Soñé con historias de nuestra tierra tan antiguas como las rocas, llenas de un conocimiento ancestral.
Antes de surgir la eternidad y todo lo que la rodea solo había dos sintonías de perfecta consonancia que según se desarrollaban, delimitaban lo que ahora conocemos como la eternidad. Una de ellas empezó a realizar pequeños cambios al principio aleatorios, pero que poco a poco empezaron a producirse de forma creativa manteniendo la sintonía.
Es ese momento al que llamamos el inicio de la eternidad, pues hasta ese momento nada era consciente del desarrollo de esta.
El equilibrio debía existir, la sintonía discordante no podía seguir creando mientras la otra seguía monótona, de modo que la creativa empezó a producir dos sintonías simultaneas.
Llegó la calma y parecía que seguiría así durante mucho tiempo, pero las sintonías gemelas empezaron a acentuar su separación hasta el punto de que aquel ente que empezaba a pensar, no podía seguir manteniendo la concordancia, los pequeños cambios se fueron marcando y aparecieron por primera vez las personalidades de aquellas dos disonantes.
Fueron conscientes de su propia existencia, pese a que al principio solo podían entrever las diferencias entre sus hermanas.
Poco a poco empezaron a descubrir no solo su desarrollo, sino también su principio y destino.
Recordaron las melodías, las recrearon y reinventaron, aprendieron a sentir el paso del tiempo a través de ellas y de esa forma a percibir que se estaban expandiendo.
Comprendieron que, si con su sintonía podían controlar hacia donde expandirse, quería decir que estaban solas en toda la eternidad y ni siquiera podían compartir entre ellas sus descubrimientos.
La triste y solitaria monótona sintonía empezó a cambiar, decidió repetir las demás sintonías para que la pudieran entender.
Una de ellas se dio cuenta que no era la única que tenía conciencia, que la monótona la estaba imitando
¿Pero cómo podían expresar sus pensamientos si nunca antes los habían sentido?
¿Cómo podían expresarse si no tenían un lenguaje propio y no tenían forma alguna de expresarse salvo con sus sintonías propias que solo por si mismas entendían?
En su auto descubrimiento se habían separado y ahora necesitaban unirse de nuevo, la primera en crear la discordancia empezó a olvidar y recordar a voluntad, expandiendo y contrayendo la eternidad en sí misma, las demás intentaron imitarla, pero no sabían cómo. Probaron a subir el tono, acelerar su sintonía y de esta forma observaron que podían cambiar el transcurso de la eternidad, disminuirla y moverse a través de ella.
Entendieron que estaban creando el espacio y a su vez el tiempo.
Así nacieron Zimru, Marthius y Misdrir.
Zimru empezó a moldear la eternidad como medio para alcanzar un Lendre con los demás. Con el paso del tiempo consiguió plasmar sus pensamientos a través de los procesos de creación y sus resultados.
Marthius se centró en el tiempo, intentando desentrañar el futuro en las acciones de sus semejantes y de esta forma comprender antes incluso de que se hiciera que intentaban expresar.
Misdrir se dedicó a plantearse todo aquello que observaba intentando comprender donde habitaban y por qué existían.
Zimru, cansado de sus esfuerzos y de que Marthius y Misdrir no le ayudaran decidió crear a los primeros de nuestra especie. Intentó hacerles entender su existencia, pero solo consiguió que siguieran sus instrucciones como marionetas.
Marthius había desentrañado los misterios del tiempo. Conociendo las intenciones de Zimru, creó los Dragsus y viendo lo que hubiera hecho Misdrir si le hubiera pedido ayuda, metió una parte de sí mismo en ellos. Se precipitó y los Dragus con su misma codicia y cualidad para percibir el tiempo, le convirtieron en piedra mientras observaba a Zimru.
Misdrir observó el cuerpo de piedra, entendió la muerte y temerosa de los Dragsus; viendo que podían sufrir el mismo destino, llevó tres de nuestros ancestros al origen y les ordenó seguir el mismo proceso que ellos habían seguido.
Tardaron milenios hasta que surgió el primer pensamiento y mientras tanto los Dragus habían intentado terminar con ellos una y otra vez, solo gracias a los conocimientos de Misdrir y las creaciones de Zimru, consiguieron detenerles.
Una vez fueron conscientes de su existencia y dado que poseían la capacidad de imaginar y reflexionar, pero no eran semejantes a ellos. Les hicieron descender la bóveda celeste y aterrizaron en lo que hoy día conocemos como el Mimbris-tun.
Habían existido durante milenios y no eran conscientes de ello. En el origen, los antiguos habían mantenido una conexión con ellos que les permitía comunicarse, pero despojados de dicha conexión en el mundo material, nada se lo permitía.
Durante días estuvieron divagando como poner fin a aquel sufrimiento, hasta que por fin uno se alzó entre los demás e imaginando como seria esa conexión si fuera visible, creó el viento a su al rededor. Sintió su vibración. Entendió que podía usarlo para emitir su sintonia e imaginando un recipiente tras otro, dio con el primer recipiente de nuestra especie.
Su pueblo al verle, no dudó en imitarle, una vez completada la transformación uno por uno empezó a escuchar la sintonia que tanto añoraban y entonaron sus sintonias al unísono.
Por primera vez podían entenderse entre sí, pero se dieron cuenta de que no podían entenderse entre todos. Solo los pensamientos primigenios que les habían llevado a la conciencia eran compartidos.
Siguiendo las sintonias se separaron en tres grupos: los seguidores de Zimru que velaban por la creación, los seguidores de Marthius que velaban por el tiempo y los seguidores de Misdrir que velaban por el conocimiento.
Zimru y Misdrir se maravillaban contemplando como su creación les había adelantado pero ellos no podían introducirse en un recipiente, Marthius ya lo habia intentó y las consecuencias habian sido terribles.
Comprendieron que su función había terminado, pero necesitaban dotar de un guiá a su nuevo pueblo, el peligro de los Dragus seguía presente.
Misdrir usando su conocimiento tejió con su sintonia un ser intermedio entre sus creaciónes y ellos para posteriormente añadir la sintonia de Zimru.
Lo dejaron al cuidado de nuestros ancestros y en su honor, decidieron llamarlo Zimrur.