Marcus Lijeron
Había recibido la peor noticia de mi vida, nunca pensé perderla a tan temparana edad apenas era una niña de 5 años que sólo conoció las paredes blancas del hospital desde que tiene uso de razón, conectada a un aparato de respiración desde hace unos meses.
Bebo una botella de cerveza más, todos mis sentidos están alterados, no tengo idea de la hora que es lo último que recuerdo son la palabras de mamá que se escuchan a lo lejos.
Tu hermana, Danitza a muerto... no soporto más su corazón...
¿¡Por qué, porque un inocente ser como ella tenía que morir!? Debí haber sido yo no ella, ella tenía mucho por vivir, por conocer, por aprender.
Salgo del bar que está a unas calles del hotel, camino sin rumbo al perecer el sol ya salió y por los vehículos en movimiento imagino que son las 7 a 8 de la mañana, tropiezo un par de veces y entró al hotel un botón se acerca pero le digo que estoy bien y puedo sólo.
Entró al ascensor y me detengo en el piso de Cassidy y Elena, Cassidy otra de las cosas por la cual tome demasiado alcohol, se que he sido un maldito idiota desde que nos besamos pero no puedo ofrecerle más o eso pensé hasta que ese Italiano Caos D'Alessandro el día de ayer la llamo y durante toda la conferencia hablaron en italiano como si fuesen amigos de toda la vida, creí que al final iria con nosotros a cenar pero eligió al italiano.
Ella me gusta y hasta hace mucho, no pensaba hacerla mi novia sólo mía, la quería para un momento ahora la quiero para toda la vida.
Estoy por tocar la puerta pero sale mi prima y al verme se horroriza así que me hacer pasar.
-¡Marcus! -mumura cubriendo su boca con una mano, me ayuda a caminar hasta su cama donde me acuesta y dice que iré a recepción por algunos calmantes y café.
Observo la habitación y me encuentro con un paquete que sobresale debajo de la cama de Cassidy, así que sin pensarlo dos veces me levanto de la cama con cuidado ya que la cabeza me da punzadas y duele.
Tomo la caja entre mis manos al abrir observo el contenido un brasier, bragas de encaje rojo y ropa deportiva de parejas el cual tiene unas iniciales en la parte inferior H. Ö. P.
Hago puños mis manos tratando de mantenerme sereno pero dejo de pensar al ver a Cassidy frente a mi quien había dejado caer su libreta por la sorpresa de seguro al verme con el regalo de su amiguito.
-Te creía otra, Cassidy -mumuro mirándola con desprecio y rabia, ahora no me importa hacerle daño ella se lo busco estando con el estúpido italiano- Pensé que no eras como tu madre, espero que te hayas cuidado y no lleves un bastardo a tu casa.
Comenté con maldad y con el alcohol circulando por mi sistema todavía, vi como sus ojos se cristalizaban por el llanto que no quería dejar salir.
- No te hagas la víctima, ahora entiendo porque hablaban tanto el italiano y tú en su idioma -alzó las bragas y el brasier de la caja, me levanto de la cama y camino hacia ella quedando enfrente- No creo que tengas problema en modelar con esto tan diminuto para mi ¿o si?
Hable cerca de su rostro haciendo chocar mi aliento en sus labios mientras ella me miraba molesta por la propuesta que le hice.
-Vamos, se que mueres por estar conmigo hoy es tu oportunidad -acomode un mechón de su cabello tras su oreja y bese sus labios con furia mientras la tomaba por la cintura.
Ella golpea mi pecho con sus brazos intentado librarse pero no puede, camino hacia la cama con ella y la lanzó de mamera brusca, lo que no me esperaba era que me diera un golpe en los genitales.
Me aguanto el dolor y voy tras ella que ha salido unos pasos afuera de la habitación, la alcanzó y tomo de su brazo apretandola a mi.
-¿Dónde vas pequeña, no hemos terminado? -pregunto mordas con los dientes apretados.
-Sueltame Marcus, estas ebrio y te arrepentirás si lo haces -comenta molesta con lágrimas cayendo por sus mejillas- Por favor, tu no eres así, esté no es el Marcus que yo conozco...
De un momento a otro deje de sentir su cuerpo cerca del mío y mire al hombre que nos había separado, aún estando borracho pude distinguirlo.
Hades Özdemir Pride
-Asi que este es tu otro amante -hable grite mientras la veía llorar- No lo puedo creer y luego insultas a las chicas que bailan en bares, cuando aquí la única Pu...
No pude terminar la frase ya que Hades impacto su puño contra mi rostro, haciendo que caiga al suelo, acaricio la parte afectada sintiendo el sabor metálico de la sangre en mis labios.
Lo último que mis ojos logran ver es a Cassidy abrazada al cuerpo de Hades, pata luego caer en la inconsciencia.
Cassidy Moore Díaz
Hoy era mi cita con Hades estaba ansiosa y a la vez molesta por tan bochornoso regalo.
No voy a negar que mi imaginación voló muy lejos al ver esas diminutas bragas, el brasier, Hades y yo.
Al salir del baño no pensaba encontrar a un Marcus muy diferente, estaba ebrio, molesto y con el regalo de Hades en sus manos. Este me miro y lo que vi en sus ojos no me gustó pata nada me hizo sentir desnuda.