disculpen mi falta de educación, mi nombre es Elina tengo 18 años, mido un metro setenta soy bastante alta de piel blanca con cabello castaño claro un poco ondulado y ojos de color esmeralda, tengo dos hermanos mayores mellizos para ser más precisa Elliot y Liam tiene 19 años y miden un metro ochenta y cinco ambos con ojos castaño oscuro, cabello negro y piel morena, mi madre se llama Lizbeth mide un metro cincuenta de cabello negro con ojos de color esmeralda y piel blanca como la nieve y mi padre se llama Alexander mide un metro ochenta, cabello castaño oscuro de piel morena y ojos de color castaño oscuro.

Cuando voy bajado las escaleras logro escuchar las protestas de mis hermanos y no es para menos, nuestros padres nos mantuvieron despiertos hasta muy tardes solo para terminar nuestro último entrenamiento, al menos con ellos ya que solo no han enseñado lo básico.

Como sé que no me entienden ni siquiera un poco, será mejor que les dé un pequeño resumen de lo que está sucediendo, mi familia y yo no somos seres normales de forma más sencilla somos una clase de seres sobrenaturales, pero no crean que somos brujos a hadas pertenecemos a una raza especial, que recibe el nombre de guardianes o también pueden llamarnos Desferian el nombre que recibimos en la lengua antigua que solían usar nuestros antecesores, esta clase de seres se encargan de vigilar a los seres sobrenaturales para evitar que causen desastres o pongan en riesgo la existencia de todas las especies que desean coexistir en paz y en las sombras, al igual que también vigilan y mantienen a raya la curiosidad de la especie humana para mantenerla en la ignorancia de lo que los rodea y de que no son los únicos que existen en el mundo, para eso se creó la orden del lirio blanco, al igual que también fue creada por otra razón, la cual solo la conocen aquellos que pertenecen a la orden. Para eso las familias de los antecesores y creadores de la orden deben entrenar a sus sucesores en todo lo básico como defensa personal, control de la magia, entre otras cosas. Por eso el día de ayer nuestros padres nos estuvieron entrenado hasta no poder levantarnos del suelo por el cansancio. Ya que al ser descendientes de una de las familias involucradas tenemos el deber y la obligación de unirnos aunque no lo deseemos, es algo a lo que estamos ligados y no podemos renunciar.

Termino de bajar las escaleras y voy directo al comedor en el cual, cuando voy entrando oigo una de las quejas de mis hermanos y puedo ver las caras impasibles de mis Padres

—Madre  no quiero ir a al instituto hoy, aparte porque tenemos que ir a un lugar rodeado de humanos, sabes que no necesitamos todo eso y que además si querías que estudiáramos podíamos ir simplemente a una escuela con las demás especies sobrenaturales y ya—dice Liam de manera cansada y soñolienta

—En eso Liam tiene razón madre podían habernos inscrito en el instituto al que van los demás sucesores, estaríamos estudiando y conociendo quienes son los demás descendientes—dijo Elliot con la cara sobre la mesa

—Buenos días madre, padre, par de escandalosos—dije de manera tranquila y despreocupada

—Buenos días hija—contesta mi padre desde su lugar en la mesa con una taza de café en mano

—Buenos días enana—dicen los mellizos al unísono y dirigiendo la mirada a donde me encuentro parada